Clínicas móviles ofrecen mamografías a palestinas

«Gracias a Dios estoy bien», dijo a IPS la palestina Fatmeh Abu Hrar Tabeel, de 51 años y madre de siete hijos, tras realizarse su primer estudio para la detección de cáncer de mama. Además, la médica le enseñó a practicarse el autoexamen mensual en su casa.

Abu Hrar Tabeel es de Dura, pequeña aldea en el sureño distrito de Hebrón, una de las áreas más conservadoras en toda Cisjordania. Explicó a IPS que decidió hacerse el examen cuando se enteró por sus vecinas de que había una clínica móvil especializada cerca de su hogar.

"Luego (del estudio), fui a hablar con mis amigas y las motivé a que se lo hicieran también. Es fácil y me hizo sentir más cómoda", contó Abu Hrar Tabeel en el abarrotado pasillo de una pequeña clínica en la localidad de Dura, en donde esperaba para someterse a un examen médico general.

"Mi hija vino conmigo. Tiene 18 años, así que todavía es muy joven, pero sabe cuán importante es esto", indicó.

Según estadísticas divulgadas por el Ministerio de Salud palestino, el de mama fue el cáncer más reportado en la población de Cisjordania en 2011. Representó además 22 por ciento de los tipos de cáncer entre mujeres, y 11,8 por ciento de todos los registrados en esa zona.
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Ante esta situación, el hospital Augusta Victoria de Jerusalén oriental creó una clínica móvil para diagnosticar la enfermedad en forma temprana. La clínica es administrada por un equipo de especialistas, todas mujeres, incluyendo a una médica, una enfermera y una técnica en mamografías.

Es la única unidad móvil de su clase. Realiza mamografías y brinda información general sobre la enfermedad. Se trata de una gran camioneta equipada que puede funcionar estacionada en comunidades aisladas durante meses, y que atiende a aproximadamente 35 mujeres a diario.

El servicio que ofrece la unidad tiene este orden: primero, la paciente se entrevista con la enfermera, quien analiza su historial médico y le pregunta si ha experimentado dolores o ha constatado anormalidades, para luego realizarle un examen físico de los senos. Entonces se puede fijar una cita para una mamografía.

Una vez que se analizan los resultados, si es necesario, la paciente se entrevista con un médico para someterse a más exámenes y a un plan de tratamiento.

"Al principio, las mujeres tienen miedo, pero luego se sienten cómodas y prometen volver", dijo Issa a IPS, mientras examinaba los resultados de una paciente.

"Necesitamos una atención de mejor calidad aquí en Palestina. Necesitamos una mayor toma de conciencia, y este programa mejora la conciencia", aseguró.

En 2010, investigadores de la israelí Universidad de Haifa encuestaron a 400 mujeres de entre 30 y 65 años en Cisjordania, para conocer la frecuencia con la que se realizaban exámenes y mamografías, así como el nivel general de los servicios ofrecidos en la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

El estudio concluyó que más de 70 por ciento de las cisjordanas nunca se habían sometido a una mamografía o a exámenes clínicos. Los principales obstáculos que afrontaban estaban relacionados con sus propias creencias religiosas, su educación, sus niveles de ingresos o el lugar donde habitaban (la ciudad o el campo).

"Se deben crear programas educativos para mejorar el entendimiento sobre la importancia de la detección temprana y del conocimiento de pautas (para afrontar la enfermedad), así como crear conciencia y reducir las barreras culturales y sociales", recomendó el informe.

Según la investigación, hay cuatro centros permanentes para mamografías en Cisjordania. Los estudios son gratis para aquellas palestinas que cuentan con seguro médico, y el costo es de entre cinco y 30 dólares para las que no tienen uno, y que representan alrededor de 20 por ciento de la población.

"Estamos invirtiendo en esfuerzos conjuntos (con la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo) y otras instituciones para que las mujeres puedan hacerse exámenes", explicó el ministro de Salud de la ANP, Hani Abdeen, desde su oficina en la central ciudad cisjordana de Ramalah.

El funcionario dijo a IPS que varias consideraciones culturales, como por ejemplo el hecho de que las palestinas prefieren ser examinadas por mujeres, obligan al Ministerio a adoptar consideraciones de género en sus programas.

"Tenemos que dar capacitación especializada a las enfermeras para que realicen este tipo de estudios. Estamos logrando progresos en este sentido", dijo Abdeen.

Para Khadijeh Jarrar, directora del Programa de Salud de Mujeres en la Sociedad Palestina de Asistencia Médica, es también fundamental brindar apoyo psicológico a quienes padecen cáncer de mama, especialmente en las áreas periféricas.

"Cuando las personas pierden la esperanza de vivir, no se preocupan por ir al tratamiento. No están motivadas emocionalmente", explicó la experta a IPS.

Jarrar añadió que toda la comunidad palestina debe exhortar a las mujeres a que se realicen estudios para detectar la enfermedad en forma temprana y así salvar vidas.

"Los temas de salud relacionados con las mujeres no son solo de las mujeres. El cáncer de mama se convierte en un asunto de salud pública, y por eso toda la comunidad debe promover la realización de diagnósticos", sostuvo.

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