UNA ESTRATEGIA PARA HUMANIZAR LA GLOBALIZACIÓN

En las dos últimas décadas se ha afirmado a menudo que la liberalización comercial puede ser una fuerza positiva para el desarrollo. Durante ese período, los países menos desarrollados (PMD) se convirtieron en algunas de las economías más abiertas. Pero una mayor apertura de los mercados de los PMD afectó a sus poblaciones de modo diferenciado.

En general, la liberalización comercial puede tener fuertes efectos redistributivos dentro la economía que potencialmente beneficien a algunos sectores y perjudiquen a otros. A un nivel menos general, tales efectos pueden magnificar o reducir las disparidades existentes entre diferentes grupos basados en el género, la pertenencia a etnias, la clase social o la geografía. En particular, las políticas comerciales pueden tener fuertes impactos diferenciales en hombres y mujeres. El grado de diferencia dependerá de una serie de factores, incluyendo los existentes patrones de género dentro de la división del trabajo, las desigualdades económicas estructurales o el nivel educativo.

Cuando se consideran reformas comerciales es crucial para los gobernantes anticipar como afectarán la redistribución de puestos de trabajo y riqueza a nivel sectorial y prevenir la profundización de la polarización y de la exclusión social.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) ha subrayado que una constante de las últimas dos décadas fue la desconexión entre el crecimiento económico y el desarrollo social. Una era de globalización que se definió por la apertura del comercio y los libres flujos de capital ha dejado a muchos países con un incremento de la disparidad en los ingresos y una creciente desigualdad social, incluso en economías que han registrado altos niveles de crecimiento económico. La crisis financiera de 2008/9 ha mostrado que la globalización necesita ser conducida por una agenda de desarrollo en la cual el Estado juegue un papel más fuerte a través de políticas, reglamentaciones e instituciones.

Asimismo, la política comercial debe ser orientada para lograr otros objetivos de política social, como el de ofrecer mejores oportunidades laborales a las mujeres. Un proceso de globalización que deje atrás a importantes segmentos de la población no es conducente al desarrollo ni, a largo plazo, a un crecimiento económico sustentable.

En los PMD, las políticas económicas cuyo objetivo es fomentar la integración al mercado deberán, por lo tanto, ser cautelosamente diseñadas de modo que contribuyan a un desarrollo socioeconómico sostenible y equitativo. En práctica, se trata de alcanzar un equilibrio entre los nuevos y dinámicos sectores exportadores y los tradicionales. El análisis de la UNCTAD acerca de la proyección de las políticas comerciales sobre los géneros, efectuado en diversos países, busca evaluar a quienes beneficiarán o perjudicarían las políticas de liberalización comercial.

Un reciente estudio de Bután analiza esta cuestión, con un enfoque específico en la agricultura y en la propiedad intelectual.

La agricultura es la principal fuente de empleo en Bután; cuenta con más del 65% de toda la fuerza de trabajo y más del 72% de la fuerza laboral femenina. Tal distribución es común en muchos PMD, donde las mujeres trabajan predominantemente en la agricultura. Más allá de la agricultura de subsistencia, las mujeres en Bután están involucradas en la producción de algunas materias primas agrícolas exportables de alto valor. Cuidadosamente equilibrada y de modo secuencial, la liberalización comercial puede ofrecer oportunidades a las mujeres como productoras y exportadoras. Al mismo tiempo se debe prestar atención a la seguridad alimentaria, como en otros PMD.

La industria cultural y el sector de servicios pueden ofrecer a otros PMD una estrategia para la diversificación de su base económica y exportadora, y al mismo tiempo contribuiu a la conservación de su herencia cultural. Las mujeres pueden beneficiarse enormemente con esta estrategia ya que están involucradas en la producción manual de textiles y otras manufacturas artesanales, así como en ciertos productos forestales tales como plantas medicinales.También trabajan en el sector turístico y podrían establecerse vínculos entre la agroindustria y las oportunidades turísticas.

Una ulterior recomendación del estudio de casos destacó que Bután y los PMD en general podrían hacer mejor uso de los Derechos de Propiedad Intelectual para identificar y valorizar comercialmente a productos culturales y servicios. Por ejemplo, las indicaciones de origen geográfico en el etiquetado de los productos y las marcas de fábrica pueden ser usadas con este propósito y para proteger los conocimientos, técnicas y recursos locales.

Abordar los desafíos y las oportunidades en busca de una economía más igualitaria e inclusiva, en la cual las mujeres puedan compartir equitativamente sus beneficios requerirá atención en una serie de ámbitos. Como he mencionado antes, los países deben buscar caminos para reorientar la globalización de modo que sirva mejor a las necesidades de todos. (FIN/COPYRIGHT IPS)

(*) Supachai Panitchpakdi, Secretario General de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo y ex Director General de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

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