BRASIL: Campeón en reciclaje de latas

Brasil se ha llevado por nueve años consecutivos el trofeo mundial de reciclaje de latas de aluminio, reaprovechando 96,5 por ciento de las usadas y con grandes posibilidades de llegar ahora a 100 por ciento.

Eso es lo que prevé el experto Henio de Nicola, coordinador de reciclaje de la Asociación Brasileña de Aluminio (ABAL).

El éxito se debe a un equipo "fantástico", que "ha pensado en el proceso de reciclaje desde que las latitas llegaron a Brasil en 1989", explicó De Nicola.

Usando la terminología futbolística, el experto detalló que primero se armó la defensa, formada por una cadena bien estructurada e independiente de subsidios gubernamentales, donde todos los participantes son remunerados por el mismo valor agregado del aluminio.

En segundo lugar, un mediocampo de programas sociales de educación ambiental dirigidos a la población y, por último, los goleadores: más de 180.000 brasileños que diariamente recolectan latas por todo el país.
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Como un buen atacante en este equipo, Josias, uno de los recolectores de este tipo de envases que trabaja en el centro de Río de Janeiro.

Mete las manos en todos los contenedores de basura que encuentra en su recorrido, se baja para recolectarlas en la calle y cuenta con dueños de bares y restaurantes que le entregan los envases.

"Las latitas me brindan el (pan de) cada día, la alimentación, los gastos, el sustento de mi familia", reconoció ante IPS Josias. Por los 15 kilogramos de latas, o mejor dicho de aluminio que es el metal de que están hechas, que recolecta y vende al depósito del centro de la ciudad, recibe casi 30 reales (17 dólares).

Gracias a trabajadores como Josias, el reciclaje de latas en Brasil normalmente llega a 96,5 por ciento. El resto "se debe a que hay sitios donde no tenemos medios de medir el índice de reciclaje", justificó Nicola.

Son más de 14.000 millones de latas recicladas en el último año. Esto equivale a más que cuatro barcos del tamaño del famoso Titanic.

Además de ofrecer ingresos a más de 180.000 familias, las latitas recicladas alimentan el negocio de los dueños de los depósitos.

Todos los días, más de 300 personas pasan por el depósito de Armando da Costa, en el centro de Río de Janeiro. Allí entregan diariamente cerca de 500 kilogramos de envases de alumnio, especialmente de bebidas.

"El depósito me ayudó a mantener a mis hijos y sostenerlos para que pudieran completar la universidad", señaló Costa a IPS. Eso es posible por el buen valor agregado del aluminio, que permite ganancias a todas las partes del proceso.

Desde los almacenes las latas son transportadas a las grandes industrias por camioneros que también participan de la cadena.

Un camionero proveniente de Foz de Iguazú, en la frontera con Argentina y Paraguay, recorre 1.200 kilómetros con 14 toneladas de latas hacia Pindamonhangaba, municipio del estado de São Paulo, polo de reciclaje, contribuyendo a las 250 toneladas que diariamente son derretidas y recicladas en una industria.

Hay tres factores favorables al aluminio reciclado, según uno de sus compradores, Osmar Marchioni, que trabaja en otra empresa de Pindamonhangaba.

"Si uso el aluminio virgen tendré que adicionar otros costos: el de la energía eléctrica, que será 95 por ciento más alto y el de extraer del yacimiento la bauxita, el mineral que contiene el aluminio. Por el otro lado, está la población que se beneficia de la economía del aluminio reciclado", detalló a IPS.

Después de quemado, derretido y reciclado, el aluminio mantiene 95 por ciento de sus características químicas originales.

"Debido a estos factores, las latas son un ejemplo no sólo en la cadena del aluminio, sino también como un benchmarking (evaluación comparativa) para otros materiales con que se está desarrollando la cadena de reciclaje", sostuvo De Nicola.

El experto recuerda que en Brasil hay pocas políticas de reciclaje con respecto a la basura. Al comienzo de este año en Río de Janeiro los desechos urbanos fueron uno de los principales motivos de las inundaciones de la ciudad.

Las cifras lo comprueban. Luego del papel, que viene en segundo lugar en la cadena de reciclaje, con 79,6 por ciento, el tercer tipo de material reutilizado viene bastante atrás. Solamente una de cada dos botellas de PET (Tereftalato de polietileno), el envase de plástico más usado para los refrescos, es reciclada.

El PET se puede reaprovechar no solamente en la producción de nuevas botellas sino también para hacer alfombras de coches y piscinas. Asimismo, el poliéster es utilizado en la industria textil para crear la camiseta de la selección brasileña de fútbol.

En 2006, el reciclaje de latas de aluminio alcanzó 91,7 por ciento en Japón y 52 por ciento en Estados Unidos y la Unión Europea.

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