Armas pequeñas con gran impacto de género

La participación de las mujeres en las pandillas juveniles y organizaciones criminales es objeto de análisis en la Cuarta Reunión Bienal de Estados sobre Armas Pequeñas y Ligeras (BMS4), que se extenderá hasta el viernes en la ONU.

Pandillas y grupos irregulares tienen menos armas de fuego que los militares y las agencias del orden, pero "han mostrado una consistente disposición a usarlas para la violencia", dijo Jennifer Hazen, investigadora del proyecto Small Arms Survey, del Instituto de Estudios Internacionales y Desarrollo de Ginebra.

Las bandas poseen entre 1,2 millones y 1,4 millones de armas de fuego. Aunque las jóvenes no se destacan en el uso directo de armas pequeñas y livianas, muchas son activas participantes en las pandillas. Se estima que en Gran Bretaña y Estados Unidos, las mujeres representan entre 25 y 30 por ciento de la composición de esos grupos delictivos.

Pero el infrecuente uso de armas por parte de las mujeres no significa que se abstengan de la violencia, señalaron expertos. "No sabemos cuántas portan", dijo a IPS Jasna Lazarevic, investigadora adjunta y experta en participación femenina en las pandillas del Small Arms Survey.

"Como buena parte de lo que termina en manos delictivas y pandillas empieza siendo legal, necesitamos comprender mejor este comercio. Los gobiernos todavía son muy reticentes a compartir información sobre el comercio de armas pequeñas", planteó Eric Berman, director gerente del Small Arms Survey.

Servirá como guía el Programa de Acción de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para Prevenir, Combatir y Erradicar el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras en Todos sus Aspectos, que fue adoptado en 2001 y detalla los compromisos no vinculantes asumidos por los países. La BMS4 también será una base para las posteriores reuniones sobre el comercio de este tipo de armamento. El mes próximo, el Comité Preparatorio del Tratado sobre Comercio de Armas iniciará el debate a propósito de un pacto sobre armas convencionales. En 2012, una conferencia de evaluación brindará el contexto formal para estas deliberaciones.

El embajador Pablo Macedo, presidente de la BMS4, dijo que el Programa de Acción de la ONU aborda las desproporcionadas consecuencias de las armas pequeñas sobre mujeres y niños.

"Tenemos una responsabilidad especial de proteger a esos grupos vulnerables", dijo a IPS.

"El tráfico de armas tiene consecuencias terribles en el plano social, alteran el orden social y el desarrollo, y alientan el delito transnacional, así que todos estos fenómenos están vinculados. Las mujeres y los niños resultan muy afectados, tal vez más que otros", agregó.

Sin embargo, entre las preocupaciones que destacó el secretario general de la ONU, Ban-Ki Moon, a propósito del Programa de Acción, figuró la falta de respuestas con un enfoque de género para abordar el impacto de las armas pequeñas.

En la reunión se analiza cómo facilitar la cooperación internacional en la implementación del Programa de Acción, garantizando que se pueda rastrear el origen de las armas, e implementar mecanismos que erradiquen el comercio transfronterizo ilícito.

Aparte, Macedo dijo a IPS que los debates también abordarán las preocupaciones que afectan a las mujeres y a otros grupos.

El aumento en la cantidad de mujeres y niñas en las prisiones de todo el mundo expone la falta de programas que se ajusten a las necesidades de las mujeres dentro las bandas delictivas.

"La investigación ya es débil (y) es difícil elaborar programas con enfoque de género, específicos para las mujeres, porque no tenemos mucho conocimiento", admitió Lazarevic a IPS.

Ya sea que asuman el rol de combatientes o de espías o que se dediquen a transferir armas y mensajes, las muchachas que integran pandillas mixtas tienen un estatus marginal en comparación con los hombres.

Esta categorización como "de segunda clase" se refuerza cuando esas jóvenes se ven envueltas en incidentes de violencia horizontal, porque esto mantiene el statu quo, reveló el estudio.

La violencia entre muchachas es una táctica utilizada para consolidar su lugar y su compromiso hacia la pandilla.

Muchos de los programas de intervención dirigidos a la prevención secundaria están diseñados para varones, mientras que las niñas, por su presunto rol periférico dentro de las bandas delictivas, a veces son excluidas de esos planes.

Las medidas preventivas enfocadas en las niñas en riesgo, de entre nueve y 15 años, también escasean, señala el estudio.

En Haití, el desmantelamiento de grupos delictivos y el encarcelamiento de sus líderes han colocado a las mujeres en una situación de riesgo, dado que ellas poseen información valiosa que pandillas rivales pueden buscar o que la policía puede usar. Aunque las mujeres abandonan la vida de pandilla antes que los hombres por razones vinculadas a embarazos y a más oportunidades laborales en el sector servicios que las que tienen ellos, no hay muchos proyectos sensibles al género que las ayuden a construir una vida fuera del grupo, dijo Lazarevic.

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