LIBIA: Activistas piden al mundo que detenga masacre

Grupos de derechos humanos criticaron la inacción de la comunidad internacional ante las «masacres» del régimen de Muammar Gadafi, que lanzó una sangrienta represión contra manifestantes pro-democráticos, matando a cientos de personas en sólo cinco días de protestas.

Gadafi intenta por todos los medios evitar lo que ocurrió en Túnez y Egipto. Crédito: Eskinder Debebe/UN DPI
Gadafi intenta por todos los medios evitar lo que ocurrió en Túnez y Egipto. Crédito: Eskinder Debebe/UN DPI
Los disturbios llegaron el domingo a Trípoli, la capital, desde la oriental ciudad portuaria de Benghazi. La fuerte represión del régimen y un amenazante discurso dado por el hijo de Gadafi, Seif el Islam, no frenaron a los manifestantes, que este lunes habrían llegado incluso a atacar la sede central del gobierno en la capital, según informó la cadena panárabe Al Jazeera.

La Organización por los Derechos Humanos, con sede en El Cairo, condenó el uso de la violencia contra los manifestantes y pidió una investigación internacional. Por su parte, el grupo Humanity, con sede en Viena, señaló que la masacre cometida por el régimen libio equivalía a "crímenes de guerra".

Hay informes diversos sobre el número de muertos, pero se estima que llegaría a cientos.

Human Rights Watch informó que 173 personas habrían fallecido. El periódico privado londinenses Libya Al-Youm citó a un médico local señalando que 285 personas habían muerto solo en la oriental ciudad de Benghazi.
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Según un testigo que habló con Al Jazeera por teléfono, unas 300 personas habrían muerto en Benghazi, la segunda ciudad más grande del país.

Gadafi, quien gobierna Libia desde 1969, intenta evitar el mismo destino de los presidentes de Túnez y Egipto, derrocados en las últimas semanas por protestas populares similares. Por eso lanzó una represión mucho más severa que en esos países.

Su táctica incluye suspender la distribución de alimentos, de combustible y de medicamentos, así como la electricidad en las ciudades donde hay protestas. El régimen también cortó las comunicaciones con el objetivo de impedir que las protestas se propaguen a otras ciudades.

Pero todo esto no impidió que las manifestaciones llegaran a Trípoli el domingo.

Medios de prensa panárabes señalan que las tropas de Gadafi usaron balas reales y armas militares pesadas, como misiles antitanque, para reprimir las protestas en Benghazi.

El diario Libya Al Youm informó en su sito web el domingo que las fuerzas del régimen utilizaban "armas pesadas" y disparaban al azar.

El periódico también hizo un llamado a enviar urgentes suministros a los hospitales de Benghazi, incluyendo sangre.

"Las fuerzas de seguridad de Muammar Gadafi disparan a ciudadanos libios y matan a decenas simplemente porque demandan un cambio y exigen responsabilidad", dijo el subdirector para Medio Oriente y norte de África de Human Rights Watch, Joe Stork.

Mientras, el gobierno de Gadafi intenta presentar la revuelta como un complot extranjero para desestabilizar el país, argumento usado por muchos otros regímenes árabes. Después de una larga historia de colonización por parte de potencias occidentales y de Israel en los territorios palestinos, los pueblos árabes sienten una gran desconfianza hacia la interferencia externa.

La estatal Agencia de Noticias Libia (JANA) informó el domingo que el gobierno luchaba contra un complot inspirado por Israel para crear la anarquía en el país. También señaló que no había genuinos reclamos populares tras las manifestaciones.

Israel financia fuerzas de "separación" en la región árabe, añadió JANA.

El diario Al Shams, controlado por una rama del Ministerio de Información, indicó que el gobierno había expuesto una "red de elementos externos" en varias ciudades libias.

Pero publicaciones en Internet hechas por manifestantes libios indican que quienes participan de las protestas realmente quieren un cambio de régimen y democracia.

Los disturbios se concentran en torno a las ciudades orientales, en particular la mediterránea de Benghazi. También se reportaron protestas en Baida, Ajdabiya, Zawiya y Derna antes de que se propagaran a Trípoli.

Las protestas comenzaron el jueves pasado, luego de que activistas en Internet llamaran a un "Día de furia" contra las condiciones políticas y económicas impuestas por el régimen de Gadafi.

El domingo, el sitio web LibyaFeb17.com publicó comentarios condenando la indiferencia internacional a la represión.

"Es precisamente este silencio lo que es muy preocupante en esta situación aterradora", señaló.

El sitio publicó estos comentarios luego de que el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, dijo el sábado que no "molestaría" a Gadafi.

En 2009, el gobierno libio hizo inversiones en ENI, compañía petrolera italiana que operaba en Libia desde 1959. ENI es la principal productora extranjera de crudo en territorio libio.

Gran Bretaña informó el viernes que revocaría las licencias para exportación de armas a Libia y Bahrein, otro país árabe cuyo gobierno reprime protestas populares. La prohibición limitará la venta de gases lacrimógenos y balas que podrían ser usadas contra manifestantes.

Gadafi se había mostrado firme y tranquilo luego de que sus aliados Zine El Abidine Ben Ali y Hosni Mubarak fueran derrocados en Túnez y Egipto respectivamente en las últimas semanas.

El canal estatal libio Al Jamahiriya TV, transmitido vía satélite a otras naciones árabes, difundió entrevistas a altos funcionarios de gobierno que llamaban a la calma y aseguraban estar "abriendo un diálogo".

Los funcionarios señalaban que el gobierno invertía "cientos de millones" de dólares para mejorar la vida de los libios, remodelando la infraestructura, las carreteras, las escuelas y universidades.

El canal sigue emitiendo canciones de elogio a Gadafi, mientras los manifestantes son cada vez más en las calles.

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