Pakistán libra una guerra perdida contra el Talibán

Automóvil atacado por insurgentes cerca de Peshawar. Crédito: Ashfaq Yusufzai/IPS.

Pakistán está sumergido en un crispado debate sobre la continuación de de las operaciones militares contra el movimiento extremista Talibán en las Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA), especialmente tras la brutal matanza de 23 soldados  el mes pasado.

El político opositor Imran Kan, aseguró que  el gobierno reconoce que las posibilidades de éxito del ejército son muy bajas. Kan,  presidente del partido Pakistan Tehreek Insaf (PTI), presiona para que se abran conversaciones con el Talibán.

“La insurgencia se ha incrementado pese a la presencia del ejército. Alrededor de 50.000 personas, incluidos 5.000 soldados, fueron asesinados por terroristas”, dijo Kan a IPS. Su partido gobierna  Jyber Pajtunjwa (ex Provincia de la Frontera Noroccidental), adyacente a las FATA.

“Urgimos a mantener conversaciones de paz porque la intervención de las Fuerzas Armadas no es una solución al terrorismo. El Talibán está matando a nuestros soldados y civiles en una guerra iniciada a instancias de Estados Unidos”, señaló el exjugador de criquet.

El gobierno y el Talibán han formado sus respectivos comités para mantener negociaciones de paz. Pero los esfuerzos se vieron obstaculizados tras el asesinato, el 16 de febrero, de 23 soldados del Cuerpo de Frontera por extremistas islámicos en la agencia de Mohmand, en las FATA.

Los efectivos militares fueron decapitados tras permanecer cautivos desde 2010.

“Nuestros soldados están combatiendo a su propio pueblo. La insurgencia nunca disminuirá mediante la acción militar”, señaló Kan.

En una entrevista transmitida por televisión en febrero, Kan sostuvo que el jefe del ejército había dicho al primer ministro, Nawaz Sharif, que las operaciones militares no podrían erradicar al Talibán, lo que levantó un gran revuelo.

“Las declaraciones de Kan buscan desmoralizar al ejército”, dijo Jursheed Shah, líder de la oposición en la legislativa Asamblea Nacional.

Shah también acusó a Kan de apuñalar al ejército por la espalda.

El ministro de Información, Pervez Rasheed, aseguró que el ejército era capaz de eliminar por completo al Talibán. “La decapitación de 23 soldados es condenable. Incluso India, nuestro archirrival, trató a nuestros soldados capturados de acuerdo con las Convenciones de Ginebra, y no decapitó a ninguno”, expresó a IPS.

El senador Mohammad Adeel, del también opositor Partido Nacional Awami, planteó que Kan intenta subestimar al ejército.

Sin embargo, muchos creen que Kan tiene razón.

[related_articles]“Las declaraciones de Kan en cuanto a que hay apenas 40 por ciento de posibilidades de que las operaciones militares tengan éxito contra el Talibán ha disparado un crispado debate en Pakistán, y él no está del todo equivocado”, dijo a IPS el analista político Mohammad Shoaib, quien ejerce la docencia en la Universidad de Peshawar.

Según el ejército, el Talibán mató a 460 personas desde el 9 de septiembre de 2013, cuando una conferencia multipartidaria decidió mantener conversaciones con los insurgentes.

Shoaib dijo que la decapitación de los 23 soldados era una señal de que los insurgentes todavía están fuertes. “Los tuvieron de rehenes durante cuatro años, los mataron e incluso divulgaron un vídeo sobre los asesinatos”, destacó.

Según analistas, la situación en las FATA es mucho más compleja ahora que antes del despliegue militar.

Jalal Akbar, profesor de ciencia política en la Universidad de Gomal, en Jyber Pajtunjwa, dijo que anteriormente hubo otros grupos del Talibán que liberaron a sus cautivos.

“En 2007, elementos pro-Talibán secuestraron a 250 soldados en la agencia de Waziristán del Sur, en las FATA, pero los liberaron cuando sus propios hombres fueron liberados por el gobierno”, dijo Akbar.

Miembros del Talibán y de la red extremista Al Qaeda tienen como objetivo a fuerzas pakistaníes y afganas de las FATA. Se refugiaron allí luego que el gobierno del Talibán en Kabul fue derrocado por fuerzas lideradas por Estados Unidos en 2001.

Muchos creen que el ejército está en desventaja en las FATA, mientras los insurgentes libran una guerra de guerrillas.

“La mayoría de nuestros soldados no están acostumbrados a luchar en las montañas y los bosques. El ejército no puede combatir al Talibán allí por las características del terreno”, dijo a IPIS el oficial militar Mohammad Rafiq.

Algunos pakistaníes creen que las operaciones militares solo provocan más acciones brutales por parte de los rebeldes.

En Swat, un distrito de Jyber Pajtunjwa que estuvo bajo dominio del Talibán entre 2007 y 2009, la población todavía recuerda los truculentos actos de violencia.

“Todas las mañanas veíamos los cadáveres decapitados de soldados que colgaban de los postes de la electricidad”, dijo Nasirullah Khan, exinspector de policía en Swat.

Además, Jawad Shah, funcionario de la lucha contra la poliomielitis, dijo que los talibanes no permiten que las vacunas contra esa enfermedad ingresen a Waziristán, y que el ejército no es capaz de enfrentarlos.

“No hemos podido vacunar ni a uno solo de los 300.000 niños y niñas (que nos propusimos inmunizar), porque el Talibán ejerce total control allí”, añadió.

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