El cambio climático desafía la bonanza de Etiopía

Etiopía tiene unos 70 millones de pequeños agricultores, muchos de los cuales cultivan productos como granos o café en cantidades apenas suficientes para mantener a sus familias, como en Lalibera, en la región de Amhara. El cambio climático tendrá inevitablemente un impacto en la vida de la gente. Crédito: James Hassam/IPS.

Etiopía suele considerarse un logro africano en materia de crecimiento económico, al alcanzar siete por ciento al año según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero aumenta la preocupación de que el cambio climático pueda hacer tambalear esa bonanza.

Varios especialistas reunidos en esta capital etíope para una conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitieron un mensaje claro: los impactos del recalentamiento global, el aumento de las temperaturas y los eventos climáticos extremos se sentirán tan fuerte en África como en cualquier lugar del mundo.

Desde hace 18 meses, más de 800 científicos especializados en clima han ido elaborando el Quinto Informe de Evaluación, del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

El documento, cuya cuarta y última parte se divulgará en noviembre, es la evaluación más integral y exhaustiva que haya sobre cómo el cambio climático afecta a nuestro planeta, según el IPCC.

Sus conclusiones son inequívocas; el cambio climático es real y hay más pruebas que nunca de que las actividades humanas lo incentivan.

En Etiopía, el cambio climático tendrá inevitablemente un impacto en la vida de la población, señala el IPCC.

Katie Mach, especialista en clima de la Universidad de Stanford y una de las autoras del informe, hizo una clara evaluación de los impactos que el fenómeno tendrá en el segundo país más poblado de África

Este fenómeno “aumentará los riesgos asociados con los extremos, como mucho calor, fuertes lluvias y sequías. También dificultará la reducción de la pobreza y disminuirá la seguridad alimentaria”, dijo a IPS.

El IPCC dijo que las consecuencias económicas del cambio climático serán más severas en los países en desarrollo. Eso se debe a que las economías de las naciones pobres tienen menos posibilidades de adaptarse a los cambios que afectan a la industria y al empleo.

La mayoría de los 90 millones de habitantes de Etiopía dependen de la agricultura para sobrevivir. Este país tiene unos 70 millones de pequeños agricultores, muchos de los cuales solo cultivan variedades básicas, como café y granos, en cantidades apenas suficientes para la supervivencia de sus familias.

Esos agricultores son los más vulnerables a las consecuencias del cambio climático, en especial si el aumento de la temperatura alcanza a perjudicar cultivos como el café.

“El valor del café es de unos 800 millones de dólares y, según el plan de crecimiento económico del gobierno, aumentará a 1.600 millones de dólares para 2025”, señaló Adam Ward, representante en este país del Instituto Global de Crecimiento Verde, en diálogo con IPS.

El instituto es una entidad intergubernamental que trabaja con el gobierno de Etiopía sobre su estrategia de economía verde resistente al clima.

El gobierno de Etiopía estableció un plan de Economía Verde Resistente al Clima, con un fondo que ya reunió 25 millones de dólares gracias al Departamento de Desarrollo Internacional de Gran Bretaña, así como 10 millones más aportados por Noruega.

“Si estamos en un extremo de los impactos del cambio climático, estamos frente a la posible destrucción del café; son unos 1.600 millones de dólares que se pierden si ocurren las consecuencias más graves de este fenómeno”, explicó Ward.

Para los gobiernos, a instancias de quienes el IPCC elaboró el informe de evaluación, la pregunta ya no es “¿el cambio climático ocurre?”, sino “¿qué podemos hacer al respecto?”.

El informe presenta varias opciones a las autoridades, desde no hacer nada, es decir seguir haciendo como si nada, pasando por medidas agresivas hasta hacer frente al cambio climático, para lo cual los gobiernos tomarán medidas urgentes y rápidas para disminuir las emisiones de dióxido de carbono.

Etiopía avanza en la dirección correcta, pero tiene grandes desafíos por delante. La estrategia contra el cambio climático requiere un gasto de 7.500 millones de dólares al año para revertir sus efectos, pero los fondos disponibles están muy por debajo de esa suma.

Según el Overseas Development Institute (ODI), el gobierno solo puede asumir unos 440 millones de dólares al año.

Esto es algo que Etiopía tiene en común con otros países de África oriental. En Tanzania, se necesitan unos 650 millones de dólares para atender el cambio climático, pero se gastan unos 383 millones.[related_articles]

La política climática de Uganda requiere de un gasto anual de 258 millones de dólares, pero el gasto actual asciende a 25 millones al año, según ODI.

El IPCC cree que Etiopía tiene posibilidades de proteger a sus ciudadanos de los efectos más dañinos del cambio climático, por lo general adaptándose a los cambios que ya están ocurriendo.

“Un punto de partida importante es reducir la vulnerabilidad al clima actual, aprendiendo de nuestras experiencias con calor extremo, fuertes lluvias y sequías”, explicó Mach.

Ese es un proceso que ya está en marcha en Etiopía, según la Agencia de Transformación Agrícola, un organismo estatal creado para ayudar a que la agricultura sea más resistencia a la variabilidad climática.

“El cambio climático y el consiguiente aumento en la frecuencia y la intensidad de eventos climáticos extremos derivaron en alteraciones visibles en los ciclos de los cultivos de Etiopía y un aumento significativo de los riesgos relacionados con la producción agrícola, dejando vulnerables a los pequeños agricultores”, explicó a IPS el director de clima y ambiente de esa agencia, Wagayehu Bekele.

“El cambio climático no solo corre el riesgo de agravar el problema de la seguridad alimentaria, de quienes dependen directa o indirectamente de la agricultura, sino que también ejerce presión sobre el desarrollo económico, pues la agricultura es la base del desarrollo económico de país”, indicó Wagayehu.

El mensaje del IPCC es claro: este es un problema real y con el que tendrán que lidiar los países africanos. Cómo lo hacen y quién asume los costos queda en manos de los políticos.

Editado por Nalisha Adams / Traducido por Verónica Firme

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