ÁFRICA AUSTRAL-UE: Asociación económica extenuada

La fatiga comienza a dominar a las negociaciones por un acuerdo de asociación económica (EPA) entre África Austral y la Unión Europea (UE).

La zona marítima de exclusividad económica de Nabia sigue constituyendo uno de los escollos en las negociaciones por los EPA. Crédito: Servaas van den Bosch/IPS
La zona marítima de exclusividad económica de Nabia sigue constituyendo uno de los escollos en las negociaciones por los EPA. Crédito: Servaas van den Bosch/IPS
En los próximos días, funcionarios de comercio de los siete países de la Comunidad para el Desarrollo de África Austral (SADC) se reunirán para definir la agenda de las conversaciones con la UE previstas para fines de septiembre.

El último contacto entre las partes fue en noviembre de 2010.

"El apoyo de parte de la UE se ha disipado. Hay mucho menos interés de parte de Bruselas este año para lograr que el proceso avance. La UE está frustrada por el poco progreso hecho y hoy se concentra más en los países asiáticos", observó Paul Kruger, investigador del Centro de Derecho Comercial para África Austral, en Ciudad del Cabo.

En la última década, la UE ha impulsado los EPA con 79 países de África, el Caribe y el Pacífico para cumplir la demanda de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de reciprocidad en las transacciones comerciales internacionales.
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El año pasado, las partes dejaron atrás un polémico proyecto de EPA interino (conocido como IEPA) y decidieron concentrarse en un pleno acuerdo comercial. Para hacer esto, ahora renegocian el IEPA artículo por artículo, mientras que traen nuevas preocupaciones a la mesa, un ejercicio que consume mucho tiempo.

Un acuerdo final establecería la liberalización recíproca de los aranceles y un acceso sin cuotas a los mercados europeos. Anexos al texto de la EPA incluirían distintos calendarios de liberalización para cada país africano, de acuerdo con sus respectivos estados de desarrollo.

Sudáfrica, que ya goza de preferencias con la UE gracias a un separado Acuerdo de Cooperación y Desarrollo Comercial (TDCA, por sus siglas en inglés), aprovecha las negociaciones de los EPA para asegurar un mejor acceso para sus productos.

El año próximo, el TDCA abrirá 86 por ciento del mercado sudafricano a los productos de la UE. Por contrapartida, el bloque europeo liberalizará 94 por ciento de sus mercados.

"Para obtener ventajas adicionales de la firma de un EPA, los sudafricanos están buscando asegurarse un mejor acceso a productos agrícolas de la región, pero la UE ha tenido dificultades a la hora de convencer a sus estados miembro para acordar esto", dijo Kruger.

"Sudáfrica envió una lista de propuestas sobre las líneas de aranceles y el acceso a mercados para productos agrícolas. La UE tardó cinco meses en responder y ahora las partes tendrán que discutir la oferta sobre la mesa", dijo Ndiitah Robiati, director del Foro Comercial Agrícola en Windhoek, Namibia.

La creciente dominación de Sudáfrica en las conversaciones está otra vez frenando el proceso. Botswana, Mozambique, Lesotho y Swazilandia firmaron el IEPA y están dispuestos a avanzar.

Angola es un mero observador en la mesa, y Namibia se ha negado a firmar los EPA, aunque reconoce que la mayor parte de sus intereses han sido ya atendidos.

"Aún hay muchos temas sin resolver, pero los preocupaciones particulares de Namibia han sido respondidas", dijo Robiati.

El debate ahora se concentra temas como la Zona Económica Exclusiva, de 300 kilómetros sobre la costa namibia, a la que Windhoek se niega a liberar.

Mientras, si bien la UE parece dispuesta a otorgarles beneficios a los miembros de la Unión Aduanera de África Austral (SACU), no así a la más industrializada Sudáfrica.

"De ninguna manera Bruselas le dará a Sudáfrica el mismo acceso que a los otros", dijo el analista independiente namibio Wallie Roux.

Esto causa fricciones entre las naciones de la SACU. "Las diferencias entre el enfoque más estricto de la UE hacia Sudáfrica es un obstáculo, ya que todos están dentro de una misma unión aduanera", dijo Roux.

"También hay otros obstáculos generados por las definiciones hechas por las partes, como los temas de acumulación", señaló.

"La acumulación tiene que ver con los países BLNS (Botswana, Lesotho, Namibia y Swazilandia) que usan productos sudafricanos como base o como componente para sus propias exportaciones a la UE. Esto actualmente no está permitido. Es básicamente una puerta trasera que la UE quiere cerrar para impedir que Sudáfrica compita con sus productos a través del BLNS", explicó.

Otro gran dolor de cabeza en las negociaciones son los indicadores geográficos, que se refieren al etiquetado de productos de acuerdo con su lugar de origen.

"Sudáfrica ha dicho ahora que acatará las reglas de la OMC sobre indicadores geográficos, arguyendo que lo que la UE propone no es legal aún", explicó Roux.

Las normas de la OMC al respecto son más laxas que las del bloque europeo.

Otro tema importante es la postura de Sudáfrica para proteger su naciente industria.

Mientras, los negociadores pierden rápidamente interés. "Parece que la UE está expandiendo su agenda de negociaciones en lugar de resolver los problemas existentes", opinó Roux.

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