MEDIO ORIENTE: La crisis siria se refleja en Líbano

Cánticos se oyen desde el segundo piso de un decrépito edificio ubicado en el barrio de Bab el-Tebbaneh, baluarte sunita en esta norteña ciudad libanesa que tiene el mismo nombre que la capital de Libia.

Las tensiones entre sunitas y alauíes, que sacuden Siria, también se reflejan en Líbano. Crédito: Syriana 2011/CC BY 2.0
Las tensiones entre sunitas y alauíes, que sacuden Siria, también se reflejan en Líbano. Crédito: Syriana 2011/CC BY 2.0
Jóvenes voces exclaman: "Yalla Erhal Ya Bashar", esto es, "¡Vamos! ¡Vete, Bashar!", frase que se ha convertido en lema de los opositores al presidente sirio Bashar Al Assad.

Detrás de una puerta rota, mujeres, niños y niñas se reúnen en torno a un jarro con café caliente. Souhaib Aal, uno de los adolescentes presentes, muestra orgulloso la copia de una tarjeta de identificación del Ejército Libre de Siria (ELS), conformado por desertores de las fuerzas de Assad y que ahora luchan contra el régimen.

"Cuando crezca quiero ser como los soldados del ELS. ¡Han mostrado fortaleza y coraje al luchar contra la dictadura de Assad!", dice con una sonrisa.

El edificio exhibe las cicatrices de los enfrentamientos de la semana pasada entre residentes sunitas de Bab el-Tebbaneh y sus vecinos alauíes en el barrio de Jabal Mohsen.
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El régimen sirio es dominado por la rama alauí del Islam, y gobierna sobre una mayoría sunita.

Los enfrentamientos en Líbano, que dejaron tres muertos, terminaron el sábado 11 luego de que legisladores lograran negociar un cese del fuego.

La masacre en la central ciudad siria de Homs por parte de las fuerzas de Assad agravó la tensión en el vecino Líbano, reviviendo rivalidades entre los sunitas, que respaldan a la oposición siria, y los alauíes, que apoyan al régimen en Damasco.

El conflicto entre los dos grupos islámicos es de larga data, y parece que continuará por mucho tiempo.

"Nosotros nos solidarizamos con el pueblo en Homs", afirmó Amina Hamoud, una joven madre sunita entrevistada por IPS.

Homs, corazón de la rebelión contra Assad, se encuentra cercada desde hace meses y en los últimos 10 días ha sido víctima de un implacable bombardeo por parte de las fuerzas del régimen. Más de 300 personas han muerto.

"Nosotros sufrimos antes que ellos la represión del régimen de Assad", dijo Hamoud en referencia a la masacre que en 1986 el ejército sirio llevó a cabo en Trípoli y que dejó más de 320 víctimas mortales.

Hamoud perdió entonces siete familiares. "Soldados sirios asesinaron a mi primo de 17 años frente a mi madre", contó.

La población de Bab el-Tebbaneh ve con horror las imágenes televisivas del asedio a Homs, ubicada a menos de 200 kilómetros. El régimen sirio responsabiliza de la violencia a bandas de "terroristas armados".

La tensión entre las dos comunidades islámicas ha venido en aumento desde el asesinato del primer ministro libanés sunita Rafic Hariri en 2005, crimen atribuido a Damasco y a su organización aliada Hezbolá (Partido de Dios), pero el bombardeo en Homs ha profundizado aun más las divisiones sectarias en Trípoli.

Otro factor de inestabilidad es "el inexorable respaldo al régimen sirio" dado por el alauí Partido Árabe Democrático, con sede en Trípoli, señaló el parlamentario Mohammad Kabbara, del sunita Movimiento del Futuro, que en cambio apoya a la oposición.

A unos pocos cientos de metros de Bab el-Tabbaneh, a lo largo de la Calle Siria, que separa a este barrio de Jabal Mohsen, se pueden ver imágenes de Assad. Desde los parlantes de los automóviles se oyen canciones que ensalzan al presidente sirio, mientras hombres vestidos de uniforme militar se reúnen en las cafeterías.

"Los alauíes sirios son víctimas de persecución y de un complot fomentado por países árabes", dijo Ali Boubo, mecánico de Jabal Mohsen.

"A la vez, salafistas (movimiento integrista sunita) de Bab el-Tebbaneh quieren arrastrarnos a un conflicto en Líbano", añadió.

Boubo señala que esta "conspiración" se debe a la fuerte oposición de los alauíes a Israel. En los últimos años, Siria ha sido parte del "eje de defensa", junto a Irán y el Hezbolá, contra el Estado judío.

Los residentes de Jabal Mohsen consideran que la contienda con Bab el-Tebbaneh es un tema regional, no local.

"(Saad) Hariri (hijo del asesinado primer ministro) ha dicho públicamente que espera la ruina de Siria. Debería darle vergüenza y concentrarse en combatir a nuestro enemigo, Israel, en vez de a Siria", sostuvo Abu Ahmad, propietario de una tienda de comestibles en Jabal Mohsen.

Los habitantes de este barrio acusan a los salafistas y al Movimiento del Futuro por la ola de violencia.

Mientras, políticos locales renuevan sus llamados a la desmilitarización de Trípoli. El parlamentario Kabbara dijo a IPS que el primer ministro Najib Mikati debería detener el flujo de armas en la ciudad y desarmar a las partes involucradas.

"El ejército debería asegurar su control sobre todas las áreas y proteger a los civiles de las agresiones", afirmó.

Pero muchos en Bab el-Tebbaneh no creen que la lucha termine pronto. Jihad el-Rahi, cuya casa fue destruida el sábado, dijo que no ha querido enviar a su hija a la escuela en Jabal Mohsen por temor a la violencia.

"Los enfrentamientos benefician a los matones y a los políticos. Dicen que la situación mejorará cuando Siria caiga. ¿Pero quién sabe cuándo? ¿Tenemos que matarnos entre nosotros hasta entonces?", preguntó.

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