KENIA: Ayuda alimentaria de agricultores locales

Mourid Abdi Dolal y Wilson Rotich son dos pequeños productores de alimentos básicos en Kenia. Uno los vende en el mercado de su aldea, y el otro ayuda a los refugiados somalíes.

Dolal trabajando en su huerta. Crédito: David Njagi/IPS
Dolal trabajando en su huerta. Crédito: David Njagi/IPS
Rotich participa de una iniciativa del Programa Mundial de Alimentos (PMA) que vincula a los pequeños productores con mercados a través del proyecto Compra para el Progreso (P4P).

Por cada cosecha exitosa, Rotich aparta una porción que vende al PMA a través de mediadores confiables. Esto, según funcionarios de esa agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es un nuevo enfoque de la ayuda humanitaria, que reemplaza la importación de alimentos.

Rotich, de 57 años, originario de la Provincia del Valle de Rift, tiene una granja de 1,2 hectáreas en la aldea de Transmara, donde practica rotación de cultivos con granos y un par de leguminosas.

Antes de enterarse del proyecto P4P, Rotich difícilmente lograba buenas ganancias con la tierra que tanto le costó adquirir. Hoy puede vender sus cosechas a un precio cinco veces superior del que conseguía antes.

Ahora Rotich vende una bolsa de 90 kilogramos de maíz o sorgo a entre 42 y 51 dólares, y con otra de judías puede ganar más de 71 dólares, cuando antes obtenía 11 y 13 dólares por cada una.

"Funcionarios del PMA nos sugirieron formar una organización de agricultores a través de la cual podríamos comprar nuestros campos de cultivo", dijo Rotich. "Esto ha ayudado a mi familia, porque ahora puedo pagar las cuotas de la escuela e incluso el hospital cuando alguno de nosotros se enferma".

La jefa de información pública de la oficina keniana del PMA, Rose Ogolla, dijo que el P4P era una iniciativa social destinada a mejorar el acceso de los pequeños productores a los mercados, e inspirarlos a invertir más en agricultura a través de la innovación.

Según Ogolla, el proyecto tiene el objetivo de atraer a los agricultores a la cadena del mercado local, ya sea a través de un contrato o de pequeños mediadores.

Cuando es por contrato, el PMA negocia con organizaciones de agricultores antes de la temporada de sembrado para comprar los alimentos a un precio dado, que se paga en el mismo momento de la entrega y puede ser usado por los granjeros para acceder a préstamos.

"El proyecto tiene el objetivo de apuntalar la cadena de ayuda alimentaria, así como hacer la agricultura atractiva ofreciéndole a los productores un mercado dispuesto", dijo Ogolla.

"Hacemos esto a través de un contrato o de un mediador con los agricultores, que les permite vendernos granos al precio que prevalece en el mercado", añadió.

En junio, el PMA anunció que los productores con menos de tres hectáreas de tierra en las provincias del Valle del Rift, Occidental, Oriental y Costera se beneficiarían del proyecto de cinco años que terminará en 2013.

Lo único que necesita un agricultor es estar legalmente registrado en una cooperativa, ser capaz de producir 56 toneladas métricas de alimentos en su pequeña granja, tener instalaciones de almacenaje adecuadas y una cuenta bancaria.

El proyecto fue introducido luego de que el presidente Mwai Kibaki calificara de desastre nacional la sequía en este país de África oriental. Dolal, un pastor devenido en agricultor, dijo no haberse beneficiado aún del proyecto P4P debido a que éste no había alcanzado a la provincia Nororiental, región que ha recibido un creciente número de refugiados por la sequía en Somalia.

Ahora practica horticultura a pequeña escala en su aldea de Dertu, también afectada por la falta de lluvias, y asegura ser capaz de cosechar cantidades razonables de col, tomates y caupí, pero sólo obtiene ingresos pequeños debido a que vende lo que cultiva a los aldeanos.

"Estaría feliz si el PMA llegara a nosotros con subsidios, porque mi aldea está a unos 50 kilómetros del campamento de refugiados de Dadaab", dijo Dolal, quien es asistido por el Proyecto de Aldeas del Milenio, de la ONU, un innovador modelo que ayuda a las comunidades africanas a salir de la extrema pobreza.

"Nuestra aldea siente la presión debido al aumento de personas desplazadas por la sequía", dijo Dolal. Hoy hay unas 400.000 personas en Dadaab, la mayoría de las cuales huyeron de Somalia.

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