Egipcias se rebelan contra el acoso sexual

Pandillas que acosan sexualmente a las mujeres en las calles de Egipto, a menudo escudándose en el anonimato que permite la multitud, beben un sorbo de su propia medicina… y no les gusta.

Debido a la plaga del acoso sexual, que hasta ahora las autoridades egipcias no parecieron dispuestas a abordar, las mujeres toman el asunto en sus propias manos, organizando campañas contra este flagelo. Y sus esfuerzos son apoyados por cada vez más hombres jóvenes que han formado escuadrones antiacoso.

Un joven egipcio que viste vaqueros gastados y ostenta un moderno peinado moldeado con gel, se ve repentinamente rodeado por un grupo de hombres que usan chaquetas de color verde fosforescente con logos antiacoso sexual estampados en ellas.

Varios miembros del escuadrón inmovilizan al hombre con una llave de lucha a la cabeza. Luego lo abofetean levemente en ambas mejillas, dejándole enormes marcas de grasa negra, lo que lo hace destacarse entre la multitud.

Tras reprenderlo verbalmente por su mala conducta sexual, registran sus datos particulares y luego lo liberan, mientras una muchedumbre de curiosos transeúntes se congregan en torno al joven avergonzado.
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Este es apenas uno de muchos casos que han sido documentados y filmados en los últimos tiempos en el centro de El Cairo. Algunos de los hombres detenidos ya estaban marcados con el mercurocromo que les rociaron jóvenes mujeres, que también les arrojaron gas lacrimógeno.

El domingo 28 de octubre, la policía y el ministro del Interior informaron haber arrestado a 172 hombres por cargos de acoso y ataques sexuales durante los dos primeros días de Eid Al Adha, uno de los feriados más sagrados del Islam, que se había iniciado el viernes 26.

La mayoría de los arrestos tuvieron lugar en la capital, pero también los hubo en otras partes del país. Se efectuaron tras un comunicado emitido el sábado 27 por la Dirección de Seguridad de El Cairo, anunciando que el día antes había registrado 87 casos de acoso verbal y seis de acoso físico.

Aunque el acoso sexual ocurre a diario en Egipto, durante los feriados se produce un agudo incremento.

Activistas de la iniciativa "Yo fui testigo de un acoso" informaron la semana pasada que más de 60 por ciento de las mujeres que estaban el 26 de octubre en el centro de El Cairo fueron víctimas de acoso sexual.

Se crearon líneas telefónicas dedicadas a recibir denuncias de las mujeres ante estos casos, y grupos de los escuadrones antiacoso patrullaron los puntos álgidos del centro de la capital.

Los activistas reportaron varios casos de multitudes de hombres que atacaban mujeres. En un incidente, 40 hombres en grupo agredieron a 50 muchachas.

La intimidación sexual es un problema de larga data en este país. Según un estudio divulgado en 2008 por el Centro Egipcio para los Derechos de las Mujeres, 83 por ciento de las egipcias y 93 por ciento de las extranjeras habían estado expuestas por lo menos una vez al acoso.

Musulmanas conservadoras con su cabello cubierto han sido blanco de los acosadores, igual que mujeres que usaban burqa, prenda que cubre todo el cuerpo, dejando visibles apenas los ojos.

Miembros del movimiento "Atrape a un acosador" y del Instituto Democrático Egipcio en Baharia realizaron una protesta en silencio al semana pasada en la norteña ciudad de Damanhour, contra el acoso sexual y anticipándose al feriado que se avecinaba.

Enarbolaron pancartas que rezaban: "Si no le gustan mis ropas o mi manera de caminar, ¿es eso una excusa para importunarme? Si así lo fuera, ¿por qué me acosa también cuando tengo velo o estoy totalmente cubierta?".

Durante la revolución egipcia y las protestas en la plaza Tahrir de El Cairo, también fueron vistos grupos de hombres atacando a mujeres que participaban en las manifestaciones, aprovechando la falta de presencia policial y el anonimato que les brindaba la multitud.

Activistas informaron a los medios de comunicación que algunos de estos ataques fueron deliberadamente organizados por miembros del régimen del expresidente Hosni Mubarak (1981-2011) para intimidar a las manifestantes. Sin embargo, otras bandas de depredadores sexuales parecen haber actuado espontáneamente.

Varias periodistas extranjeras fueron atacadas en Tahrir. El tristemente célebre ataque a la corresponsal sudafricana de la CBS, Lara Logan, ocupó los títulos de la prensa internacional cuando realizaba su cobertura de la revolución.

El último ataque fue perpetrado este octubre contra Sonia Dridi, corresponsal de France 24, cuando estaba rodeada por una pandilla de hombres jóvenes mientras informaba desde la capital egipcia.

Luego de ser manoseada durante varios minutos, un colega la rescató.

Pese a su reticencia a tomar medidas, el aumento de los ataques obligó al gobierno a intervenir. El lunes 29 de octubre, el primer ministro Hesham Qandil dijo que su gobierno estaba preparando un proyecto de ley que impondría sanciones más duras contra los acosadores sexuales.

El funcionario hizo estas declaraciones luego de que el Consejo Nacional de las Mujeres inició la campaña "Patrullas contra el acoso sexual", en agosto, para combatir este flagelo en El Cairo.

Además, los funcionarios anunciaron la semana pasada que planeaban crear una red de cámaras de vigilancia a lo largo de las principales calles y plazas de la capital, para tomar medidas drásticas contra el acoso sexual en la ciudad. Añadieron que los rostros de los perpetradores serían transmitidos por televisión y exhibidos en Internet.

Sin embargo, los activistas se quejaron de que la policía no actúa ni siquiera cuando le proporcionan los detalles de los atacantes, diciendo que a menudo las autoridades cuestionan la identidad de los mismos sin tomar ninguna medida legal en su contra.

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