EDUCACIÓN: Exitosos centros de recuperación en RDC

La creación de centros para ayudar a niñas y niños desfavorecidos a tener una enseñanza gratuita y capacitación laboral comienza a rendir sus frutos en la República Democrática del Congo.

Los CRS (por sus siglas en francés) ofrecen un programa especial acelerado para menores de 9 a 11 años que tuvieron que dejar la escuela por un motivo u otro.

"Los educadores del CRS realizan una capacitación de tres meses para aprender los métodos especiales aplicados en estos centros", indicó Mutshio Lumbwe, un especialista en educación no formal.

"Es mi tercer año aquí", relató Evodie Masenga, de 11 años, parada afuera de uno de los CRS que hay en la sudoccidental ciudad de Kikwit. "Puedo manejarme en matemática y leer de corrido. También aprendí sobre comercio, que me puede servir para el futuro", explicó.

Evodie está entre los 20.000 niños y niñas atendidos por los CRS que aprobaron el examen para terminar los seis años de primaria en RDC.
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La pobreza generalizada en RDC hace que muchas personas no puedan pagar la escolaridad de sus hijos. Según el informe de 2008 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), 70 por ciento de la población de este país vive con menos de un dólar al día.

Fabien Elameji Tshibanda es un agente comercial desempleado de Mbuji-Mayi, una ciudad en el centro del país, que suele dedicarse a la agricultura como forma de ganarse la vida.

"Ha sido difícil mandar a mis ocho hijos a la escuela", dijo a IPS.

"Mis dos hijos se graduaron del CRS hace cuatro años, y no tuve que pagar un centavo", indicó Tshibanda. "La niña ahora se perfecciona en confección y trabaja en una tienda. El varón quiere ser carpintero", apuntó.

Robert Makonda, otro especialista en educación no formal, precisó que 83.5 por ciento de los niños y niñas de la RDC no concurren a la escuela.

"También hay una mayor cantidad de niños que abandonan la escuela por no poder pagar la cuota", dijo a IPS.

Es una de las matrículas más bajas del mundo. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Somalia, también asediada por décadas de guerra civil, tiene una matrícula de 20 por ciento.

"Los 20.000 niños que aprobaron el Tenafep (Test Nacional de Fin de Estudios Primarios) este año proceden de 840 CRS, casi 7.000 más que los registrados en 700 centros del año pasado", indicó Albert Ketho, director general de educación no formal del Ministerio de Asuntos Sociales.

Pero Ketho dijo que la asistencia económica y los materiales entregados por socios como Unicef, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) no alcanzan para cubrir las necesidades de los centros educativos.

"Con 15 millones de dólares podríamos enseñar a 900.000 niños al año. Pero los 300.000 dólares que los socios aportan claramente no alcanzan para el trabajo del sistema de CRS en RDC", arguyó.

Pero el propio gobierno congoleño destinó solo 125.000 dólares, menos de 0,01 por ciento de su presupuesto de 2011, a esas instituciones educativas, añadió.

"Estos centros simplemente respetan el derecho a la educación que todos los niños deben gozar. Está en sintonía con varios instrumentos internacionales para la protección de la infancia ratificados por la RDC", indicó Joseph Lukubu, coordinador de la Red de Formación Internacional en Derechos Humanos para el Desarrollo Sostenible en África, una organización con sede en Kikwit.

El activista Arsène Ngondo quiere que se abran más CRS en las zonas rurales. "Por qué hay más centros en las ciudades, cuando hay miles de niños en el campo que no tienen las mismas ventajas", se preguntó.

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