Radio amplifica voz de jóvenes sudafricanos

Lesedi Mogoatlhe ha dedicado su vida a potenciar a los jóvenes africanos para ayudarlos a encontrar su voz gracias al periodismo radial.

Lesedi Mogoatlhe, tallerista de Children’s Radio Foundation, subraya la necesidad de que los jóvenes hagan periodismo. Crédito: Mimi Ng’ok
Lesedi Mogoatlhe, tallerista de Children’s Radio Foundation, subraya la necesidad de que los jóvenes hagan periodismo. Crédito: Mimi Ng’ok
En tiempos de gran desafío económico, cultural y político, las y los jóvenes sudafricanos deben afrontar asuntos extraordinariamente difíciles. En tanto que adolescentes, se preocupan por sus amigos, sus familias, su educación y su posición social, pero como sudafricanos también deben lidiar con la dura realidad de la pobreza, la enfermedad y la violencia.

Como tallerista de Children’s Radio Foundation (CRF, por sus siglas en inglés) en Sudáfrica, Mogoatlhe se dedica a despertar el interés por cuestiones sociales, provocar el pensamiento crítico y nutrir la comunicación.

"Es tentador enumerar los desafíos y las desigualdades que padece la gente en este continente, hablar sobre cómo se abusa de los recursos naturales o cómo la corrupción se volvió sinónimo de la dirigencia africana, pero es un ejercicio inútil si no puedo contribuir a resolver los problemas", dijo Mogoatlhe a IPS.

Tener voz es fundamental para tener un sustento, y gracias a organizaciones como Children’s Radio Foundation y talleristas como Mogoatlhe, cada vez más jóvenes están equipados con herramientas básicas de comunicación que les permiten mucho más que solo decir cómo se sienten.
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IPS conversó con Mogoatlhe sobre su trabajo en periodismo radial concentrado en las y los jóvenes sudafricanos y el impacto que tiene en la vida de estos.

IPS: Usted capacita a los jóvenes para potenciarlos, aunque no solo a ellos, sino también a sus comunidades, a través del periodismo radial. ¿Qué tendencias ha observado?

LESEDI MOGOATLHE: Los jóvenes de zonas rurales suelen tener más hambre de conocimiento que los de ambientes urbanos. Parecen estar más concentrados y ser más curiosos sobre las oportunidades que les llegan, además de organizarse y de utilizar mejor todo lo que la plataforma de radio les dé.

También me di cuenta de que el primer momento de empoderamiento ocurre cuando tienen un micrófono para hablar. La amplificación de sus voces también les amplifica todo lo demás.

IPS: ¿De qué forma los jóvenes con los que ha trabajado responden a las varias características económicas, culturales y políticas de su país?

LM: Es muy difícil responder por la juventud de Sudáfrica. En algunas comunidades se preocupan por tener agua corriente y alimentos. En otros hogares es por no poder mejorar sus iPhones.

Pero lo que es evidente en nuestro paradigma colectivo es la falta de plataformas para que se escuchen nuestras voces, donde podamos hablar sobre las cuestiones cotidianas que debemos afrontar, ya sea sobre educación, discriminación racial, inequidad de género, violencia, estigma o falta de oportunidades laborales.

Nuestra lucha no es en blanco y negro como la de nuestros padres, que vivieron bajo el apartheid (régimen de discriminación racial de la mayoría blanca contra la minoría negra). Ellos preguntaban: "¿Cuánto falta para la libertad?". Nosotros preguntamos: "¿Qué es la libertad?".

IPS: ¿Los jóvenes sienten que son escuchados, ya sea por la radio u otro medio?

LM: La mayoría de los jóvenes en Sudáfrica, muchos de zonas rurales, no tienen acceso a las noticias, además lo que es un desafío para ellos no llega a las noticias. No tienen suficiente representación en los medios. En sus hogares o en sus comunidades no se cuestiona a los adultos. Tampoco se los consulta a la hora de tomar decisiones que son importantes para la sociedad.

En los proyectos de radio que comenzamos, los jóvenes hablan sobre embarazo adolescente, alcoholismo, la vida con VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y lo que esto significa para ellos.

Nos cuentan que las percepciones comunes sobre ellos cambian desde que están en la radio. En vez de ser tildados de estar equivocados y de ser vagos, ahora son considerados líderes y embajadores de sus comunidades.

IPS: En su trabajo, ¿cómo hace frente a la experiencia de vivir con VIH?

LM: Actualmente capacito a un grupo de jóvenes con VIH de Khayelitsha (barrio de la sureña Ciudad del Cabo). Mi aporte es alentarlos a compartir, elogiar su aprendizaje, darles herramientas y recordarles el impacto bueno o malo que sus historias tienen cuando son divulgadas.

Si un estudiante no quiere revelar su estatus porque se siente seguro en el anonimato que da la radio, entonces le pregunto si le gustaría hacerlo con un pseudónimo. No necesariamente me involucro en tratar de resolver las cuestiones que puedan surgir.

En este proyecto concreto, el otro facilitador es un activista y psicólogo especializado en VIH (causante del sida) y es alguien en quien los jóvenes confían. Empezamos el taller con un módulo sobre confidencialidad y ética; creamos normas de convivencia que generan confianza entre nosotros.

IPS: ¿Cuán necesaria es una organización como CRF?

LM: El trabajo que realiza CRF es importante porque apunta a la juventud desfavorecida y con muy pocas oportunidades. Con los proyectos de radio, los jóvenes no solo tienen un espacio para expresar sus historias y sus opiniones, sino que también aprenden herramientas de comunicación, de radio y de investigación, que les pueden servir en el futuro.

A través de la radio, los jóvenes pueden aprender a cuestionar lo que según ellos no funciona en sus comunidades, encontrar soluciones y abogar por un cambio. Se vuelven agentes de cambio social. Pueden comunicarse en su propia lengua y aprender lo que ocurre en otras comunidades.

Hace poco lanzamos una Red de Jóvenes Periodistas en Sudáfrica con 15 personas de 12 puntos de emisión distintos del país.

Los participantes producen programas semanales sobre cuestiones sociales y los intercambian mediante una plataforma para compartir audio llamada Soundcloud. Con ese modelo pueden informar lo que le pasa a sus compañeros de lugares muy alejados del país y que no reciben la atención de los grandes medios.

Algunos jóvenes que no tienen oportunidad de expresarse en una clase de 40 alumnos tendrán la posibilidad de hablar frente a un micrófono y ser escuchados por mucha gente.

La radio ayuda a que los jóvenes sean vistos y a que se les preste atención, además de generar confianza. En un país donde ellos son la mayoría de la población, es imprescindible que sus opiniones y sus voces desempeñen un papel en el diseño del futuro que heredarán.

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