Hambre complica desmovilización en Sudán del Sur

El Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés reclutó a Timothy a la fuerza a los 11 años. Primero lo golpearon y luego lo llevaron a una base militar donde tenía que cargar las mochilas de los soldados, lavarles la ropa, recoger leña y cocinarles.

"No me daban suficiente alimento", dijo a IPS. "Dependíamos de la comida que nos daba la comunidad. El Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLA, por sus siglas en inglés) no nos entregaba nada especial. Sufrí mucho", relató.

Timothy es uno de los 91 niños y niñas desmovilizados a fines de abril del SPLA.

El tratado de paz suscrito en 2005 entre el norte, de mayoría árabe musulmana, y el sur, de negros cristianos, para poner fin a la guerra civil de dos décadas., prevé la desmovilización, el desarme y la reintegración de unos 12.000 niños y niñas reclutados por ambas fuerzas.

Cinco años después, un informe divulgado por Organización de las Naciones Unidas (ONU) en mayo señaló al SPLA como "violador permanente" de las normas que velan por la seguridad de los menores en conflictos armados. La investigación del foro mundial reveló que 33 niños soldados que habían sido desmovilizados volvieron a ser reclutados el año pasado.
[related_articles]
La desmovilización ha sido "lenta", señala un informe de la organización Small Arms Survey, divulgado en junio. Las comunidades que reciben a menores ex combatientes tienen dificultades para asumir la carga económica y social que conlleva su reintegración.

Unos 900 niños y niñas siguen en el ejército del sur, por debajo de los 3.000 estimados en 2005.

"Todavía me llaman y me dicen que puedo regresar al ejército", relató un ex niño soldado del estado Unity State, desmovilizado hace dos años cuando tenía 15. Timothy no regresará porque quiere quedarse con su familia, dijo el joven a IPS.

Hambre dificulta desmovilización

El SPLA no necesita reclutar más niños, señaló George Gatloy Koang, vicepresidente de la estatal Comisión de Desmovilización, Desarme y Reintegración de Sudán del Sur.

La Comisión descubrió tres niños que el año pasado regresaron a los barracones por su cuenta porque en su casa no tenían nada para comer, dijo Koang a IPS.

"Es muy difícil conseguir alimento", apuntó. "El niño abandona el lugar donde es fácil conseguir comida, pero luego pasa hambre un par de días y tiene que volver", añadió.

Los oficiales a veces denuncian el hecho a la Comisión, pero no siempre, apuntó.

Si el niño no otra forma de alimentarse no hay forma de expulsarlo de los barracones, explicó Koang. "No es porque fue reclutado otra vez", añadió.

Cuando la Comisión descubre que hay niños en una unidad militar los saca.

El SPLA firmó en 2009 un plan de acción con la ONU para desmovilizar a todos antes de diciembre de este año.

Más apoyo

La Comisión no tiene suficientes recursos para apoyar la tarea de desmovilización de menores, señaló su director, Charles Machieng.

El gobierno depende de organizaciones internacionales como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) para entregar ayudar a las familias de ex niños soldados.

La cantidad de personas que necesitan alimentos en Sudán del Sur se cuadriplicó, indicó el PMA, de un millón, en 2009, pasó a 4,3 millones este año, debido a la sequía y a la situación social.

La "inestable situación de la seguridad hace que muchas personas no tengan alimentos y que en las zonas agrícolas no se pueda cultivar", añadió.

Noventa por ciento de la población de Sudán del Sur vive con menos de un dólar al día, según la ONU.

La Comisión pide más ayuda a la comunidad internacional para evitar que los menores regresen a los barracones.

El gobierno de Sudán del Sur debe destinar más fondos a servicios sociales como salud y educación para ayudar a los ex niños soldados, señaló el oficial de comunicaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en este país, Bismarck Swangin

El presupuesto de este año de 3.300 millones de dólares otorga siete por ciento a la educación y cuatro por ciento a la salud, un aumento de 11 por ciento y ocho por ciento, respecto de 2009, lo que según el gobierno, "muestra su preocupación por atender los servicios básicos".

Pero no alcanza, según Unicef. Las fuerzas de seguridad reciben 37 por ciento del presupuesto.

"Somos conscientes de los desafíos", dijo Swangin a IPS. "Pero creo que se puede hacer más. Creo que el gobierno debe redoblar el esfuerzo para asignar más recursos", añadió.

"Para aliviar los costos, el gobierno y Unicef tienen un programa que ofrece educación, atención médica y legal para fortalecer a las comunidades que reciben a niños y niñas", explicó Swangin.

El proceso de desmovilización "funciona, pero a veces no de acuerdo a nuestras expectativas", apuntó.

Timothy tiene suerte. Su familia tiene recursos económicos para recibirlo. En el marco del proceso de desmovilización, el PMA entrega a su familia alimentos para tres meses para disminuir el costo adicional que significa tener una boca más para alimentar.

El tío de Timothy, Francis, lo envía a él y a sus otros hijos a la escuela, "porque una vez que completen su educación, tendrán que alimentarse solos".

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe