INDIA: Microfinanzas, una experiencia religiosa

En un país como India, con desastrosos antecedentes en materia de microfinanzas, una organización religiosa recibió el premio Ashden 2012 a las iniciativas para extender préstamos a agricultores pobres.

El premio Ashden, que consta del equivalente a 62.238 dólares, se otorga a iniciativas energéticas sostenibles en Gran Bretaña y el mundo en desarrollo. Lo concede The Ashden Trust, administrado por la familia Sainsbury, fundadora de una cadena de supermercados y otras empresas.

El éxito de la organización premiada, Proyecto de Desarrollo Rural Shri Kshethra Dharmasthala, se vincula al hecho de que también administra el antiguo y lujoso templo de la localidad de Dharmasthala, ubicado en el sureño estado indio de Karnataka.

El principal sacerdote del templo, Veerendra Heggade, quien también está al frente del proyecto, es reverenciado tanto por los devotos como por los solicitantes de créditos.

"Es esta reverencia la que impulsa a pagar los préstamos que sacan", explicó el director ejecutivo del proyecto, L.H. Manjunath.
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La organización es secular, y en ella participan muchos musulmanes y cristianos, señaló, agregando que "Manjunatha es símbolo de los pobres, no solo de los hindúes".

Las operaciones de microfinanzas del proyecto se iniciaron en 2000, y actualmente facturan 800 millones de dólares. Alrededor de 1,8 millones de familias de 5.000 aldeas de Karnataka están cubiertas mediante un sistema descentralizado que es administrado por un equipo de unas 7.000 personas.

Manjunath, quien antes estuvo al frente de un banco comercial nacional, dijo que el proyecto notó que hacer beneficencia no llevaba mejoras a las vidas de las personas. "Entonces, en 1990 cambiamos nuestra política y empezamos a extender pequeños préstamos para propuestas específicas sobre sustento y desarrollo", señaló.

El Proyecto de Desarrollo Rural Shri Kshethra Dharmasthala, empezó formando pequeños "grupos de responsabilidad solidaria" de cinco agricultores cada uno. Se orquestó un sistema rotativo en el que cada miembro trabajaba un día gratis en las tierras de otro.

"Esto impulsó el desarrollo", dijo Manjunath. También se persuadió a los agricultores de ahorrar 20 centavos semanales, que se destinaron a un fondo común.

Para 1995, la organización había empezado a integrar a grupos de autoayuda de mujeres. Actualmente, dos tercios de su clientela son mujeres.

Un grupo de más de 4.500 jóvenes campesinos forma parte de la red del proyecto y se extiende por unos 16 distritos de Karnataka, y evalúa las postulaciones a los préstamos, guía el pago de los mismos y mantiene contactos con los clientes.

Heggade es garante de préstamos solicitados en bancos nacionales, que el proyecto extiende a los clientes, manteniendo un margen de ganancia de cuatro por ciento, y su prestigio resulta útil para negociar los mejores intereses.

En un caso, un importante banco nacional efectuó un préstamo a un interés de 6,9 por ciento, cuando el habitual era de aproximadamente 12 por ciento.

El Proyecto de Desarrollo Rural Shri Kshethra Dharmasthala presta a entre nueve y 18 por ciento, pero tanto sus intereses como sus plazos de pago son flexibles.

Alrededor de 20.000 préstamos se han destinado a sistemas renovables para satisfacer necesidades de iluminación y combustible, beneficiando a unas 82.500 personas.

Antes de recibir el primer cheque, los clientes deben depositar obligatoriamente en una cuenta bancaria el equivalente a dos meses de pago como garantía.

"Nuestro punto fuerte es crear la capacidad de pago de quien solicita un préstamo", dijo Manjunath.

El éxito del proyecto contrasta con los antecedentes de los prestatarios en India, principalmente agricultores de áreas rurales que caen en la trampa de las deudas y se suicidan en bandadas.

"El microcrédito no puede aliviar realmente la pobreza", dijo Aloysius Fernández, pionero de las microfinanzas en India y exdirector de la organización no gubernamental Myrada.

Fernández, ahora jefe de servicios financieros en el gubernamental Banco Nacional para la Agricultura y el Desarrollo Rural, dijo que extender créditos a los pobres y extraer capital del "fondo de la pirámide" es el camino equivocado.

"He visto esto funcionar donde hay servicios de apoyo, pero no de otro modo", enfatizó.

"El sistema bancario nacional, con sus medidas estándar para préstamos, no puede aplicarse a comunidades pobres que necesitan" que se adapten a ellas, agregó.

"Si me preguntan si la agricultura ha mejorado gracias al microcrédito, diré que sí, pero no he visto que alivie la pobreza", señaló Fernández.

India es un país predominantemente agrícola. Más de 70 por ciento de sus 1.200 millones de habitantes se ganan el sustento mediante esa actividad.

"La pregunta es si una organización no gubernamental debería funcionar como una institución bancaria, o estar sacando de la pobreza a la población rural", planteó Somnath Naik, del Nagarika Seva Trust, que trabaja en la región.

Manjunath respondió que los microcréditos del Proyecto de Desarrollo Rural Shri Kshethra Dharmasthala son exitosos gracias a las medidas de creación de capacidad y el apoyo que conlleva.

El principal banco de reservas de India ha puesto de relieve la práctica exclusión de los servicios bancarios que padece el sector rural, y ha alentado a los agentes rurales a superar esta brecha en el desarrollo de esas poblaciones.

"Nosotros estamos a tono con esta política", dijo Manjunath.

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