CUBA: Cátedra de la Mujer con mirada crítica

En su misión de promover los estudios de género y mostrar desde la academia las desigualdades entre mujeres y hombres en Cuba, la Cátedra de la Mujer celebra 20 años de trabajo con nuevos retos a la hora de investigar y alertar sobre las desventajas de la población femenina.

"Hay que mantener una mirada crítica de la realidad para ver las inequidades que persisten y aquellas que surgen en los nuevos escenarios. El patriarcado se reproduce y es difícil de transformar", dijo a IPS la presidenta de la cátedra de la Universidad de La Habana desde 1997, Norma Vasallo, quien visualiza aún un largo camino por avanzar en este sentido.

"Vivimos un momento de actualización del modelo económico en el país y eso puede repercutir en el desarrollo que las mujeres han alcanzado", alertó la psicóloga sobre uno de los principales desafíos que afrontan estos estudios en el contexto de cambios económicos promovidos por el gobierno de Raúl Castro.

Las cubanas representan 42,7 por ciento del trabajo estatal y civil, según la estatal Oficina Nacional de Estadísticas, pero ahora los nichos de empleo se trasladan a la iniciativa por cuenta propia y otras ramas que no califican entre las labores tradicionales femeninas, como la agricultura y la construcción.

Ellas suman alrededor de 69.000 de las más de 300.000 personas con pequeños negocios privados, informó al parlamento el viceministro del Trabajo y Seguridad y Social, José Barreiro, a fines de julio. Pero suelen concentrarse en actividades de bajos ingresos o como empleadas, casi nunca como dueñas.
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El sector agrícola se comporta de forma similar. En aras de fortalecer su presencia no sólo como subordinadas, las no gubernamentales Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) intentan alcanzar la cifra de 100.000 mujeres al término del 2011 en las diversas labores del sector cooperativo. Otro tema pendiente para la academia es el área de la mujer y salud, una inquietud que no prendió entre el personal médica de esta isla caribeña, puntualizó Vasallo. Además, falta avanzar en el derecho y la comunicación, y seguir legitimando "problemas aún no reconocidos por la sociedad como la violencia de género", agregó.

La cátedra, desde su fundación el 25 de septiembre de 1991, agrupa sobre todo a investigadoras de las 17 facultades de la Universidad de La Habana, como Psicología, Sociología, Filosofía y Filología. A sus esfuerzos, se suman activistas de otras entidades como la FMC y el Grupo de Reflexión y Solidaridad "Oscar Arnulfo Romero".

"Desde fines de los años 80 surge un marcado interés entre las académicas de tener una asociación", recordó la escritora Luisa Campusano, en un encuentro de las fundadoras realizado en septiembre. "Cuando se anunciaba la crisis económica, se fortaleció la necesidad de investigar a la mujer", explicó.

Para la socióloga Marta Núñez, este interés se relacionó "con la posición ideológica, en este caso de las investigadoras, que sufrimos desventajas como la doble jornada, en el trabajo y el hogar". Las cubanas dedican 34 horas como promedio semanal a las labores hogareñas, mientras los hombres sólo 12 en tareas de apoyo, según especialistas.

Antes del surgimiento de la cátedra, la demógrafa Sonia Catasús, las sociólogas Niurka Pérez y Elena Díaz, la psicóloga Irene Smith, Núñez y Campusano, entre otras, individualmente profundizaron en lo que hoy se conoce como "estudios de género", desde diferentes espacios institucionales y no gubernamentales.

A comienzos de los años 80, afloraron los primeros trabajos sobre mujeres constructoras, campesinas y ladrilleras, además de temas como literatura, fecundidad y feminismo. Entre otras, destacaron las investigaciones que observaron a las cubanas en dos industrias textiles: Ariguanabo (1986-1988) y Celia Sánchez (1986-1987).

Los estudios sobre la mujer se perfilaron en la isla caribeña al menos 15 años después de su auge en América Latina, lamentó Vasallo. En 1989, con el surgimiento de la Cátedra de Mujer y Familia del Instituto Pedagógico de Villa Clara, ubicada 360 kilómetros al este de La Habana, se oficializaron estos espacios y todavía hoy se amplían.

Desde 1988, un grupo de docentes presentaron la solicitud de crear la cátedra al rectorado de la Universidad de la Habana y hasta 1991 no lograron materializarla, recordó Elena Díaz. Entonces se propuso incentivar estas investigaciones en el país y reflexionar sobre las necesidades y obstáculos que enfrenta la población femenina.

"Nosotras podíamos promover la capacitación de los recursos humanos a través de cursos de superación y encuentros locales, nacionales e internacionales", especificó Vasallo sobre la labor del grupo liderado hasta 1997 por la psicóloga Albertina Mitjans. Con esta misión, la entidad no se propuso encauzar proyectos comunitarios.

Así surgió en 1995 el bianual Taller Internacional Mujeres en el siglo XXI, y hasta su edición de 2011 se mantuvo en ascenso la participación de ponencias presentadas de las 15 provincias del país y la ampliación a otros perfiles dentro de los estudios de género, como violencia, masculinidades y raza. En 2005 abrió por vez primera la Maestría en Estudios de Género, única de su tipo en el país y convocada en cinco ocasiones, la tercera de ellas en la Universidad de Holguín, 689 kilómetros al este de La Habana. Apoyada por la organización no gubernamental Oxfam Internacional, esta edición benefició a las provincias de la zona oriental de la isla.

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