Tribulaciones de excombatientes de los Tigres de Sri Lanka

Aloysius Patrickeil, excombatiente de los separatistas Tigres para la Liberación de la Patria Tamil Ealam (LTTE), se dedica a cortar el pelo a sus fieles clientes en una pequeña localidad de la provincia Norte, de Sri Lanka. Crédito: Amantha Perera/IPS.

Por un corte de pelo que Aloysius Patrickeil realiza en pocos minutos, la gente está dispuesta a esperar un buen rato. Este excombatiente de los separatistas Tigres para la Liberación de la Patria Tamil Ealam (LTTE) trabaja ahora en una pequeña y atestada peluquería de esta ciudad de Sri Lanka.

Hombres mayores con bigotes espesos se sientan en las sillas junto a jóvenes que buscan un corte de pelo a la moda de los últimos filmes tamiles. Mientras, las madres arrastran a sus hijos a largas filas para atenderse con el codiciado peluquero de 32 años, en esta ciudad situada a 320 kilómetros al norte de Colombo.[pullquote]3[/pullquote]

“Es el mejor de la ciudad”, dijo el joven Kalliman Mariyadas, mientras esperaba su turno.

Hace unos años, Patrickeil no era tan famoso ni quería serlo. Hasta 2009 formó parte del insurgente LTTE, que luchó 26 años por la autonomía de la minoría tamil en este país de mayoría cingalesa.

La guerra civil, que se extendió de 1983 a 2009, cuando los rebeldes fueron derrotados por las fuerzas gubernamentales, dejó 100.000 personas muertas en ambos bandos.

El peluquero formó parte de la rama naval del LTTE, conocidos como Tigres del Mar. Pero actualmente, Patrickeil tiene un hijo de un año y medio y ningún interés en hablar del pasado.

“No tiene sentido, lo que pasó, pasó. No quiero volver a eso”, dijo a IPS, mientras daba un masaje a la cabeza de un cliente de mediana edad.

Su principal objetivo es que su negocio siga generando dinero. “La gente siempre va a querer cortarse el pelo, es una buena opción laboral”, apuntó con una sonrisa.

Cuando el gobierno se declaró victorioso en mayo de 2009, tras casi tres décadas de un cruento enfrentamiento que se desarrolló principalmente en el norte y este de este país insular, donde reside la minoría tamil, casi 12.000 dirigentes del LTTE se rindieron o fueron detenidos por el ejército, según datos oficiales.

Pero en junio de este año, unos 11.800 excombatientes fueron liberados en el marco de programas de rehabilitación y solo quedaron presos 132.

Sevarathnam Mountbatten, viudo de 33 años y excombatiente rehabilitado de los separatistas Tigres para la Liberación de la Patria Tamil Ealam (LTTE) se desplaza 80 kilómetros al día para visitar a su novia, mientras aguarda con impaciencia el día de la boda. Crédito: Amantha Perera/IPS.
Sevarathnam Mountbatten, viudo de 33 años y excombatiente rehabilitado de los separatistas Tigres para la Liberación de la Patria Tamil Ealam (LTTE) se desplaza 80 kilómetros al día para visitar a su novia, mientras aguarda con impaciencia el día de la boda. Crédito: Amantha Perera/IPS.

Patrickeil también estuvo preso y participó en la rehabilitación hasta febrero de 2013. Al igual que miles de otros excombatientes, ahora debe transitar por las zonas del conflicto como un civil.

“Quieren una vida mejor y vivir como cualquier persona”, remarcó Murugesu Kayodaran, responsable de rehabilitación de la Secretaría del Distrito de Kilinochchi.

Pero tras años de guerra, de violencia y sin mucha idea clara de lo que significa llevar una vida “común”, algo que puede parecer simple, no lo es tanto, explicó.

La mayoría de los excombatientes tamiles se abocaron a trabajos manuales en el norte, según información del Buró del Comisionado General de Rehabilitación. También se desempeñan en la pesca, la agricultura o en el Departamento de Defensa Civil.

Alrededor de 11 por ciento de los excombatientes del LTTE rehabilitados están desempleados, más de dos veces y medio el promedio nacional.

Hay muy pocos programas de asistencia para ellos. Una de las iniciativas estatales ofrece préstamos de 25.000 rupias (unos 192 dólares), pero hasta ahora solo 1.773 beneficiarios recibieron efectivamente el dinero, según los registros oficiales.

Un proyecto del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ofrece una ayuda de 50.000 rupias (unos 380 dólares), pero desde 2013 solo 523 personas recibieron la modestia ayuda.

Kayodaran dijo que necesitan ayuda de largo plazo para promover la exitosa reintegración de miles de excombatientes, muchos de ellos todavía se sienten estigmatizados.

“Sienten que necesitan independencia económica para poder llevar una vida normal como los otros, pero hay otras causas subyacentes que siguen desatendidas como depresión, trauma y falta de apoyo familiar”, observó.

Selliah Bavanan, exdirigente de los separatistas Tigres para la Liberación de la Patria Tamil Ealam (LTTE), tiene una gomería en la provincia Norte, de Sri Lanka, y no le gusta hablar del pasado. Crédito: Amantha Perera/IPS.
Selliah Bavanan, exdirigente de los separatistas Tigres para la Liberación de la Patria Tamil Ealam (LTTE), tiene una gomería en la provincia Norte, de Sri Lanka, y no le gusta hablar del pasado. Crédito: Amantha Perera/IPS.

Con poco se puede hacer mucho

A unos kilómetros del popular negocio de Patrickeil, se encuentra la gomería de Selliah Bavanan, de 37 años, en el pequeño pueblo de Mallavi.

Este excombatiente tampoco quiso hablar sobre su papel en el LTTE. Lo único que dijo a IPS fue que “entonces, la situación requería tomar la decisión de unirse a la organización”.

“Mis principales clientes tienen vehículos pesados”, relató. Muchos circulan por la ruta que une Kilinochchi, un gran centro económico regional, con el oeste del distrito, explicó. Llevan materiales para las obras de gran escala que se realizan en las zonas que estuvieron bajo control de los Tigres Tamiles hasta principios de 2009.

Cuando recibió el préstamo del CICR, a principios de este año, Bavanan pensó con buen tino invertir el dinero en equipos para su pequeño negocio, gracias a lo cual logró aumentar su clientela.

“Gano entre 1.500 y 3.000 rupias (entre 11 y 21 dólares) al día. Es una buena cantidad”, aseguró, mientras reparaba un gran neumático pinchado.

Patrickeil recibió un préstamo similar e invirtió el dinero en espejos, tijeras y otros accesorios para la peluquería de su amigo. “Le pago la mitad de lo que gano por día”, relató. Él genera unas 3.000 rupias al día en una zona donde el costo de vida mensual asciende a entre 25.000 y 30.000 rupias (entre 190 y 230 dólares).[related_articles]

No es fácil vivir con tan poco dinero. Además, muchos excombatientes tamiles tienen familias extensas. Un dirigente discapacitado del LTTE consultado por IPS contó que debía mantener a su familia de tres integrantes, a un hermano menor y a sus dos padres mayores.

No existen datos oficiales sobre el número de exmiembros del LTTE que quedaron con lesiones permanentes o heridas graves, pero las estimaciones sugieren que son entre 10 y 20 por ciento de la población de la provincia Norte, de 1,1 millón de habitantes, la mayoría excombatientes.

“Primero tuvimos la guerra, luego la paz, ahora la pobreza y, con suerte, la próxima estación será la de la prosperidad”, dijo esperanzado Mariyadas, uno de los clientes de Patrickeil, preparándose para ser atendido por este exintegrante de los Tigres del Mar devenido en peluquero.

Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Verónica Firme

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