INFANCIA-KENIA: La diarrea, esa olvidada

El paludismo y el VIH/sida monopolizaron las intervenciones tendientes a reducir la mortalidad infantil en Kenia, olvidando a la diarrea que mata a cientos de niños y niñas al año.

Cecilia Njambi tenía dos hijos, pero perdió al primero a causa de ese mal.

"No había dormido bien la noche anterior y se quejaba de que le dolía el estómago. Sus deposiciones eran blandas, pero no nos alarmamos porque, de todas maneras, nadie se la toma en serio", relató. "Pensamos que sólo había comido algo que le cayó mal", acotó.

"Le dimos una solución de agua y sal, como es habitual, y en la mañana me fui a trabajar. Esa fue la última vez que vi con vida a mi hijo de cinco años", añadió.

La mortalidad infantil disminuyó de 120 cada 1.000 nacidos vivos a 74 en los últimos cinco años. Pero no hay estrategias claras para eliminar la diarrea.
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Muchos niños y niñas, en especial en zonas rurales y asentamientos precarios, mueren todos los años a causa de diarrea, aun cuando el país trata de cumplir el cuarto de los ocho Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio, de reducir la mortalidad infantil en dos tercios entre 1990 y 2015.

Las otras metas apuntan a reducir a la mitad la proporción de personas que viven en la indigencia y padecen hambre, lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad materna en tres cuartos en el mismo plazo.

También luchar contra la expansión del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), el paludismo y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y generar una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur.

La diarrea es un factor clave de la mortalidad infantil, explicó Evelyn Mutio, integrante de la Asociación Nacional de Enfermeras de Kenia.

"Se pierden muchas vidas por lo que la comunidad médica suele denominar ‘las tres demoras’", apuntó.

"La madre o adulto responsable demora en llevar al menor al hospital, por lo general porque la gente se automedica", explicó.

Cuando finalmente deciden llevar al niño o niña al hospital, el tiempo en que lo vea un médico dependerá de la distancia al centro de salud. Una vez allí, se hace un diagnóstico antes de prestar los primeros auxilios.

Hay varios tipos de diarrea, según la causa, explicó Mutio. El personal de salud debe asegurarse que mientras se hace el diagnóstico, el menor esté hidratado.

"Primero deben encontrar la causa y después tratarla", explicó. "En ese proceso, el paciente pierde mucho líquido. Se imaginará cómo se deshidrata un niño o niña con cuatro deposiciones por hora", además de vómitos, añadió.

"Cuando vamos a la clínica a vacunarnos nos enseñan la importancia de tratar de inmediato enfermedades como la diarrea, pero la información no está presentada de forma como para llevárnosla a casa", señaló Jackline Ngatha.

"Nos suelen dar material sobre higiene, pero la mayoría de nosotros estamos más preocupados en llevar comida a la mesa que en leer", añadió.

La falta de dinero es otro de los factores que propician la diarrea, un problema que aqueja, principalmente, a las personas más pobres, explicó Mutio.

"El agua potable cuesta dinero, al igual que hervirla y hasta emplear sustancias químicas para purificarla", explicó. Las demoras en llevar al niño o niña al hospital también suelen deberse a la falta de efectivo.

El gobierno creó centro de salud donde la atención es gratuita, aunque no del todo.

"Las clínicas suelen quedar lejos y hay que desplazarse hasta allí. Es necesario comprar una tarjeta médica. Por lo general cuesta menos de un dólar, pero solemos vivir con menos de eso por día", explicó Njambi. "Luego, también hay que comprar un medicamento", añadió.

"Nada es gratis", se lamentó.

"Cuando un niño tiene diarrea preparamos brebajes para tratar de detenerla y ahorrar dinero", señaló James Otieno, un residente del asentamiento precario de Kibera, uno de los más grandes de África.

La situación es especialmente difícil en los tugurios porque las organizaciones humanitarias han concentrado sus recursos en disminuir el VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

"No hay saneamiento ni agua potable en los asentamientos, y la poca que hay cuesta caro. Después de ser atendido, el niño vuelve al mismo ambiente sucio. Lo único que se hizo fue posponer el problema", explicó.

Otieno creó, con unos amigos, una organización para ayudar a mantener el barrio limpio y contribuir a controlar la enfermedad derivada de la "falta de tratamiento de la basura", indicó.

Es una pequeña iniciativa, pero para los vecinos es una solución para que los menores vivan en un ambiente limpio, salvándolos de la diarrea y de una muerte evitable.

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