BIODIVERSIDAD-JAMAICA: La isla del tesoro expuesta a piratas

El éxito de investigadores de Jamaica en el aprovechamiento de plantas nativas para su uso medicinal ha puesto en el tapete la insuficiencia de las leyes locales para proteger la rica diversidad biológica de la isla.

El árbol del pan o frutipan (Artocarpus altilis) desde el cual el Dr. Lawrence Williams y otro investigador aislaron un componente para el tratamiento de la hipertensión. Crédito: Zadie Neufville/IPS
El árbol del pan o frutipan (Artocarpus altilis) desde el cual el Dr. Lawrence Williams y otro investigador aislaron un componente para el tratamiento de la hipertensión. Crédito: Zadie Neufville/IPS

Dos días después de que el zoólogo Lawrence Williams anunció una patente internacional para un compuesto anticancerígeno derivado de la hierba de las gallinitas (petiveria alliacea), otro científico local, Henry Lowe, informó que realizaría pruebas clínicas a un compuesto extraído de un musgo jamaiquino también con propiedades contra el cáncer.

Son apenas dos de las 334 plantas de este país que han sido investigadas por sus propiedades medicinales.

Williams, del gubernamental Centro de Investigación Científica (SRC, por sus siglas en inglés), descubrió un complejo de proteínas —dibensyl triulphide— con la capacidad de matar varios tipos de cáncer, incluyendo el melanoma, el de pulmón y el de mama, dijo a IPS.

Los inminentes ensayos clínicos de un nutracéutico (alimento o compuesto beneficioso para la salud humana) generado a partir de un musgo conocido como barba de viejo (Tillandsia Recurvata), para tratar el cáncer de próstata, fueron recibidos con entusiasmo y algo de escepticismo. Detrás de la iniciativa está Lowe, un bioquímico jamaiquino, y otro investigador, Joseph Bryant.
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Hasta ahora, la planta ha sido relacionada por la mayoría de los jamaiquinos con un parásito, que invade árboles y molesta a los cables de electricidad.

Muchos creen que estas plantas nativas podrían producir compuestos de alta calidad medicinal o nutracéuticos, muy similares al café, la cocoa, el jengibre y la pimienta jamaiquina.

Ahora más que nunca, los ecologistas de la isla están preocupados por el hecho de que, sin una adecuada protección, la biodiversidad local corre el riesgo de ser explotada por naciones ricas o destruida por fabricantes de fármacos.

«No hay nada para proteger a las plantas. No tenemos ‘Lista Roja'», dijo a IPS el biólogo Andreas Oberli, en referencia a la ausencia de información reciente para la lista de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La Autoridad para la Conservación de los Recursos Naturales de Jamaica y las leyes de protección de la vida silvestre, que rigen la preservación de los recursos biológicos de la isla, casi no hablan de especies de plantas.

Sólo las plantas que fueron incluidas en el pasado por la UICN están cubiertas, y la flora de las tierras privadas no se beneficia de la limitada protección de las leyes.

El resultado, según Oberli, es que «muchos de los tesoros biológicos de la isla están siendo perdidos de desarrollo, especialmente en las zonas costeras donde los bosques vírgenes y las cuevas están siendo destruidos para construir hoteles». En el interior, los agricultores están destruyendo los bosques, aseguró.

La rica diversidad biológica de Jamaica ubica a este país en el quinto lugar del mundo en términos de endemismo, esto es, exclusividad de determinadas especies en un espacio geográfico dado. Sin embargo, sólo han sido catalogadas 200 de las más de 3.300 especies de plantas con flores.

De acuerdo con la Agencia Nacional de Ambiente y Planificación (NEPA, por sus siglas en inglés), encargada de preservar la biodiversidad de la isla, cerca de 923 de las plantas conocidas en el mundo están solo en Jamaica.

En el marco de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), la NEPA sólo otorga permisos a equipos de investigadores que cuenten con un especialista jamaiquino.

La agencia además exige que las muestras utilizadas sean conservadas en el Instituto de Jamaica, explicó el zoólogo Karl Aiken, de la Universidad de las Indias Occidentales (UWI).

Pero con la cantidad de especies de plantas todavía sin conocer y con las nuevas variedades que son descubiertas cada día, los científicos locales dicen que el valor de la diversidad biológica de la isla es infinitamente ignorado.

Muchos están interesados en realizar evaluaciones económicas de los sectores con altos niveles de endemismo, pero hasta ahora sólo limitados proyectos han seguido este camino.

Oberli está preocupado porque la gran biodiversidad de Jamaica no está siendo desarrollada; se está perdiendo antes de que pueda ser registrada o descubierta.

Él describió las reservas naturales declaradas por el gobierno como «parques de papel». Un ejemplo es la protegida península Palisadoes, donde una carretera está siendo construida en el único hábitat conocido de un raro cactus endémico.

Las investigaciones medicinales en Jamaica a menudo derivan de remedios tradicionales, como la Cannabis sativa (marihuana), que se dice mejora la vista de los pescadores o es usada por abuelas para aliviar el asma en niños.

También Cerasse, una variedad de Momordica charantia, usada desde hace mucho tiempo para tratar la diabetes y curar el dolor de estómago, entre otras dolencias. El árbol del pan o frutipan sirve para la hipertensión.

La investigación de plantas en Jamaica se remonta 129 años atrás, pero la investigación de productos naturales comenzó en 1948 con la fundación de la UWI.

Desde entonces, los científicos han puesto a prueba el conocimiento de los curanderos locales, estudiando el valor medicinal de cientos de especies y probando 193, incluyendo 31 endémicas por sus componentes bioactivos y químicos que permanecen estables durante el proceso.

El Grupo UWI informó que cerca de un cuarto de las plantas endémicas examinadas tenían componentes bioactivos.

En 1987, el profesor de farmacología Manley West y su compañero, el oftalmólogo Alfred Lockhart, desarrollaron exitosamente Canasol para el tratamiento del glaucoma, Asmasol para el asma bronquial y Canavert para el mareo. Todos se derivaron de variedades de Cannabis sativa cultivadas localmente, conocidas como ganja.

En 2008, el par nuevamente logró éxito con otro medicamento derivado de la cannabis, Centimal, también para el tratamiento del glaucoma.

Con la creación de otras universidades locales y ahora del Instituto de Investigación Biotecnológica y Desarrollo, una colaboración entre las tres universidades más antiguas —la UWI, la Universidad de Tecnología y la Universidad del Norte del Caribe (NCU)— junto al SRC, se han logrado más éxitos aún.

En la NCU, científicos han investigado las propiedades del Hibiscus sabdariffa para combatir el cáncer, conocido como flor de Jamaica y usada para elaborar la tradicional bebida de Navidad de este país.

Cultivada en tres variedades, la producción de Hibiscus sabdariffa provee un compuesto que los investigadores dicen permitiría grandes avances en el tratamiento de la cura del cáncer de pulmón e hígado.

La NCU además encontró que el ajo logra que las células de cáncer de pulmón e hígado se reduzcan y eventualmente mueran.

Investigadores de la UWI estudian los efectos de hierbas locales en enfermedades como la hipertensión, la diabetes y el glaucoma. Las tasas de cáncer de próstata y diabetes de Jamaica están entre las más altas del mundo.

El problema que los científicos jamaiquinos enfrentan ahora «es estar por delante de la competencia», dijo Lowe el 2 de este mes durante el lanzamiento de una nueva entidad de investigación en la isla.

Al bautizar las plantas de donde son extraídos los compuestos, Lowe y otros están preocupados porque grandes compañías producirán versiones comercializables antes que ellos.

Por ejemplo, la vincapervinca fue tradicionalmente usada para tratar diabetes por muchos años hasta que los científicos locales aislaron un compuesto para tratar cáncer. Su trabajo fue usado para desarrollar los actuales medicamentos líderes en el mundo contra la leucemia (Vinblastine and Vincristine), sin el reconocimiento de la propiedad intelectual jamaiquina.

Pero a pesar de los desafíos que impone un gobierno con recursos limitados, altos valores de las patentes e inadecuada protección de los recursos biológicos, los investigadores jamaiquinos están tomando la delantera y esperando que la legislación se ponga al día a tiempo.

* Este artículo es parte de una serie de reportajes sobre biodiversidad producida por IPS, CGIAR/Bioversity International, IFEJ y PNUMA/CDB, miembros de la Alianza de Comunicadores para el Desarrollo Sostenible (http://www.complusalliance.org).

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