Crece el apoyo a metas para un consumo más sustentable

Los Objetivos de Consumo para el Milenio, que van desde reducir las horas de trabajo hasta aumentar el uso de bicicletas y caminar más, usar ropas de segunda mano y consumir menos carnes y lácteos, ganan terreno en los debates que se suscitan en Internet.

Estas recomendaciones toman como modelo a los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio, definidos en 2000 por la Asamblea General de la ONU y que incluyen, entre otras cosas, reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza y hambre (en relación a 1990) para el año 2015.

Mohan Munasinghe, experto srilankés en desarrollo sustentable y cambio climático, propuso los Objetivos de Consumo en una entrevista que mantuvo con IPS en enero en Colombo. Desde entonces, su idea ha desatado todo un debate.

Algunos quieren que estos Objetivos sean ocho, como los del Milenio, y luego se presenten a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde puedan concitar la atención y el compromiso de los estados miembro. Otros prefieren fijarse metas personales para ayudar a reducir los hábitos que dañan el ambiente.

Los Objetivos de Desarrollo, En relación a los de consumo, Erik Assadourian, director del proyecto sobre Culturas en Transformación e investigador del Worldwatch Institute, listó cinco sugerencias.
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Primero, reducir a la mitad la obesidad y el sobrepeso para 2020, a fin de reducir la mortalidad, la morbilidad y los costos económicos, así como las presiones ecológicas causadas por el excesivo consumo de alimentos.

Segundo, recortar a la mitad la semana laboral, para distribuir mejor los empleos y la riqueza, promover un estilo de vida más saludable y reducir la actividad económica, dijo Assadourian.

Tercero, cobrar impuestos a los más ricos de la sociedad. Cuarto, duplicar el uso de medios de transporte no motorizado, como las bicicletas. Y quinto, garantizar la atención a la salud para todos, añadió.

"Ayúdenme a sumar otros tres objetivos a la lista para llegar a ocho, y entonces podremos presentar esto a la ONU", escribió Assadourian.

"Después de todo, si en los países industrializados pueden fijar objetivos para quienes viven en los países en desarrollo, la ONU debería mostrar la misma preocupación por quienes viven mal en los países ricos", agregó.

Matthew McDermott, del sitio web www.treehugger.com, dedicado a temas de sustentabilidad, sugirió duplicar la cantidad de alimentos producidos orgánicamente, lo que reduciría el uso de combustibles fósiles, fertilizantes químicos y pesticidas, además de permitir una menor utilización de electricidad en el hogar.

"Si su electricidad procede de combustibles fósiles, esto reducirá la contaminación, las emisiones de gases de efecto invernadero e, indirectamente, aumentará la independencia energética. Si su electricidad es generada a partir de fuentes renovables, esto reducirá la cantidad de energía y de tierra que se necesita para las granjas eólicas, plantas solares, hidroelectricidad y biocombustibles", escribió.

En un correo electrónico publicado en el sitio web de Munasinghe, Philip Vergragt propuso reducir 25 por ciento el espacio que cada persona utiliza para vivir. También sugirió cocinar más en casa, con ingredientes frescos y, en lo posible, adquiridos en el mismo lugar.

Otras recomendaciones incluyen reducir la compra de nuevos productos y los desechos, mediante la elaboración de compost (abono orgánico) y el reciclaje.

Jeremy Williams, un periodista independiente que escribe desde Gran Bretaña, sugirió desde su sitio web "Make Wealth History" (hacer que la riqueza sea historia) una reducción de los viajes aéreos, terminar con el despilfarro de alimentos y crear un sistema bancario estable.

Varios sitios web y blogs han decidido promover la idea de los Objetivos de Consumo para los ricos.

En uno de ellos, quien se identificó como Kishor Mistry dijo estar fijándose algunas metas personales para sí mismo. Entre ellas, no comprar ni ropa ni zapatos nuevos hasta que los viejos estén gastados, usar escaleras en vez de ascensor y no cambiar de automóvil si el viejo funciona.

Otro, apenas identificado con las iniciales "CH", urgió a cambiar los hábitos alimentarios. "Voto por una reducción de 90 por ciento en la carne y 70 por ciento en huevos y productos lácteos. A consecuencia, no importará si aumenta el precio de la carne, y a la vez podremos abolir las granjas industriales", planteó.

A propósito de la reducción de la semana laboral, Thomas Colley dijo que esto significará que los individuos tengan más tiempo para las misiones voluntarias, entre otros beneficios.

Por su parte, Munasinghe está planteándose sus propios objetivos. "He plantado un árbol para reducir mi huella de carbono, y también he hecho un esfuerzo consciente por reducir mis viajes aéreos usando más las videoconferencias", dijo.

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