EEUU: Jóvenes al frente de la justicia ambiental

El compromiso de jóvenes y adolescentes con el movimiento por la justicia ambiental es uno de los elementos nuevos que emerge en el Foro Social de Estados Unidos 2010, que reúne a unos 20.000 activistas en esta ciudad.

Loreen Dangerfield, de 15 años, integra un grupo que lucha contra la contaminación en San Francisco. Crédito: Bankole Thompson/IPS
Loreen Dangerfield, de 15 años, integra un grupo que lucha contra la contaminación en San Francisco. Crédito: Bankole Thompson/IPS
El miércoles, un grupo de jóvenes activistas de la occidental ciudad de San Francisco contaron su lucha contra corporaciones multinacionales que contaminan barrios habitados por minorías raciales.

"La contaminación no tiene límites: organizaciones de jóvenes negros, chinos y latinos por la justicia ambiental en San Francisco" fue el tema del taller dedicado a los temas ambientales en la costa oeste estadounidense.

"El barrio de Bayview, donde viven minorías, es víctima de la contaminación, y muchas personas que viven allí ni siquiera lo saben", dijo Ingried Seyundo, de 18 años, del grupo Pueblo Organizado por Derechos Ambientales y Económicos (PODER, por sus siglas en inglés).

"Las grandes corporaciones con centrales de energía contaminan los distritos donde hay minorías, y los niños se están enfermando, principalmente de cáncer", pero también sufren "ataques al corazón e hipertensión", explicó Seyundo.
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Esta situación se asemeja a lo ocurrido en el llamado "callejón del cáncer" en el sur de Estados Unidos, una zona entre el río Mississippi y las ciudades de Baton Rouge y Nueva Orleans donde 140 compañías fabrican un cuarto de los productos petroquímicos del país. En 1993, una comisión federal concluyó que la industria tenía un desproporcionado impacto en los habitantes del lugar.

Ahora, cinco barrios de San Francisco —Bayview Hunter's Point, Portola, Excelsior, Visitation Valley y Mission– son escenario de otra batalla ambiental, y todos son habitados en su mayoría por afroestadounidenses y trabajadores.

"Es importante para nosotros educarnos sobre estos temas ambientales. No hay que callarse si uno vive una situación insoportable", dijo Tiffany Ng, de 18 años, del Programa Raíces Comunes de la Asociación Progresista China de San Francisco.

Ng contó que su grupo promueve la solidaridad intercultural y trabaja por un mayor entendimiento de temas políticos y sociales entre los jóvenes, desarrollando sus habilidades de liderazgo.

Por su parte, Seyundo indicó que, después de una larga lucha, el barrio de Bayview logró que se abrieran rutas para los camiones de las compañías, de manera que estos no afectaran la vida en las zonas residenciales, y que se usaran vehículos con menos impacto ambiental.

"Creamos rutas que ahora permiten que esos vehículos pasen lejos de los lugares donde hay muchos niños y niñas, como escuelas, y también donde hay ancianos", explicó.

Loreen Dangerfield, de 15 años, integrante del grupo Pueblo Organizado para Ganar Derechos Ambientales, señaló que uno de los problemas que les preocupa es la construcción de condominios en un sitio tóxico por parte de la compañía de viviendas Lennar Corporation. Según los activistas, el lugar donde será construido el complejo es cercano al astillero de Hunters Point Naval, donde fueron embarcadas las bombas atómicas lanzadas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945.

"El astillero es de por sí tóxico, y es un basurero", dijo Dangerfield. "En Miami, Lennar construyó casas sobre bombas no detonadas, y las personas comenzaron a enfermarse".

Lennar quiere construir 8.500 viviendas, incluyendo algunos edificios altos, pero los activistas exigen antes un informe de impacto ambiental independiente.

"No queremos que Lennar construya el condominio. Compraron el astillero por un dólar", dijo Dangerfield.

Lennar ha cavado en rocas con asbesto, enviando polvo cancerígeno a las áreas residenciales y escuelas cercanas.

Teresa Almaguer, coordinadora de programas de PODER, dijo que era importante compartir las preocupaciones sobre justicia ambiental de los barrios pobres de San Francisco con otros activistas en el Foro Social de Estados Unidos.

"Lo que ocurre en San Francisco sucede en todo el mundo. El racismo ambiental está institucionalizado", dijo Almaguer.

La activista señaló que familias de la clase trabajadora están siendo desplazadas por la expansión de condominios para personas con mayor poder económico, y alertó que esos emprendimientos tienen fuerte impacto ambiental.

"Mientras luchamos para crear barrios seguros y saludables, somos desplazados. Este es un tema global", dijo Almaguer. "También queremos llamar la atención sobre Lennar. Necesitamos luchar y trabajar juntos porque podemos lograr grandes cosas".

Por su parte, Sandar Sebastian, quien vino de Nueva York para participar del Foro que se desarrolla toda esta semana en Detroit, dijo a IPS estar impresionada por la energía y el conocimiento que han mostrado los jóvenes de San Francisco.

"Creo que es verdaderamente inspirador encontrar jóvenes tan involucrados en este tipo de análisis de la justicia ambiental, y que puedan relacionar el racismo ambiental con el impacto en su vida diaria", afirmó.

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