COSTA DE MARFIL: Donde batallas hubo, combatientes quedan

Para realizar su primera reunión de gabinete, el primer ministro de Costa de Marfil, Guillaume Soro, eligió el barrio Plateau, de esta capital administrativa, como un símbolo del regreso a la vida normal en esta parte del país, que sufrió intensos combates entre el 30 de marzo y el 11 de este mes.

Niños juegan en la calle pese a que persiste la inseguridad. Crédito: Nancy Palus/IRIN
Niños juegan en la calle pese a que persiste la inseguridad. Crédito: Nancy Palus/IRIN
Los enfrentamientos terminaron con la captura del presidente Laurent Gbagbo, quien se negaba a abandonar el cargo tras las controvertidas elecciones de noviembre en las que su rival Alassane Ouattara obtuvo la mayoría de votos.

Abiyán y otras ciudades regresan de a poco a la vida normal con la salida de integrantes del gobierno de Ouattara, reconocido ganador por la comunidad internacional, del hotel en el que se habían refugiado tras el inicio de los disturbios a fines del año pasado.

Pero la permanente presencia de hombres armados, algunos de ellos vestidos de civil, preocupa a la población.

En respuesta al pedido de Ouattara, algunos funcionarios volvieron a trabajar, pero llevará semanas antes de que puedan hacerlo correctamente por el estado de algunos edificios. El tránsito se anima y algunas estaciones expendedoras de combustible reabren sus puertas, pese al daño dejado por los saqueadores.
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Pero todavía hay mucha gente que tiene miedo de salir de su casa.

"Hay que tener cuidado", señaló Marc Tagny, dueño de un restaurante en el barrio de acomodado de Cocody. "Observaremos la situación hasta el fin de semana antes de reanudar las actividades normales", apuntó.

"Por ahora no sabemos quién hace qué, así que comenzamos a trabajar con cuidado", coincidió la esteticista Félicienne Tohou, del barrio de Yopougon, en el noreste de esta ciudad. "Pero a la menor señal de problema, tenemos que poder cerrar el comercio y refugiarnos en casa", añadió.

Abiyán sin policía

Las nuevas autoridades tratan de restablecer el orden después de más de una semana de derrocado Gbagbo. Pero la seguridad es precaria porque algunas comisarías fueron incendiadas. Eso llevó a la fuerza francesa Operación Licorne y a efectivos de la Misión de las Naciones Unidas en Costa de Marfil a realizar patrullajes en la ciudad.

Los comercios y los mercados de Abiyán comienzan a reaprovisionarse. Pero el costo de los alimentos no ha vuelto ni siquiera al alto nivel que tenía antes de que comenzaran los enfrentamientos en esta ciudad, hace tres semanas. La razón de ello, según los comerciantes, es que hay muchos bloqueos carreteros en los que hombres armados cobran peaje para dejar pasar.

También se ven elementos de las Fuerzas Republicanas, leales a Ouattara, patrullando en muchos barrios y tratando de tranquilizar a la población. Pero no convencen a la población local que ve entre los hombres armados a numerosas personas que antes eran mecánicos o conductores de autobuses.

"Hay tantas armas en el barrio, pero los que las llevan no dan mucha tranquilidad", señaló Frédéric Koffi, quien atiende un kiosco en Abobo, en el norte de Abiyán. "Algunos de ellos las usan para asaltar a la población. Mientras las fuerzas de seguridad no aparecen, hay hombres que ejecutan a presuntos ladrones por su cuenta", añadió.

Cuatro personas fueron ejecutadas en público el 7 y 8 de este mes en un control carretero en Abobo. Tres de ellos fueron acusados de ser mercenarios leales a Gbagbo y el otro era un fugitivo de la cárcel de Abiyán.

Bandidos sueltos

Fuera de Abiyán, la situación es diferente. Extorsión e intimidación son moneda corriente. IPS contó 18 controles carreteros en 60 kilómetros, de esta ciudad a Adzopé.

En cada uno de ellos, la gente tiene pagar alrededor de dos dólares.

"Los que se niegan, los sacamos del automóvil", señaló un hombre vestido con un chaleco y un pantalón vaquero y una Kalashnikov nueva. "A los que nos molestan, los matamos", sentenció.

"Hay una necesidad urgente de recomponer las fuerzas de seguridad y encontrar un lugar para los combatientes porque pueden plantear un problema difícil a las autoridades", señaló el analista político Damine Kouadio.

"Esos jóvenes no serán totalmente desarmados. Tendrán a su disposición las armas que esconden", indicó. "Será muy difícil restablecer la paz en dos meses para cuando Ouattara asuma la presidencia", añadió.

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