CAMBIO CLIMÁTICO: La guerra del Caribe

Sus discursos en la ONU no ocuparon titulares, como el del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ni fueron polémicos, como el del mandatario iraní Mahmoud Ahmadineyad. No obstante, los líderes caribeños esperan que su furibunda declaración de guerra al cambio climático tenga eco en todo el mundo.

Durante el 67 periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), que acaba de concluir, los líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom) formaron un frente unido contra el recalentamiento planetario y llamaron a tomar más en serio los problemas de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés).

"Las islas de nuestro planeta están en guerra contra el cambio climático, el aumento de las temperaturas y el incremento del nivel del mar", dijo a los delegados el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.

"Esta guerra no es algo que ocurrirá en el futuro, sino algo presente y en marcha… La supervivencia de nuestras islas está en juego", añadió.

La Caricom espera que, para cuando la comunidad internacional se reúna en la Tercera Conferencia Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de los SIDS, haya progresos en varias de las recomendaciones que, por ejemplo, emergieron de la cumbre de Río+20, realizada a comienzos de este año.
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"El fracaso registrado hasta la fecha en alcanzar un resultado legalmente vinculante en materia de cambio climático es de grave preocupación", dijo el embajador de Dominica, Vince Henderson. "Mientras el debate continúa, los desafíos de nuestras islas se hacen cada vez mayores".

Datos divulgados por el Centro sobre Cambio Climático de la Caricom muestran que, en la última década, los daños causados por eventos meteorológicos extremos le costaron a la región medio billón de dólares.

"En términos reales, las amenazas a las posibilidades de desarrollo de la región del Caribe son severas, y ahora se reconoce que la adaptación requerirá de una importante y sostenida inversión de recursos", dijo el ministro de Ambiente y Cambio Climático de Jamaica, Roberts Pickersgill, durante un taller el martes 2 en Kingston.

Por su parte, la especialista en manejo de recursos ambientales Sandra Prescod Dalrymple coincidió en que la comunidad internacional debía sentir la obligación de apoyar al Caribe, pero señaló que los países del Norte industrializado estaban "cada vez menos dispuestos" a hacerlo.

"La región necesita aprovechar sus propios recursos y buscar innovadores esfuerzos de financiamiento en materia de cambio climático. Está claro que estamos siendo impactados por el recalentamiento planetario y que nuestros sectores económicos sufren", señaló a IPS.

El primer ministro de Antigua y Barbuda, Baldwin Spencer, acaba de participar de la cumbre de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS), en la que afirmó: "No podemos esperar a que nuestras tierras desaparezcan".

"Debemos actuar ahora y responder a la crisis del cambio climático, asegurando que ni un solo país sea sacrificado, no importa cuán pequeño sea", afirmó.

"Se está produciendo un blanqueamiento de corales en nuestras costas, y los huracanes se hacen cada vez más severos y recurrentes", alertó.

"El anhelo de mi gobierno es que esta egoísta falta de acción se acabe en Doha, y que un resultado positivo de las negociaciones sobre cambio climático traiga nuevas esperanzas para la humanidad y compasión para nuestro planeta".

En la capital de Qatar se realizará la 18 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 18).

Por su parte, el primer ministro de San Cristóbal y Nieves, Denzil Douglas, lamentó que los países que más contribuyen con gases invernadero, causantes del recalentamiento planetario, aún no asuman sus responsabilidades por la degradación costera, el blanqueamiento de los corales, los daños de la infraestructura y la pérdida de vidas.

"Es enorme la carga física, mental y financiera que el uso energético de otras naciones ha colocado sobre países como el mío, arrastrándonos a una mayor deuda y frustrando severamente nuestros esfuerzos para cumplir los Objetivos de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas para el Milenio", dijo en la Asamblea General.

"Si bien un cambio a las energías renovables no solucionará inmediatamente la miríada de problemas causados por la economía global, basada fundamentalmente en combustibles fósiles, la adopción de una economía verde, de hecho, ayudará a frenar el espiral descendente en el que va nuestro planeta", agregó.

Por su parte, el presidente de Guyana, Donald Ramotar, quien firmó un acuerdo multimillonario con Noruega para implementar un plan contra la deforestación, dijo que, "a pesar de los fuertes argumentos científicos y económicos a favor de una acción, la respuesta global a la crisis climática se queda corta, tanto en escala como urgencia". Ramotar dijo que las reducciones de gases invernadero proyectadas son mucho más pequeñas de lo necesario, y subrayó que los científicos han advertido consecuencias catastróficas si no se frenan las emisiones.

"Algunos estados ya afrontan una extinción inminente. Para añadir insulto a la injuria, la promesa de una financiación de trámite rápido hecha en Copenhague hace unos años no se ha materializado", agregó, en referencia a la conclusión de la COP 15, celebrada en la capital danesa en 2009.

Pero Prescod Dalrymple cree que el Caribe debería seguir concentrándose en desarrollar capacidad de resistencia y encontrar nuevas vías de acceder a los recursos necesarios.

"La responsabilidad no solo debe ser de los gobiernos, sino que también el sector privado debe estar completamente comprometido. Necesitamos tecnología, capacitar a nuestra mano de obra y usar nuestra gran población de jóvenes que buscan oportunidades y trabajo decente", dijo a IPS.

"Yo apoyo las asociaciones con el sector privado, y desearía que la región avanzar para establecer estándares y procedimientos obligatorios", añadió.

Los países del Caribe también subrayaron la importancia de extender y reformar el Protocolo de Kyoto antes de que pierda vigencia a fines de este año.

La ministra de Relaciones Exteriores y de Comercio Exterior de Barbados, Maxine McClean, dijo que su país celebraba la decisión adoptada el año pasado en la COP 17, en Durban, de lanzar negociaciones sobre un nuevo acuerdo legalmente vinculante que entre en vigor a partir de 2020.

Pero, señaló, un acuerdo para después de 2020 carece de significado "si no se toman acciones ambiciosas para reducir las emisiones globales y proveer financiamiento y tecnología a los países en desarrollo vulnerables".

"Esto es esencial si queremos adaptarnos a los cada vez más graves impactos del cambio climático", añadió.

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