KENIA: Inflación arrasa con los más pobres

La inflación de Kenia llegó a 15,53 por ciento, y los más pobres luchan para satisfacer sus necesidades básicas. Familias en algunas áreas ahora solo pueden pagarse una comida al día.

"La mayoría de los artículos básicos se han convertido en lujos, debido a los crecientes precios", dijo Jane Wabwire, residente del barrio pobre de Kwa Rhonda, en el Valle del Rift. La inflación es atribuida a los crecientes costos de los alimentos y los combustibles, incluyendo el petróleo, el diesel y la parafina. "Tras una escasa producción de alimentos tres años seguidos, hay una grave demanda interna, y por tanto los precios han aumentado. Esto no sólo ocurre en Kenia. La escasa producción también se registra en Uganda y en Tanzania, de donde Kenia importa alimentos.

"Muchos países son también afectados", explicó a IPS la jefa del Departamento de Economía en la Universidad de Egerton, Njeri Muhia.

La experta alertó que el efecto de la alta inflación podría persistir durante seis meses. Muhia dijo que, mientras el chelín keniano siguiera bajo presión del dólar, los precios de los combustibles y de los alimentos continuarían creciendo. En agosto, el chelín tuvo una cotización baja récord de 95,05 por dólar.

"Los sectores de bajos ingresos son los más afectados por la situación", dijo.
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La parafina, producto que la mayoría de los kenianos usan para cocinar e iluminar sus hogares, ahora se vende a 101 chelines (1,08 dólares) el litro, contra 60 chelines en junio.

Los precios de los combustibles crecieron a pesar de la decisión el gobierno de reducir los impuestos 30 por ciento sobre esos productos para frenar el alza.

Una popular comida en base a maíz, el ugali, es cada vez menos accesible para muchos. Es un alimento básico para 80 por ciento de los kenianos. El precio de una bolsa de dos kilogramos siguió aumentando, de 130 chelines en junio a 136 en julio y 140 en agosto.

"Limpio ropa para gente y gano 150 chelines a la noche. Eso solamente cuando hay trabajo disponible", dijo Wabwire, y añadió que su esposo era trabajador zafral.

Cuando ella consigue algún trabajo usa su sueldo para comprar un cuarto litro de parafina a 50 chelines, grasa a 10 chelines, col a 10 chelines y un kilo de harina de maíz no refinada a 10 chelines.

"A veces no me queda nada. En otras me quedan 20 o 30 chelines para una emergencia o para pagar el alquiler", dijo.

IPS habló con Wabwire cuando hacía fila junto a otras cientos de personas que esperaban su parte de maíz y de frijoles donados por una iglesia local.

"Tengo que hacer fila. No importa cuánto tiempo tome, tengo que esperar hasta conseguir algo. Mantendrá a mi familia por unos días", dijo Wabwire.

Añadió que algunos niños en la zona sufrían desnutrición debido a que sus padres sólo podían comprar papas todos los días.

Es el caso de Sylvia Meltina, residente del barrio pobre de Kivumbini. Tiene una familia de cinco y ya no puede comprar más que papa debido a los altos precios.

"Las papas y el githeri (una mezcla de maíz y frijoles) se han vuelto en algo común en mi casa todas las noches. Una vez cada tanto compramos harina no tamizada, que es más barata, para cocinar ugali, pues los niños lo piden", dijo Meltina. Esta mujer vende frutas y verduras para vivir.

"Con el costo de la vida subiendo, terminas en deudas a fin de mes porque no puedes pagar todos tus gastos con tus ingresos diarios de unos 30 chelines", dijo Meltina.

El legislador Lee Kinyanjui, de Nakuru, dijo que había unas 20.000 personas extremadamente pobres en ese barrio que dependían de donaciones y de empleos temporales para sobrevivir.

"Algunos escolares que viven cerca del vertedero municipal se ausentan de la escuela para ir a buscar restos de alimentos en la basura. Esto es muy preocupante", dijo Kinyanjui, también ministro asistente para carreteras en el Valle del Rift.

Peter Macharia, gerente de inversiones en PineBridge Investments, señaló que la inflación podría crecer 20 por ciento en los próximos meses.

"Cuando el precio del combustible crece apenas un chelín, el efecto es sentido automáticamente por los pobres, ya que distorsiona el ciclo de producción", dijo Amos Karoki, asesor financiero de Nakuru.

Las familias pobres en los barrios de Nakuru recurrieron a comprar dentífrico por gota, a un chelín la gota.

"Esto revela cuánto han caído las familias en los barrios pobres", dijo Karoki.

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