COMERCIO-INDIA: Tiendas de barrio temen acuerdo con la UE

Las firmas trasnacionales que impulsan el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea e India prometen a los consumidores una «experiencia nueva y dinámica», sin importarles qué ocurrirá con las tiendas familiares del país asiático y con sus 40 millones de empleados.

Los comercios minoristas florecen en contextos carenciados. Crédito: Ranjit Devraj/IPS
Los comercios minoristas florecen en contextos carenciados. Crédito: Ranjit Devraj/IPS
Tras cuatro años en debate, el Acuerdo Bilateral de Libre Comercio e Inversiones entre la Unión Europea (UE) e India se abrió camino durante la visita del primer ministro indio Manmohan Singh a Bruselas, el 10 de este mes, y su firma se prevé para principios de 2011.

Pero activistas, organizaciones no gubernamentales y partidos de la oposición han criticado las negociaciones, por carecer de transparencia pese a que los recortes arancelarios de 90 por ciento impactarán en la salud, la agricultura, la pesca, la banca y los programas de reducción de la pobreza.

"El caso de India es diferente porque las ventas minoristas informales representan un abrumador 96 por ciento del comercio total de este país, la mayoría de kiranas (tiendas de barrio), almacenes de ramos generales y vendedores ambulantes", dijo D. Raja, miembro del parlamento y secretario nacional del Partido Comunista de India.

"La venta al por menor ofrece un sustento fácil para millones de personas, debido al escaso capital, habilidades e infraestructura que requiere, mientras brinda un servicio real a las comunidades", dijo Raja a IPS.
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El empleo organizado representa menos de nueve por ciento de los más de 450 millones de personas que integran la fuerza laboral india.

"La venta minorista organizada, patrocinada por los ricos, sólo puede crecer a costa del sector informal, y eso ya está afectando el sustento. Además, el gobierno se niega a discutir los acuerdos de libre comercio en el parlamento", señaló Raja.

"He aquí un buen ejemplo de cómo aumenta el desempleo en este país", agregó.

Para Venkatesh Narayan, coordinador de la no gubernamental Iniciativa de Derechos Humanos de la Commonwealth (mancomunidad británica de naciones), con sede en Nueva Delhi, "aunque el acuerdo comercial UE-India tendrá un impacto enorme en la agricultura y las ventas minoristas, que según la Constitución india están bajo jurisdicción estadual, resulta perturbador que no se esté dando participación a los gobiernos de los estados".

Sin embargo, resulta evidente la determinación del gobierno central en una serie de documentos de discusión sobre las inversiones extranjeras directas en el sector de las ventas minoristas, que fue divulgado por el Departamento de Promoción y Política Industrial (DIPP, por sus siglas en inglés).

Los argumentos que favorecen las inversiones extranjeras directas en las ventas minoristas, planteados en los documentos del DIPP, enfatizan la necesidad de realizar enormes inversiones en logística e infraestructura si el mercado indio quiere volverse más eficiente en esta área.

Citando cifras del Ministerio de Agricultura, los documentos del DIPP señalan a la mala calidad de la infraestructura de la cadena de frío y de las instalaciones de almacenamiento como los motivos por los que los agricultores indios pierden alrededor de 12.000 millones de dólares anuales por frutas y verduras que se pudren allí.

Los agricultores indios producen alrededor de 180 millones de toneladas de frutas y verduras al año, pero no tienen acceso a créditos y no pueden influir en los precios del mercado. Un estudio del Banco Mundial culpa a una débil cadena de suministro "de la granja al plato" por la falta de competitividad de la horticultura india.

Pero estas razones no alcanzan para permitir que haya inversiones extranjeras directas en las ventas minoristas, sostuvo Dharmendra Kumar, director de India FDI Watch, una coalición de sindicatos, asociaciones comerciales, organizaciones no gubernamentales y académicos con sede en Nueva Delhi que se opone a que actores extranjeros ingresen al vasto mercado indio.

"Si hay una carencia de crédito e infraestructura, el gobierno debe intervenir en vez de usar esto como excusa para invitar a conglomerados internacionales como Carrefour, Metro y Tesco, a los que sólo les interesa maximizar las ganancias", dijo Kumar a IPS.

El objetivo declarado de India FDI Watch es garantizar que los actores extranjeros solamente tengan permitido el ingreso a condición de que se protejan las pequeñas empresas, los salarios justos y las condiciones laborales, además de que la mano de obra sea del lugar.

Según Kumar, lo que resulta atractivo a los gigantes europeos de las ventas minoristas es lo poco protegidos que están los pequeños productores, comerciantes y consumidores.

Carrefour dijo el 30 de julio al DIPP que las inversiones extranjeras directas ayudarían a controlar la inflación mediante precios racionalizados al consumo, un menor desperdicio en la cadena de suministro y la implementación de mejores prácticas en el sector.

Carrefour también argumentó que esas inversiones en las ventas minoristas permitirán "la generación de significativos ingresos tributarios", ya que la mayoría de las empresas minoristas indias son demasiado pequeñas para figurar en la red formal de contribuyentes.

Sin embargo, Kumar dijo que los consumidores indios ya están pagando abultados impuestos a las ventas directas.

Junto con Pia Eberhardt, del Observatorio de las Corporaciones Europeas, Kumar es coautor del libro "Trade Invaders: How Big Business is Driving the EU- India Trade" (Invasores comerciales: Cómo los grandes negocios están pautando el comercio UE-India), publicado en septiembre.

Ambos sostienen que tanto la Comisión Europea —rama ejecutiva de la UE— como el gobierno indio han delegado las negociaciones por el acuerdo de libre comercio en los grupos de presión corporativos, ignorando las necesidades de sus ciudadanos y de los sectores afectados.

Según Kumar, los consumidores europeos ya están pagando un precio al no poder elegir, afrontar precios arbitrarios fijados por las corporaciones, y soportar la erosión del tejido comunitario, del cual las tiendas de barrio son parte integral.

"Cuestiones sociales reales, como el desarrollo, el sustento, la soberanía alimentaria y la justicia ambiental, social y de género, tienen que estar en el centro de la agenda de las políticas comerciales", opinó Kumar.

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