Madres de Madagascar aprenden a combatir desnutrición

Cada viernes, madres e hijos se congregan en el centro comunitario de nutrición de la pequeña aldea de Rantolava, 450 kilómetros al nororiente de la capital de Madagascar, para aprender a llevar una dieta saludable.

El día empieza pesando a niños y niñas para evaluar su desarrollo. Luego hay una demostración culinaria. La facilitadora del taller enseña a las madres cómo elaborar un plato de boniato con leche. Pronto, el proyecto matinal se convierte en un sabroso desayuno compartido por todos los pequeños.

Estos talleres semanales son parte del Programa Nacional de Nutrición Comunitaria, que se implementa en 6.000 centros de todo el país.

Madagascar es uno de los seis países con mayor prevalencia mundial de desnutrición. La mitad de todos los niños y niñas menores de cinco años en esta gran nación insular africana sufren desnutrición crónica, y diversificar su dieta es un elemento clave del programa nacional.

Jean Serge Rambeloson trabaja para la Oficina Nacional de Nutrición (ONN) de Madagascar, que controla el programa en sitios como Rantolava. El objetivo de la demostración de cocina es dar a las madres recetas que las ayuden a variar la dieta de sus hijos, además de consejos sobre cómo preservar los alimentos, dijo a IPS.
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"Por ejemplo, les enseñamos a hacer harina a partir de productos localmente disponibles", agregó.

Con el objetivo de dar a la población acceso a una variedad más amplia de alimentos, el programa también creó un plan para popularizar nuevos cultivos.

En Rantolava, el centro de nutrición tiene un predio reservado para cultivar varias verduras. "Hemos plantado zucchini, tomates, coles, moringas, boniatos, habas verdes y coles chinas", dijo Viviane Vaviaby, responsable del huerto del centro.

Un trabajador de extensión muestra a los aldeanos cómo cultivar cada uno de estos alimentos. "Las personas de aquí están acostumbradas a comer arroz. Es importante que aprendan a variar su dieta -y la de sus hijos- en base a los productos locales", dijo Angelo Tiandrazana, coordinador regional de ONN.

"La desnutrición crónica no es simplmente una cuestión de acceder a suficientes alimentos, sino también de variedad", dijo Stephen Lauwerier, representante residente en Madagascar del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), a IPS.

A diferencia de la desnutrición severa, que se hace evidente con una drástica pérdida de peso, los efectos de la desnutrición crónica se revelan de modo más sutil, retrasando el crecimiento. Los padres pueden no darse cuenta de cuán seriamente está afectando a sus hijos cuando muchos otros niños de la misma edad son igualmente pequeños.

Toky Raharimanana es el médico jefe del Centro de Salud Básica en Mahambo, una comuna vecina a Rantolava.

"Los niños desnutridos son pequeños, y se desarrollan físicamente después que sus pares mejor alimentados. También son más frágiles y más susceptibles a enfermedades -como diarrea o paludismo- que los niños normales. Su desarrollo cognitivo es limitado y no tienen un buen desempeño escolar", explicó.

El retraso en el desarrollo físico también puede tener consecuencias a más largo plazo, como a la hora de tener sus propios hijos. Por ejemplo, la Encuesta Demográfica de Salud 2008-2009 de Madagascar mostró que las mujeres cuya complexión es pequeña a causa de la desnutrición crónica que padecieron en su infancia corren un riesgo adicional de complicaciones durante el embarazo y el trabajo de parto.

La diversificación de las dietas infantiles no es en sí misma una solución a la desnutrición crónica en este país africano. Según Unicef, también es importante mejorar el acceso al agua limpia, al saneamiento y a la atención a la salud, para reducir la incidencia de embarazos y matrimonios precoces, y para mejorar la nutrición de adolescentes y mujeres, particularmente las embarazadas y en periodo de lactancia.

La desnutrición crónica es un problema de la pobreza y requiere atención del gobierno y de sus socios para el desarrollo, dijo Lauwerier.

"La desnutrición crónica no se ve, es una crisis silenciosa", sostuvo.

"Es uno de los mayores problemas en Madagascar. Cuando un niño está mal alimentado a largo plazo, su cerebro no se desarrolla adecuadamente, lo que impacta en el desarrollo general de ese niño y en el futuro del país", agregó.

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