Variación climática alimenta fiebre chikungunya en el Caribe

La epidemia de chikungunya en el Caribe se atribuyó, en parte, al vertido indiscriminado de basura como en esta calle en Curepe, en Trinidad. Esto genera las condiciones propicias para la reproducción de mosquitos, el vector de la enfermedad. Crédito: Jewel Fraser/IPS

Cuando Jenny Gittens se fue a dormir en su casa de la capital de Trinidad y Tobago se sentía bien. Pero una hora después se despertó con “un calambre y una rigidez” detrás de la rodilla. Al rato, el dolor se había expandido y le dolían las dos rodillas y luego ya no las pudo mover, sintió una rigidez en los dedos, dolores en el pecho y tuvo fiebre.

Dos semanas de un dolor atroz, así fue como Gittens describió su experiencia con la fiebre chikungunya. “Si tuviera que elegir entre eso y el parto, elijo el parto”, acotó la mujer de 61 años, con dos hijos.

A los pocos días le salió un sarpullido que le duró varios días más y dolores en la clavícula que la dejaron doblada. “No podía enderezarme. No te puedes dar vuelta. Fue un dolor insoportable”, contó a IPS.[pullquote]3[/pullquote]

No está confirmado que su caso haya sido chikungunya, pero los síntomas se parecen a los de la enfermedad viral, transmitida al ser humano por un mosquito infectado y cuyo nombre procede de una lengua africana que quiere decir “doblado de dolor”.

Según la Agencia de Salud Pública del Caribe (CARPHA), hasta el 7 de este mes se habían registrado 4.485 casos confirmados y probables de chikungunya y unos 87.000 sospechosos en los 24 estados miembros del organismo.

En todo el continente americano, salvo en Estados Unidos, hubo más de 800.000 casos sospechosos. Además, se registraron 21.000 casos probables y confirmados, que incluyen a ese país norteamericano.

En el Caribe, la enfermedad que es transmitida por dos mosquitos, se contagia por el Aedes aegypti, indicó el médico Dave Chadee, entomólogo y profesor de salud ambiental de la Universidad de las Indias Occidentales, en San Augustine, Trinidad.

Este mal hace tiempo que se conoce en Asia y África, pero su llegada al Caribe, donde se convirtió en un problema grave de salud, tanto en el área insular como continental, ocurrió en los últimos 15 meses. Se presume que la trajo a la región un visitante asiático.

El profesor Chadee explicó a IPS que cuando el mosquito chupa la sangre de una persona infectada, ingiere el virus que se multiplica en su sistema digestivo, pasa al sistema circulatorio; de la glándula salival pasa a la próxima persona que pique.

Numerosos factores contribuyeron a la rápida transmisión del virus en el Caribe, apuntó Chadee.

La variación climática contribuyó a las altas temperaturas, así como a las fuertes lluvias y a las inundaciones en varias partes de la región. Las últimas fueron las de Navidad en el Caribe oriental en diciembre de 2013.

Hay un aumento del virus en la estación húmeda, explicó, “porque hay recipientes con agua y más vectores y la gente se ocupa menos del ambiente por el clima”.

“En el Caribe, hay muy pocas zonas donde no hay mosquitos”, precisó Christian Hendrickson, entomólogo y consultor de enfermedades transmitidas por vectores de CARPHA. “El Aedes aegypti está muy domesticado y se reproduce donde sea que haya gente que cree las condiciones propicias”, apuntó.

“En general, las temperaturas más altas favorecen el desarrollo del mosquito, y la lluvia facilitan su reproducción. Las fuertes precipitaciones probablemente acarreen más mosquitos”, dijo Hendrickson a IPS.

La propagación de la enfermedad en la región fue “bastante rápida”, coincidió.

Pero “la transmisión de la fiebre chikungunya llegó su nivel más bajo en la estación de mayor propagación por la disminución de las lluvias, pero puede cambiar cuando estas vuelvan, entre mayo y junio, pues las condiciones se volverán favorables al vector”, explicó Hendrickson.

Para mitigar la propagación del virus “lo que se puede, y debe hacerse, es mantener los mosquitos en su menor expresión para reducir de forma drástica la posibilidad de transmisión del chikungunya y del dengue”, remarcó.[related_articles]

Los programas nacionales para el control de vectores y las personas tienen la posibilidad de reducir y eliminar los sitios de reproducción de mosquitos para evitar que ocurra una epidemia como el año pasado, añadió.

Por su parte, Chadee dijo que “dado que aceptamos que hay una gran variabilidad climática y que sabemos que al inicio de la estación húmeda le sigue una seca, el control del vector puede realizarse de forma intensiva en el período de transmisión”.

La estrategia de tratamiento pre-estacional requiere matar los huevos antes de que la larva se multiplique con rapidez, por lo general en las dos semanas inmediatamente después al inicio de la estación lluviosa.

“Así la población de mosquitos se mantiene baja y se rompe el intenso período de transmisión”, resumió Chadee, quien contó que trabajó con la fiebre chikungunya en islas del océano Índico, donde esa estrategia fue un éxito.

“Muchos programas dependen del uso de insecticidas para matar a la larva y al mosquito adulto, pero su uso prolongado terminó disminuyendo su efectividad”, alertó Hendrickson

Él es más favorable a eliminar los sitios de reproducción del mosquito, como forma de mitigar la propagación del virus.

Con respecto a si existe la posibilidad de que la enfermedad se vuelva endémica en el Caribe, Chadee explicó: “Es pronto para decirlo. Solo tenemos un año de experiencia con la fiebre chikungunya; tendremos que esperar varios más antes de establecer un patrón epidemiológico”.

Editado por Roger Hamilton-Martin / Traducido por Verónica Firme

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