ENERGÍA-TAIWAN: Fisión nuclear en las urnas

Los taiwaneses acudirán a las urnas este mes para elegir su nuevo presidente y a los miembros del parlamento, pero también para decidir el destino de una planta nuclear por 9.300 millones de dólares.

Un cartel de propaganda del DPP instando a los votantes a no permitir Casi 14 millones de los 23 millones de habitantes de Taiwan podrán participar de los comicios del 14 de este mes para elegir entre tres candidatos: el actual mandatario y líder del Partido Nacionalista Chino (Kuomintang o KMT), Ma Ying-jeou, de 61 años, la presidenta del Partido Progresista Democrático (DPP), Tsai Ing-wen, de 56, y el líder del Partido Primero el Pueblo, James Soong, de 69.

La cuestión de si este país insular de Asia Pacífico debería continuar dependiendo de la energía atómica para cubrir una quinta parte de sus necesidades de electricidad se volvió en un gran tema de campaña luego del desastre del complejo nuclear japonés de Fukushima, causado por un terremoto y un tsunami el 11 de marzo de 2011.

Las tres centrales que existen en Taiwan, todas operadas por la estatal Taiwan Power Co., fueron construidas en los años 70, cuando gobernaba el KMT.

Dos plantas en el norte de la isla tiene cada una dos reactores de agua en ebullición, diseñados por General Electric, similares a los que funcionaban en Fukushima. Su vida operativa terminará en 2018.
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La tercera central, ubicada en el sur, cuenta con dos reactores de agua presurizada Westinghouse, y su fecha de cierre está prevista para fines de 2025.

Una cuarta planta es construida por la compañía Taipower en la localidad de Gungliao, en la costa nororiental de la isla. Contará con dos reactores avanzados de agua en ebullición por 1.350 megavatios, diseñados por General Electric y Toshiba.

Pero el proyecto es fuertemente resistido por residentes, el DPP y ambientalistas, que desde hace años llaman a un referendo para decidir sobre el tema.

Poco después del desastre de Fukushima, Tsai propuso el "Plan Hogar Libre de Energía Nuclear 2025", que busca retirar las tres plantas existentes siguiendo el cronograma vigente y no permitir que la cuarta planta inicie sus operaciones comerciales.

Esto, señaló Tsai, evitaría añadir una cuarta "bomba de tiempo" a uno de los territorios con más riesgo de sismos en el planeta.

Al hablar ante las seis principales federaciones industriales y comerciales taiwanesas a fines de noviembre, la presidenta del DPP afirmó: "La energía nuclear no es una fuente limpia y barata de electricidad, sino de hecho la más cara fuente de energía cuando se consideran… (otros) costos, como el tratamiento de los desechos radiactivos".

Tsai reconoció que el intento de detener la construcción de la cuarta planta, conocida como Nuclear Four, en octubre de 2000 por el último gobierno del DPP (2000-2008), luego de 55 años de dominio del KMT, fracasó por "el insuficiente diálogo y la falta de consenso social".

La orden emitida en octubre de 2000 por el entonces primer ministro Chang Chun-hsung para detener la Nuclear Four fue anulada por el parlamento, controlado por el KMT, que retomó el poder en 2008 bajo el liderazgo de Ma.

"Luego de Fukushima, nuestra sociedad se dio cuenta de que la energía nuclear no era solo cara, sino también insegura", dijo Tsai, quien llamó a transformar a Taiwan en un "hogar libre de energía atómica", y subrayó que eso era imprescindible para lograr sustentabilidad y "justicia generacional".

Además de impedir que Nuclear Four inicie operaciones comerciales, Tsai propone una mezcla de estrategias para reducir y finalmente terminar con la dependencia de la energía atómica.

Esas medidas incluyen promover las industrias verdes, eliminar los subsidios a la energía en base a carbón y a otros sectores intensamente contaminantes, mejorar la eficiencia energética y la conservación, impulsar el uso de plantas térmicas y aumentar al menos un uno por ciento anual la capacidad de las energías renovables.

Tsai dijo que el plan de su partido era "responsable y viable", ya que se tenían 13 años para desarrollar fuentes renovables y alternativas con el fin de remplazar la energía nuclear.

Por su parte, Lin Shang-kai, profesor de economía en la Universidad Nacional de Taiwan, dijo a IPS que impedir por vía ejecutiva que Nuclear Four reciba combustible para funcionar evitaría la necesidad de un proyecto de ley que frene su inauguración.

"Si Tsai es elegida, su gobierno puede decidir simplemente no encender la llave", señaló Lin, y aseguró que "Taiwan podría cerrar las (otras) tres plantas inmediatamente y no obstante no sufrir escasez de electricidad".

El presidente Ma había inicialmente garantizado la seguridad de las plantas y apoyado la rápida entrada en funcionamiento del proyecto Nuclear Four, pero moderó su posición en noviembre.

Entonces señaló que, si era reelegido para un segundo periodo de cuatro años, permitiría a Nuclear Four comenzar sus operaciones comerciales antes de 2016, pero "sobre la base de una seguridad garantizada".

Ma dijo que Taiwan podría avanzar hacia la eliminación de la energía atómica siempre que "no hubiera restricciones al suministro de electricidad, manteniendo precios de la electricidad razonables y cumpliendo con los compromisos internacionales para reducir las emisiones de carbono".

El mandatario añadió que si los dos reactores de Nuclear Four entraban en funcionamiento antes de 2016, su gobierno no extendería la vida operativa de la primera planta en Chinshan, en el norte de la isla.

Sin embargo, tras escuchar una presentación de la compañía Taipower sobre medidas para afrontar eventuales problemas estructurales, el vicepresidente del Consejo de Energía Atómica, Huang Ching-tung, anunció que el proyecto continuaría bajo "supervisión intensiva", a pesar de las objeciones de la sociedad civil.

El secretario general de la Alianza Verde de Acción Ciudadana, Tsui Shu-hsin, opinó que el plan de Taipower "no podía resolver los problemas estructurales de Nuclear Four".

Por su parte, el legislador Tien Chiu-chin, del DPP, dijo que ni Huang ni el vicepresidente de la empresa, Hsu Hwai-chiung, respondieron a la cuestión de "cuánto dinero, además de los 9.000 millones ya invertidos, serán necesarios para garantizar una seguridad de 100 por ciento".

"Es imposible garantizar una operación segura 100 por ciento de Nuclear Four, pero Taiwan quedaría devastado por un accidente nuclear como el de Fukushima y no se puede permitir un incidente como ése", agregó.

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