COSTA DE MARFIL: Primero las urnas, ahora la violencia sin fin

La represión de las fuerzas de seguridad contra seguidores de la oposición en Costa de Marfil, que ya costó al menos 20 vidas, se intensificó cuando ya pasaron tres semanas de realizadas las elecciones en las que el gobierno sufrió un revés. La comunidad internacional prendió las luces de alerta.

El secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Ban Ki-moon, "está muy preocupado por el prolongado impasse político", declaró el portavoz Farhan Haq, quien calificó la violencia de "desenlace inquietante".

La declaración de Ban Ki-moon pide al presidente marfileño Laurent Gbagbo, quien está respaldado por las fuerzas de seguridad, que acepte su derrota en las elecciones de noviembre, y se retire para que su oponente, Alassane Ouattara, proclamado triunfador, asuma el cargo.

Gbagbo es un profesor de historia de 65 años, originario del sur de Costa de Marfil, y a el país desde 2000. Es cristiano y está considerado como un acérrimo nacionalista.

Ouattara es un economista de 68 años respaldado por ex rebeldes del norte del país que goza del apoyo de las potencias occidentales y de la ONU.
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Costa de Marfil se independizó en 1960. En 2002 estalló una rebelión armada en el norte, de mayoría musulmana, y que representa Ouattara.

La ONU tiene 10.000 efectivos en ese país. Algunos protegen a Ouattara y a sus partidarios de las fuerzas de seguridad. Al parecer, Gbagbo pretendió formar un gobierno de coalición, peor el foro mundial se negó.

Al ser consultado por esa posibilidad, Haq dijo a IPS que la oferta "no era aceptable" porque Ouattara "obtuvo la mayoría" de los votos.

El enfrentamiento actual en Costa de Marfil comenzó tras la segunda vuelta electoral en noviembre, cuando la comisión electoral declaró a Ouattara triunfador con 54,1 por ciento de los votos, por encima de Gbagbo, con 45,9 por ciento.

"Las ex potencias coloniales tratan de resolver la situación de forma no diplomática", sostuvo un funcionario africano que no quiso dar su nombre. "No hacen lo correcto. Es un país con muchos recursos y por eso no quieren que la población permanezca unida", añadió.

Costa de Marfil es el tercer exportador de cacao. Además vende café petróleo, algodón, banana, piña, aceite de palma y pescado.

El representante especial de Ban Ki-moon en Costa de Marfil redobla los esfuerzos para evitar la violencia, dijo Haq a IPS. "El secretario general está en contacto con él", añadió.

La ONU impondrá sanciones a cualquiera que obstruya el proceso de paz. Además implementó un comité de control para registrar todos los incidentes, los comportamientos, las acciones y las decisiones que traben el proceso de paz.

"El comité propondrá medidas concretas, incluidas sanciones concretas e inmediatas", dijo en conferencia de prensa Simon Munzu, jefe de la división de derechos humanos de la Operación de las Naciones Unidas en Costa de Marfil (Unoci) y presidente de la instancia de control.

El resultado de las elecciones instaló una crisis en el país cuando el Consejo Constitucional rechazó la decisión de la Comisión Electoral Independiente de proclamar a Ouattara triunfador, alegando irregularidades en la base del norte, y declaró ganador a Gbagbo.

El Consejo de Seguridad de la ONU, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, la Unión Africana y la Unión Europea y varios países reconocieron a Ouattara como legítimo triunfador de la segunda vuelta, realizada el 28 de noviembre.

El Consejo de Seguridad reiteró el miércoles su disposición a "imponer sanciones contra las personas que traten de poner en riesgo el proceso de paz, de obstruir el trabajo de Unoci o de otros actores internacionales o de cometer graves violaciones a los derechos humanos"

"Para ellos, las sanciones son una solución, no la unidad popular", remarcó el diplomático africano que no quiso dar su nombre.

"Las sanciones no funcionan, pero las grandes potencias occidentales que controlan el Consejo de Seguridad están todas a favor de la medida. No quieren que los marfileños sean verdaderamente independientes", añadió.

Organizaciones de derechos humanos deploraron la continua violencia en Costa de Marfil y se lamentaron de la represión contra partidarios de Ouattara, que salieron a la calle a expresarle su apoyo.

Amnistía Internacional se mostró "horrorizada" por el "injustificado" uso de la fuerza.

Nueve personas murieron el jueves, y no tres, a causa de los disparos de las fuerzas de seguridad, según testigos, señaló Amnistía.

Ouattara convocó el jueves a una manifestación para tomar edificios estatales como el de la radio y la televisión, ocupados por funcionarios leales a Gbagbo, pero finalmente no se llevó a cabo.

"Debe hacerse todo lo posible para evitar una escalada de violencia. Hay una amenaza real de que se pierdan más vidas si las fuerzas de seguridad siguen disparando de forma indiscriminada contra los manifestantes", señaló Salvatore Saguès, de Amnistía.

"Costa de Marfil nunca estuvo tan cerca de una reanudación de la guerra civil", añadió.

El fiscal de la Corte Penal Internacional, el argentino Luis Moreno Ocampo, ya había dicho que de estallar un conflicto tras las elecciones iba a perseguir a los responsables, según la prensa francesa.

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