Jóvenes africanos huyen de la poco tentadora vida rural

Un agricultor en el área de Woliyta, en Etiopía. Preocupa cada vez más que no se esté haciendo lo suficiente para comprometer a los jóvenes africanos en la producción alimentaria. Crédito: Ed McKenna/IPS.

Ketsela Negatu es hijo de un etíope que cría cabras cerca de Addis Abeba y se niega a seguir sus pasos. El joven de 19 años percibe negativamente el oficio familiar, tras observar las sombrías perspectivas económicas que le ha ofrecido a su padre.

“Iré a la ciudad e intentaré encontrar trabajo. No sé qué haré, pero quiero hallar un empleo que pague más dinero y llevar una buena vida”, dijo a IPS.

Ketsela piensa como otros muchos jóvenes en África, pues los magros retornos financieros y las perspectivas poco alentadoras de la economía rural del continente los impulsan a abandonar el campo y a emigrar a las urbes.

Además, cada vez preocupa más que no se esté haciendo lo suficiente para comprometer a la mayor fuerza laboral africana, sus jóvenes, en la producción alimentaria, pues ellos son clave para salvaguardar la seguridad alimentaria en el continente, erradicar el hambre y acceder a los mercados alimentarios mundiales.

“No hay suficiente estímulo para que los jóvenes participen en la agricultura en los países africanos. Los agricultores jóvenes necesitan buenos precios para buenos productos, de otro modo los perderemos cuando se vayan hacia las ciudades”, planteó Gebremedhine Birega, representante etíope de la organización no gubernamental East and South African Food Security Network.

“¿Por qué deberían hacer el trabajo duro y seguir siendo pobres?”, reflexionó durante un diálogo con IPS.

La proporción de jóvenes en la fuerza laboral de África es la más alta del mundo, con aproximadamente 35 por ciento en África subsahariana y 40 por ciento en el norte de África, en comparación con 30 por ciento en India, 25 por ciento en China y 20 por ciento en Europa.

Proyecciones del Banco Mundial indican que 60 por ciento del aumento de la fuerza laboral mundial se producirá en África entre 2010 y 2050.

Se prevé que el crecimiento económico en África subsahariana alcanzará 6,3 por ciento en 2014, muy por encima del promedio mundial.

Pero los dirigentes del sector agrario que participaron en la conferencia regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO),  realizada entre el 24 y el 29 de marzo en Túnez, coincidieron en que ese crecimiento prodigioso no se está traduciendo en modo suficientemente rápido en empleo para los jóvenes africanos.

Gerda Verburg, presidenta del Comité sobre Seguridad Alimentaria Mundial, dijo a IPS que la mayor comercialización de la agricultura aprovechará a los jóvenes desempleados en las zonas rurales de África y creará un sector agrícola productivo y rentable. Por lo tanto, fomentará la seguridad alimentaria y creará ingresos decentes y oportunidades laborales para los jóvenes.

[related_articles]“Tenemos que intentar revertir la mentalidad rural que dice que la agricultura es la última opción. Para impedir esta pérdida de mano de obra necesitamos fijarnos en cómo mejorar las perspectivas financieras de aquellos que trabajan en el sector agrícola”, dijo.

“Las finanzas del sector privado y las agroindustrias están ayudando a modernizar la agricultura creando cadenas de valor agregado que le pagarán al agricultor más por su trabajo que el mercado local”, añadió.

El crecimiento económico en el continente, y las cambiantes tendencias en la dieta de emergente clase media de África también brindan cadenas de valor atractivas y lucrativas para que los jóvenes productores agrícolas participen en ellas, dijo a IPS el director general de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva.

“Hay mercados emergentes, como el de la acuicultura, donde estamos viendo un buen potencial para el crecimiento. Más inversiones en estos mercados brindarán mayores oportunidades para el empleo juvenil”, señaló.

También se espera que la mayor electrificación del África rural ayude a retener a la población joven en esas áreas y a satisfacer la aspiración de un estilo de vida moderno, donde tienen un rol importante las telecomunicaciones y la conectividad a Internet.

Actualmente, menos de 10 por ciento de los hogares rurales de África subsahariana tienen acceso a electricidad.

Cheij Ly, secretario de la conferencia regional de la FAO, dijo a IPS que un importante factor detrás de la decisión de los jóvenes de emigrar hacia áreas urbanas, es la falta de electricidad en las áreas rurales del continente.

“La electrificación es una necesidad clave para la economía rural de África. La producción agrícola moderna no es posible sin un acceso confiable a la electricidad. También perderemos a los jóvenes que quieran estar conectados y comunicarse a través de teléfonos y de Internet si estas necesidades no se satisfacen”, señaló a IPS.

Una mayor inversión en la agricultura africana pareció un hecho consumado cuando los líderes africanos se reunieron en 2003 en Maputo para comprometer un mínimo de 10 por ciento de sus presupuestos nacionales para la agricultura y para aumentar el crecimiento agrícola a seis por ciento del producto interno bruto anual para 2008.

Sin embargo, de los 54 países de África, solo nueve –Ghana, Burkina Faso, Malawi, Malí, Etiopía, Níger, Senegal, Cabo Verde y Guinea– lograron mantener estos compromisos.

La baja inversión está causando una baja productividad y desbaratando al sector agrícola de África, que emplea a cerca de 60 por ciento de la fuerza laboral del continente, pero representa apenas 25 por ciento de su producto interno bruto.

La falta de voluntad de los líderes africanos está demorando la expansión agrícola, dijo David Adama, de Action Aid International.

“Palabras vacías no llenarán estómagos vacíos. Los gobiernos africanos deben cumplir sus promesas y aportar más dinero para la agricultura, además de garantizar que se la aborde mejor para ayudar a los millones de pequeños agricultores, que constituyen la mayoría de sus ciudadanos y producen la mayor parte de los alimentos de África”, planteó a IPS.

Convertir a la agricultura en un negocio atractivo para la juventud africana debería estar al alcance de sus países.

África cuenta con alrededor de 50 por ciento de las tierras fértiles y no aprovechadas del mundo, mientras que se espera que las inversiones extranjeras en la agricultura del continente superen los 45.000 millones de dólares en 2020, según estadísticas del Banco Mundial.

Sin embargo, los jóvenes de África todavía no sienten el empuje de un nuevo “renacimiento agrícola” en el continente.

“Me quedaré y trabajaré en el campo, pero solo si las cosas mejoran aquí. A menos que así sea, me iré a la ciudad y veré si hay algo mejor”, dijo Ketsela.

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