La escuela necesita «transalfabetizarse»

La alfabetización de hoy implica saber qué es codigo, documento y actualidad, sostiene Divina Frau-Meigs Crédito: Cortesía Mila Petrillo/ANDI
La alfabetización de hoy implica saber qué es codigo, documento y actualidad, sostiene Divina Frau-Meigs Crédito: Cortesía Mila Petrillo/ANDI

Se necesita un nuevo contrato social en la educación, que incorpore plenamente la informática y la concepción de los derechos humanos del siglo XXI, afirmó en entrevista con IPS la doctora en medios de comunicación francesa Divina Frau-Meigs.

Profesora de estudios americanos y de sociología de los medios en la Universidad de la Sorbonne Nouvelle Paris 3, Frau-Meigs sostiene que maestras, maestros y estudiantes deben asumir plenamente la transalfabetización.

Se trata de "saber leer, escribir, calcular y computar. Pero 'computar' incluye entender estas tres categorías de información: código, documento y actualidad/prensa", dijo Frau-Meigs, asesora del Consejo de Europa y de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

De visita en Brasil para asistir a un seminario, Frau-Meigs dialogó extensamente con Clarinha Glock. A continuación una síntesis de la entrevista.

IPS: ¿Qué es la transalfabetización?

DIVINA FRAU-MEIGS: Es saber leer, escribir, calcular y computar. Pero "computar" incluye entender estas tres categorías de información: código, documento y actualidad/prensa. Se deben capacitar alumnos y docentes. El papel de la escuela es esclarecer y permitir a las personas entender todo tipo de contenidos, modificarlos y comentarlos.
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IPS: ¿Cuál es el principal obstáculo?

DFM: Los estudiantes creen que lo saben todo, desde su perspectiva de lidiar con computadoras y tabletas. Y los profesores dicen que si los alumnos tienen buenos conocimientos para leer y escribir es suficiente.

Es necesario romper esas resistencias con sensibilización, en aulas prácticas. Por ejemplo: yo pido a los estudiantes que busquen toda la información que necesiten para sus proyectos. Ellos responden: "Hay millones de datos, no sé por dónde empezar". Enseñar a eliminar, evaluar, calificar, asesorar, cambiar, ese es el papel de la escuela. Es una manera de aprender a aprender, que es lo que debemos volver a colocar en el centro del proyecto curricular.

IPS: ¿Cómo aplicar estas propuestas en países donde el personal docente todavía está mal remunerado?

DFM: No estoy segura de que haya que poner el salario en primer lugar. Por eso hablo de la necesidad de establecer un nuevo contrato social.

Debemos volver a decidir que la escuela importa, que la alfabetización importa y que hoy en día es imprescindible la alfabetización electrónica.

Una vez que nos pongamos de acuerdo sobre cuál es nuestra misión, ahí sí podremos discutir salarios y condiciones dentro y fuera del aula.

La transalfabetización no sucede solamente en la escuela. Los ritmos escolares cambian, porque los estudiantes se pueden conectar de noche, fuera del recinto escolar. El papel del profesor también será diferente. Se necesita valorizar su salario, pero sabiendo lo que requiere para su formación y las nuevas condiciones de horarios, ritmos y recursos.

La decisión debe ser compartida por personal docente, ministerios, sindicatos, empresas y estudiantes, tal como un nuevo contrato social.

IPS: ¿Y cómo sería ese nuevo contrato social?

DFM: Desde el siglo XIX, el contrato social ha sido de una escuela libre, pública –aunque muchas sean privadas– y secular. Hay que incorporarle el carácter de "abierta" mediante la informática, que da acceso a muchos contenidos de otros países y culturas. Con la informática se pueden desarrollar las ideas al máximo. Y si la utilizamos bien, puede empoderar a todos.

También hay que ampliar el contrato con la concepción de los derechos humanos que no existía en el siglo XIX. En 1948, después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), nacieron los derechos humanos universales e Internet. Las dos herramientas –moral y técnica– nacieron al mismo tiempo.

Es necesario hacer partícipes a los jóvenes de un futuro positivo. Eso se hace con valores. Queremos ser personas creativas, expresivas, dignas, participativas, educadas. Eso es lo que va a motivar a la gente a ir a la escuela y también a cambiarla. Construido el consenso, después vendrá la discusión sobre salarios y recursos.

IPS: ¿Y cómo se está implantando este nuevo contrato social en Francia?

DGM: El problema francés, como el de otros países, es el cambio de escala. Hay experiencias de tamaño pequeño que ya funcionan en escuelas. Pero un sistema laico, secular, público, abierto y libre tiene que ser accesible a todos.

En mayo tendremos una reunión en Lyon con funcionarios de los ministerios. Debemos convencer a quienes toman las decisiones, porque si ellos no nos acompañan, no promoveremos este cambio.

IPS: No se trata simplemente de dotar a las escuelas de computadoras…

DFM: Absolutamente no. Incluso en países pobres muchas personas tienen una portátil. Los precios están bajando, cada vez hay más aplicaciones libres y abiertas, se puede descargar todo, y cuanto más, mejor.

Pero es preciso capacitar sobre transalfabetización para entender el diseño de las plataformas, cómo editar sus contenidos y utilizar lo que existe, evaluarlo, informarlo, guardarlo.

Para esto ya tenemos personas formadas, invisibles al sistema, que son los bibliotecarios. Ellos se informatizaron hace tiempo. En Francia los estamos capacitando para que sean también formadores/educadores. La expresión oficial es "profesor bibliotecario": no son solo ayudantes, pueden mostrar a los niños la información como código, como documento y como actualidad, algo que los maestros en general no hacen.

Su papel es saber buscar, cuestionar, hacer buenas preguntas y después, cuando se obtienen resultados, seleccionar, guardar y agregar todas las ideas para hacer un documento propio del alumno. No estamos comenzando de cero. La Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias, con sede en Holanda, es fuerte y tiene filiales en cada país.

IPS: ¿Qué directrices emplea la Unión Europea para regular a los medios de comunicación?

DFM: La directiva Televisión Sin Fronteras fue revisada y transformada en Servicios de Comunicación Audiovisual. Las empresas europeas no podían, por ejemplo, hacer publicidad de productos en los filmes. Protestaban porque estaban perdiendo la batalla contra los estadounidenses, porque estos sí podían.

Se les concedió esto y también más espacio para publicidad. Como contrapartida, decidimos fomentar a los países para que hicieran educación para los medios. El Parlamento Europeo hizo una recomendación y las directivas están en vigor desde 2010.

La idea está avanzando, pero no se le destinaron más recursos, entonces tenemos que repartir lo que hay para una nueva tarea. El riesgo es que la educación para los medios termine privatizándose, porque la escuela no puede hacerla.

IPS: ¿Y qué hace Hollyweb?

DFM: Hollyweb es una asociación entre los mayores productores de medios clásicos y audiovisuales con los principales medios digitales, como Google, Disney, General Electric, Microsoft, Apple.

Algunos se están transformando en editores de contenidos, tienen escuelas y penetran en otras. Ya lo hacían antes, pero con las oportunidades de autopublicación y producción de contenidos a bajo costo, aprovechan para vender sus servicios.

Es un sistema que se está semiprivatizando. El problema no es que los contenidos sean buenos o malos, sino el principio, la manera de organizar su distribución en la escuela. Eso no es gratis, tiene un precio que debemos evaluar en términos de valores.

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