El Talibán se vanagloria de sus hazañas en Pakistán

Desparejas reparaciones al muro de una prisión en Dera Ismail Kan, de la que reclusos talibanes se escaparon fácilmente. Crédito: Ashfaq Yusufzai/IPS.

El nerviosismo se siente hasta en el aire de Dera Ismail Kan. Hace más de una quincena que insurgentes atacaron una prisión de alta seguridad en este distrito  pakistaní y liberaron a unos 200 reclusos, entre ellos comandantes del movimiento extremista Talibán.


Dera Ismail Kan es uno de los 25 distritos de Jyber Pajtunjwa (ex Provincia de la Frontera Noroccidental). Linda con las provincias de Waziristán del Norte y del Sur, que integran las Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA), que durante mucho tiempo brindaron un bastión seguro al Talibán.

El temor es que los talibanes liberados reanuden ahora sus actividades y arremetan contra personas que sospechan pueden haberlos entregado a las autoridades.

“La población tiene miedo tras la fuga de insurgentes radicales. Ahora acosarán a la gente y alterarán aún más la paz en el área”, dijo Ahmed Sultan, profesor de ciencia política en la Universidad Gomal de Dera Ismail Kan, en diálogo con IPS.

El temor se reitera también en otras áreas. Un inspector de policía del distrito de Tank, ubicado entre Dera Ismail Kan y Waziristán, declaró a IPS que la población de esta parte del país ahora teme una represalia del Talibán por culpa de otros que pueden haber informado a la policía sobre su presencia.

Tank también se ubica en el sur de Jyber Pajtunjwa, y se señala que tiene una fuerte presencia del Talibán.

Lo que ha complicado los temores públicos es la posibilidad de que la policía y las fuerzas de seguridad hayan desempeñado algún papel en la fuga del 29 de julio en Dera Ismail Kan.

[pullquote]3[/pullquote]El Talibán tiene suficientes amigos y simpatizantes dentro de la policía y el gobierno, dijo Mohammad Nabi Gul, ex superintentente de cárceles, a IPS.

La población del lugar también está confundida sobre el rol de la policía en el incidente. “Es muy probable que hayan ayudado al Talibán por temor o por dinero”, dijo Mohammad Shah Kan, un habitante de Dera Ismail Kan, entrevistado por IPS.

“Los insurgentes se han vuelto tan poderosos que la policía no tiene valor para detenerlos”, agregó.

Las sospechas sobre el rol de la policía se confirmaron cuando un portavoz del proscrito Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), en declaraciones formuladas desde un lugar no revelado tres días después del incidente, dijo a los medios de comunicación de Pakistán: “Estamos agradecidos a la policía y a los empleados de la cárcel por su plena cooperación”.

El portavoz continuó llamándolos “buenos musulmanes”.

“Eso nos permitió obtener la libertad para 250 personas, que ahora se han reunido con sus compañeros en las FATA”, agregó.

En Jyber Pajtunjwa existen cuatro cárceles centrales, siete distritales, cuatro calabozos judiciales y siete centros intermedios. Juntos albergan a unos 15.000 reclusos, incluidos 700 por cargos de terrorismo.

La fuga de Dera Ismail no se habría producido si el gobierno hubiera realizado una investigación adecuada sobre la fuga de la cárcel de Bannu de 2012, y hubiera llevado a la justicia a los responables, sostuvo el ex superintendente de cárceles Gul.

“De Bannu, el Talibán se había llevado a 384 prisioneros, incluidos 20 que estaban condenados a la pena de muerte”, añadió.

Uno de quienes escaparon de Bannu fue quien planificó el escape de Dera Ismail Khan este año. La fuga, dijo Pervez Khattak, quien asumió como ministro jefe de Jyber Pajtunjwa tras las elecciones del 11 de mayo, fue planificada por Adnan Rashid, ex empleado de la fuerza aérea de Pakistán y acusado de intentar asesinar al expresidente Pervez Musharraf el 14 de diciembre de 2003.

Se dice que Rashid entrenó a un escuadrón de 10 miembros que recabó información de inteligencia antes de atacar la prisión a medianoche.

“El Talibán había hecho una película sobre la fuga de Bannu, así como una sobre la de Dera Ismail Kan”, dijo Ali Amin Gandapur, ministro de Ingresos de Jyber Pajtunjwa, a IPS.

“Nuestra policía no se veía por ninguna parte”, señaló, aportando otra voz cuestionadora sobre su rol en el incidente.

“La policía, que se supone debe proteger las cárceles, se refugió en casas cercanas al momento del ataque”, afirmó.

Como miembro del gabinete provincial, dijo que presionará al gobierno para que tome medidas contra quienes no opusieron resistencia.

[related_articles]La posición del ejército también es cuestionada. El presidente del Partido Pakistán Tehree-k-e-Insaf, Imran Khan, se mostró sorprendido de que los insurgentes pudieran llevar a cabo su tarea con tal facilidad y precisión pese a que 25.000 hombres del ejército estaban apostados en la ciudad.

“Le plantearé al jefe del ejército, general Ashfaq Parvez Kayani, el asunto de cómo los insurgentes llegaron a la cárcel tras cruzar media decena de puestos de control”, dijo Kan a IPS por teléfono.

En mayo, el partido de Khan ganó una abrumadora mayoría en Jyber Pajtunjwa.

“Menos de 100 insurgentes montados en sus vehículos llegaron a la cárcel de Dera Ismail Kan, pero el ejército no tomó ninguna medida”, dijo el ministro jefe Khattak.

Khattak relató a IPS que convocó al comandante del cuerpo militar de Peshawar al momento del ataque, pidiéndole que le ordenara al ejército frenar a los insurgentes. El comandante le respondió que estaban “buscando el permiso de jerarquías superiores”, dijo.

Khan quería una reunión a puertas cerradas con Kayani y con el primer ministro Nawaz Sharif para saber exactamente por qué el ejército era reticente a lanzar una acción militar a gran escala contra el Talibán.

Mientras, el Talibán está exultante por haber logrado liberar a sus camaradas. “La mayoría de los prisioneros fugados fueron traídos aquí, donde el Talibán los recibió cálidamente”, dijo Mohammad Shah, un comerciante de Waziristán, a IPS.

Shah oyó que miembros del movimiento extremista disparaban tiros al aire en señal de celebración.

La mayoría de los lugareños ven la fuga con malos ojos, dijo a IPS el comerciante Shakoor Ahmed, de Dera Ismail Kan.

Quieren que los delincuentes y los insurgentes estén tras las rejas, agregó.

Luego de estos escapes, el gobierno planea construir prisiones de alta seguridad.

También ordenaron la instalación de interferentes telefónicos móviles y otros equipos en todas las cárceles, dijo a IPS el ministro de Información de Jyber Pajtunjwa, Shah Farman. Poco después del incidente, el ejército se desplegó para proteger la prisión de Peshawar, donde están recluidos insurgentes de alto perfil.

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