R.D.CONGO: Mayor producción contra la inseguridad alimentaria

La Asociación para el Desarrollo Rural Integrado Mbenkana (Adrim) es una de las tantas organizaciones que opera a las afueras de la capital de República Democrática del Congo en busca de asegurar la alimentación enseñando a maximizar el uso sostenible de las tierras cultivables.

El ingeniero agrónomo Joseph Ngandungala, uno de los miembros de la asociación, condujo a IPS por las 25 hectáreas que tienen en Mbenkana, al oeste de Kinshasa. La parcela fue comprada al jefe local por 300 dólares en 2005.

Ngandungala explicó que el proyecto incluye actividad ganadera, acuicultura y agricultura. Ocho hectáreas se dedican a la mandioca, a palmeras enanas, a piñas y a bananas.

El gruñido de los cerdos puede escucharse de lejos y siete estanques con peces están escondidos entre los plátanos que crecen a su alrededor.

"Nuestro objetivo es incidir en la seguridad alimentaria de nuestro pueblo y mejorar las condiciones de vida de los pequeños cultivadores de la zona", explicó el presidente de Adrim, Justin Katumbue.
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Desde que Adrim comenzó a trabajar se eligieron cuidadosamente las variedades para lograr ese fin. En 2008 se trajeron 500 tallos de piña de Kisangani, en el noroeste del país, indicó Katumbue. Se arraigaron bien y él espera que en noviembre se cosechen unas cuatro toneladas de las dos hectáreas plantadas.

La oficina local de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ofreció apoyo práctico, suministró equipamiento agrícola y esquejes de una variedad de mandioca de gran rendimiento y resistente a enfermedades conocida como Matuzolele.

"Desde que comenzamos a usar esa variedad de mandioca en 2008, cosechamos entre 10 y 15 toneladas por hectárea", indicó Elisabeth Mafuantala.

Antes de usar Matuzolele, la producción de la variedad Diaki oscilaba entre cuatro y siete toneladas por hectárea, según Mafuantala. En 2011, el proyecto Adrim produjo casi 27 toneladas de mandioca en poco menos de 2,5 hectáreas, lo que equivale a 1.200 dólares.

"Usamos la cosecha para preparar fufu o shikwang (platillos populares a base de mandioca) o la fritamos para vender en los mercados capitalinos", indicó.

Gerry Mantoto Manitu, director general de la organización Asociación Agrícola para el Desarrollo, cree que Adrim logró implementar un enfoque participativo en el uso de áreas rurales con los cultivadores locales.

Josephy Muamba, veterinario especializado en animales pequeños, dijo a IPS: "Lanzamos nuestra pocilga con siete cerdos en 2008, teníamos cinco hembras y dos machos suministrados por la FAO. Ahora tenemos 26 animales, pues aumentó la demanda de carne. Un kilogramos de cerdo cuesta 10.200 francos" (unos 11 dólares).

La acuicultura también creció en forma sostenida pasando de siete estanques, cavados en 2009, a los 15 de ahora, que cubren un área de cuatro hectáreas. A principios de este año se cosecharon 70 kilogramos de tilapias adultos, que se vendieron a 2,5 dólares el kilogramo en el mercado local.

Además de estas actividades productivas, Adrim populariza la siembra de acacias. "Mbenkana es un sitio degradado por la deforestación de las colinas donde antes había una selva virgen", explicó Katumbue.

"Con la acacias queremos recuperar la selva para que los residentes de la zona puedan fertilizar el suelo con sus hojas, y producir carbón y miel", contó a IPS.

Gilbert Mayimona, uno de los agricultores de Mbenkana, felicita las iniciativas de Adrim.

Los 500 dólares de ingresos del proyecto, entregados al comité de aldea, permitieron que sus miembros se organizaran para sostener iniciativas de desarrollo.

"Somos conscientes de nuestras responsabilidades y al involucrarnos, gracias a este proyecto, en el programa de desarrollo de nuestro país, mejoramos nuestro estilo de vida", dijo a IPS.

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