El monje tibetano que puso en problemas a España

El monje budista Thubten Wangchen desató una tormenta en España por los derechos humanos en Tíbet. Crédito: Saransh Sehgal/IPS

Thubten Wangchen, un monje budista tibetano nacionalizado español, se convirtió en la piedra en el zapato del gobierno de España cuando una demanda suya llevó al juez Ismael Moreno de la Audiencia Nacional a librar órdenes internacionales de arresto contra altos dirigentes chinos.

Thubten denunció por presunto genocidio cometido en el Tíbet a los expresidentes Jiang Zemin (1993-2003) y Hu Jintao (2003-2013), al ex primer ministro Li Peng (1987-1998) y a otros altos cargos del gobernante Partido Comunista de China.

El proceso buscaba juzgar a esos exdirigentes chinos por su responsabilidad en torturas, ejecuciones y “políticas de planificación familiar que incluyeron abortos generalizados y esterilizaciones forzadas” contra la población de Tíbet.

El juez ordenó en febrero a Interpol que emitiera una orden de arresto, con captura y prisión, contra los acusados de genocidio, torturas y crímenes contra la humanidad.

China protestó de inmediato por la injerencia de España en lo que llamó asuntos internos. Poco después, su Ministerio de Relaciones Exteriores le recordó a Madrid que en el futuro inmediato deberá honrar los préstamos que le facilitó Beijing.

“Esperamos que el gobierno español pueda distinguir lo bueno de lo malo”, dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, luego que el juez solicitó las detenciones.

China es un acreedor importante de España. Poco después, el parlamento admitió a trámite el 29 de febrero una propuesta del gobernante y derechista Partido Popular (PP) para limitar las potestades de los tribunales nacionales para entender en casos de genocidio y otros crímenes contra la humanidad cometidos en el exterior.

El PP presentó un proyecto para reformar la Ley Orgánica del Poder Judicial con trámite de urgencia, con el fin de limitar la jurisdicción universal, que en la práctica hace casi imposible aplicarla en España.

El parlamento procesó en tiempo récord la reforma que, tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado, entró en vigor el sábado 15.

Ahora, los partidos de la oposición acusan a China de presionar para que España ignore sus compromisos de derechos humanos.

Para Thubten la reforma “es una noticia triste no solo para el pueblo tibetano, sino también para el de España. El PP está cediendo a la presión china por la economía y la deuda”.

Si esto continúa, dijo, “de aquí a 15 años los españoles dependerán de los chinos para conseguir empleo y bienestar”.

Varias organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, denunciaron la reforma en una carta abierta como “un golpe devastador para la jurisdicción universal y para las obligaciones internacionales de España que garantizan que los delitos graves no queden impunes”.

Thubten y sus amigos apelaron a la Ley Orgánica del Poder Judicial, de 1985, que permite juzgar a sospechosos de abusos a los derechos humanos cometidos en el exterior.

Los jueces españoles han invocado esta doctrina de la jurisdicción universal para investigar crímenes de lesa humanidad, especialmente varios cometidos en países de América Latina.

La ley se aplicó para arrestar en 1998 al exdictador chileno Augusto Pinochet en Londres, por orden del juez español Baltasar Garzón. Tribunales españoles también intentaron procesar al líder de la red extremista Al Qaeda, el saudita Osama bin Laden, entre otros. Pero, en la práctica, muy pocos casos llegaron a juicio.[related_articles]

Thubten, quien nació en Tíbet en 1954, se exilió con su familia en Nepal en 1959, el mismo año en que el líder espiritual Dalai Lama escapó a India.

En 2006 introdujo la denuncia en la justicia española,  junto con las organizaciones no gubernamentales Comité de Apoyo al Tíbet y Casa del Tíbet.

“La motivación de llevar adelante este caso busca únicamente que el mundo conozca la realidad del sufrimiento tibetano bajo el régimen chino”, dijo Thubten.

Los casos de inmolaciones en protesta por la represión de Beijing en Tíbet ascienden a 127, destacó.

“Con una enorme presencia militar china controlando a la población, los tibetanos viven bajo represión constante, sin libertad de religión o de movimiento”, añadió.

Thubten reclama una política europea única sobre derechos humanos en relación a China. “Urgimos a la Unión Europea a desempeñar un papel más importante, designando un coordinador especial para Tíbet”, dijo.

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