Leyes y alianzas para potenciar comunicación pública

Para que los medios de comunicación pública cumplan su función social necesitan promover acuerdos regionales e internacionales, dialogar con las distintas fuerzas políticas y utilizar las nuevas tecnologías para prestar servicios que efectivamente cambien la vida de la población.

Estas fueron algunas de las conclusiones presentadas en el IV Foro Internacional de Medios Públicos en América Latina, que se celebró el jueves 29 y este viernes 30 en Brasilia, organizado por el Banco Mundial y la Empresa Brasil de Comunicação (EBC), con apoyo de la agencia de noticias IPS y de la Secretaría de Comunicación de la Presidencia de este país.

En las dos jornadas de debates, se mostraron varios ejemplos de la necesidad de alianzas de medios públicos para potenciar su función de informar y de garantizar la libre y democrática circulación de la información.[related_articles]

En ese contexto se enmarcó el acuerdo firmado por EBC e IPS el jueves, para el intercambio de contenidos y experiencias entre las dos instituciones. El director general de IPS, Mario Lubetkin, estimó que así como los países del Sur del mundo tienen cada vez más protagonismo en el escenario internacional, también sus informaciones merecen la misma relevancia.

Este tipo de cooperación posibilita generar más información, además de resolver problemas operativos. «Es posible encontrar soluciones de otras realidades, de otras empresas, que refuercen nuestras empresas. Nuestros temas pasan hoy por la participación ciudadana, la libertad de prensa, la regulación de los medios de comunicación. Esas uniones sirven para encontrar respuestas a nuestros desafíos», dijo.

En una reunión celebrada este viernes por la mañana en el Palacio del Planalto, el jefe del gabinete del Ministerio de Comunicación de Brasil, Augusto Pestana, defendió en nombre de la ministra Helena Chagas «la intensificación del diálogo y de la cooperación entre los países en desarrollo».

«El objetivo de tales iniciativas no es ni puede ser agudizar las divisiones entre países desarrollados y emergentes, ni de crear polarizaciones artificiales e indeseables», dijo Pestana en el encuentro «Iniciativa Sur-Sur de Comunicación».

«Se trata de aprovechar la oportunidad histórica que se abrió para fortalecer la capacidad de comunicación de los países en desarrollo, con miras a la construcción de un escenario de comunicación global menos centralizado y más equilibrado», añadió.

Este tipo de aproximaciones también se promueven desde la Televisión América Latina (TAL), cuyo modelo se presentó también en el foro. Se trata de una cooperativa de productoras independientes que realizan contenidos para más de 200 asociados, con la idea de llevar las distintas voces latinas al resto de la región.

De esta organización, con sede en São Paulo, participan más de 28 televisoras latinoamericanas, además de la RAI de Italia. «Nuestra misión es ampliar el diálogo cultural y ampliar la diversidad y la capacidad productiva», dijo la directora ejecutiva de TAL, Malu Viana.

Para lograr esos fines, también se requiere un diálogo constante, no solo entre medios públicos, sino con la sociedad civil, los periodistas y los empresarios de la comunicación. Eso vale principalmente en países que necesitan reformular sus respectivas legislaciones para democratizar el acceso, mediante el fin de los monopolios y oligopolios de los grandes grupos mediáticos.

Es el caso de Uruguay, cuyo escenario televisivo está dominado por tres grupos, y que promovió un amplio diálogo social para la elaboración de una nueva ley de medios que está ahora en debate en el parlamento.

«El propósito de la ley uruguaya no es amordazar a nadie. Al contrario, es garantizar la libertad de expresión, con una división más equitativa, por concurso y no ‘por el dedo’ que favorece el clientelismo político», dijo Gustavo Gómez, asesor de la Secretaría de la Presidencia de Uruguay.

«Fue un proceso participativo y transparente, que también contó con la presencia de empresarios. La nueva ley prohíbe, por ejemplo, la censura previa y la censura indirecta, no permitiendo la revocación de licencias de frecuencias con base en líneas editoriales. El texto tiene 183 artículos y apenas cinco regulan el contenido, cuatro de ellos protegen los derechos de la infancia y uno prohíbe la discriminación y el racismo», abundó.

Según el profesor argentino Martín Becerra, la regulación debe efectuarse por medio de una ley. «Si hay regulación sin ley, lo que prevalece es la ley del más fuerte», afirmó al argumentar en favor de procesos regulatorios por medio del diálogo.

«Falta diálogo entre los medios públicos y privados. Pero, muchas veces, vemos que los privados no están dispuestos a conversar», dijo Becerra a IPS.

En Argentina hay precisamente esa falta de diálogo. El proceso para regular a los medios quedó marcado por la confrontación entre la presidenta Cristina Fernández y el grupo privado Clarín.

«El medio de comunicación más concentrado de Argentina se llama Cristina Elisabet Fernández de Kirchner. Es la voz más escuchada y con mayor frecuencia», argumentó el secretario de redacción del diario Clarín, Miguel Wiñazki.»La filosofía de su discurso es la beligerancia de fondo, la generación de antagonismo, el confrontar para gobernar».

Más allá de los marcos legales, también están en debate las nuevas tecnologías para democratizar la prestación de servicios, en especial con la llegada de la televisión digital.

Por medio de un proyecto piloto pionero, llamado Brasil 4D, EBC reunió, con apoyo de universidades públicas y del Banco Mundial, a 100 familias beneficiadas por el programa social Beca Familia para probar el funcionamiento de la televisión digital pública en João Pessoa, una de las ciudades más pobres de este país.

Se instalaron antenas y conversores digitales en las casas y se ofreció un canal interactivo en el que los beneficiarios podían tener acceso a informaciones como direcciones de farmacias, empleos, consejos para prevención de salud y cuestiones relacionadas con la economía doméstica.

Al final del proyecto, que duró algunos meses, el grupo encargado del trabajo concluyó que 64 familias, gracias al acceso a información, redujeron sus gastos en una proporción de 13 por ciento de lo que reciben por la Beca Familia. Hubo inclusive un aumento de los ingresos, ya que dos familias consiguieron empleos gracias a que se informaron por medio de la televisión digital.

«Me parece un proyecto muy atractivo, porque podría cumplir objetivos simultáneos y con un costo muy bajo», dijo Sergio Jellinek, gerente de Relaciones Externas del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. «Fue un estudio piloto con resultados positivos, que podría replicarse en otras realidades tanto de Brasil como de otros países de la región».

Simulaciones realizadas por el profesor Márcio Wohlers, de la Universidad de Campinas, muestran que si 90 por ciento de los beneficiarios de Beca Familia utilizasen esa programación durante 10 años, se podría generar un aumento de la renta equivalente a casi 2.000 millones de dólares. Esto muestra que la comunicación pública tiene potencial para desempeñar un papel social relevante, dijo.

«Para obtener ese resultado realizamos una serie de simulaciones complejas, en las que consideramos tanto el comportamiento de los beneficiarios como de los medios públicos», dijo Wohlers a IPS.

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