DESARROLLO: Mujeres conducen milagro de Bangladesh

Bangladesh, país que supo ser sinónimo de miseria, redujo la pobreza a la mitad en menos de dos décadas, según cifras oficiales. Y las mujeres jugaron un papel protagónico en ese avance.

El taller de cerámica de Kalpana Rani Pal en este sureño distrito bangladesí es humilde desde todo punto de vista, pero pequeñas empresas como esta son las que han empujado la reducción de la pobreza.

"Gano 6.000 takas (unos 72 dólares) al mes vendiendo la vajilla de barro que elaboro", indicó Kalpana, de 34 años, feliz de haber tomado un curso gratuito de cerámica de tres meses, dictado por la no gubernamental Sociedad de Desarrollo Rural de Noajali (NRDS, por sus siglas en inglés).

Jhumur Majumder, de 37 años, también aprovechó un curso de cerámica en el marco de un proyecto de desarrollo para artesanos, organizado por NRDS hace unos cinco años. Ella recuerda la miseria que padecían familias como la suya. "No imagino qué sería de nosotros si no hubiera hecho el taller", apuntó.

"El proyecto es una iniciativa para desarrollar las habilidades de las mujeres pobres que tienen potencial para hacerse cargo de un negocio", dijo a IPS el coordinador del programa de NRDS, Mohammad Kaiser Alam.
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Fue clave que las mujeres se hubieran organizado en un "samiti" (grupo femenino) en la aldea de Dewanjee Bari, en Noajali, 320 kilómetros al sudeste de la capital de Bangladesh.

Jhumur, que ha recibido un pedido de Dacca para fabricar 200 piezas, dijo que el trabajo le dejará unos 120 dólares de ganancia neta.

"Hubo un tiempo en que no había oportunidades laborales aquí. Gracias al programa de capacitación gratuito de NRDS estamos de pie", señaló Minati Rani Sutra, de 34 años, responsable de un samiti y en busca mano de obra para hacer frente a los pedidos de vajilla de calidad.

Unas 30.000 mujeres de 1.200 samitis se beneficiaron de los programas de capacitación dictados por esa organización en este distrito. Actualmente, NRDS hace una selección de personas para otros cursos enmarcados en un programa de generación de empleo.

La organización también asiste en la venta de ropa de algodón, alfombras de yute y productos de calidad hechos con bambú y terracota por los samitis.

El informe sobre el avance de Bangladesh hacia los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio (ODM) de 2011, elogió a este país por reducir la pobreza casi a la mitad en menos de dos décadas.

El documento fue divulgado por la Comisión de Planificación de Bangladesh el 22 de este mes.

Los ODM fueron acordados en la Cumbre del Milenio, como se conoce a las instancias inaugurales de la Asamblea General de 2000, en la que 189 gobernantes adoptaron ocho grandes objetivos de desarrollo.

Las metas apuntan a reducir a la mitad la proporción de población en la indigencia y el hambre, lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la materna en tres cuartos, entre 1990 y 2015.

También frenar la expansión del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), el paludismo y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y generar una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur.

"El crecimiento económico logró una impresionante reducción de la pobreza, de 56,6 por ciento, en 1992, a 31,5 por ciento, en 2010. La disminución se aceleró en la actual década respecto de la anterior", señala el informe.

"De mantenerse la tendencia, Bangladesh podrá alcanzar la primera meta bastante antes de 2015", añade.

Debapriyo Bhattacharya, uno de los economistas más conocidos y director ejecutivo del Centro para el Diálogo Político, dijo a IPS que el trabajo de las organizaciones no gubernamentales (ONG) es el principal responsable de este avance.

"Incluso con la incapacidad del Estado para ofrecer asistencia social y el fracaso del mercado para generar oportunidades de empleo, las ONG en sus múltiples intervenciones contribuyeron definitivamente a reducir la pobreza", indicó Bhattacharya. "Fue un esfuerzo sostenido que ahora ha tomado más impulso", apuntó.

Qazi Joliquzzaman Ahmad, presidente de la Fundación Palli Karma Shahayak, estima que lo que marcó la diferencia fue el énfasis en las mujeres. La agencia colabora económicamente con las ONG en programas de alivio a la pobreza.

"La capacitación de mujeres definitivamente contribuyó a la reducción de la pobreza. Es significativa la cantidad que trabajan en medianas y grandes empresas y también contribuyen a la generación de empleo", explicó Ahmad.

"Antes, las mujeres recurrían al microcrédito para pequeñas empresas. Pero ahora, muchas de ellas piden préstamos a nivel ‘macro’. Esta es una forma de reducir la pobreza", observó.

El gobierno dejó, en gran parte, el combate a la pobreza en manos de la sociedad civil, pero el compromiso político fue importante en los avances hacia el cumplimiento de los ODM, apuntó Ahmad.

La evidencia se observa principalmente en aquellas aldeas donde desde hace décadas las ONG han movilizado recursos de una forma en la que el gobierno solo no hubiera podido.

"No fue fácil romper el ciclo de pobreza", remarcó Jalaluddin Ahmed, director de Trinamool, una ONG que trabaja en el noroccidental distrito de Rajshahi, asolado por la indigencia.

"Hubo un tiempo en que las mujeres no podían trabajar. La salida de la casa estaba limitada bajo las estrictas normas de la 'purdah' (prohibiciones religiosas para la población femenina). Las familias pobres dependían solo de los ingresos de los hombres", explicó.

"Las limitantes sociales y religiosas desaparecieron cuando las ONG asumieron su defensa y aparecieron los programas de microcrédito. Cuando los hombres se dieron cuenta de que las mujeres eran igualmente capaces de contribuir al ingreso familiar, comenzaron a permitirles salir a trabajar", añadió Ahmed.

"En la actualidad, ellas deciden cómo ganar dinero y mandar a los niños a la escuela", indicó Abdul Awal, director ejecutivo de NRDS.

"No se trata solo de préstamos, sino del desarrollo de capacidades, de promoción, de discusiones entre las integrantes del samiti y, lo más importante, de un enfoque desde las bases hacia arriba", remarcó Awal.

Bangladesh todavía forma parte del grupo de países menos adelantados de la Organización de las Naciones Unidas por sus bajos indicadores en materia de desarrollo socioeconómico, pero la pobreza se redujo de forma drástica: de 74 por ciento registrado en 1974, pasó a 56,6 por ciento en 1992, luego a 49 por ciento en 2000 y, finalmente, a 31,5 por ciento en 2010.

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