El mundo se olvidó de los refugiados de Siria

Niños sirios junto a su vivienda provisoria en el valle de la Becá, Líbano. Crédito: DFID - Departamento de Gran Bretaña para el Desarrollo Internacional / CC-BY-2.0
Niños sirios junto a su vivienda provisoria en el valle de la Becá, Líbano. Crédito: DFID - Departamento de Gran Bretaña para el Desarrollo Internacional / CC-BY-2.0

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) advirtió que 440.000 refugiados de la guerra civil de Siria podrían pasar hambre, si la organización de ayuda alimentaria de la ONU no recibe fondos adicionales para agosto.

El PMA, la mayor agencia humanitaria dedicada a la lucha contra el hambre, ofrece comida cada mes a seis millones de personas necesitadas en Siria y la región circundante.[pullquote]3[/pullquote]

Aunque el PMA recibió 5.380 millones de dólares en 2014, las emergencias constantes en Siria, Iraq y otros lugares hacen que las necesidades superen con creces a los fondos disponibles.

La agenció ayudó a 2,5 millones de refugiados en 2014, pero la escasez de fondos la obligó a reducir sus operaciones, y actualmente solo 1,6 millones de personas reciben sus raciones.

Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicado en marzo reveló que 3,33 millones de refugiados huyeron de Siria desde 2014, lo cual convierte a los sirios en la segunda población de refugiados del mundo, después de los palestinos.

Los recortes del PMA se producen en el cuarto año en que los refugiados sirios pasan fuera de sus casas, sin poder celebrar el Ramadán, el mes sagrado de los musulmanes.

En el próximo invierno boreal, hasta 1,7 millones de personas podrían quedarse sin combustible, vivienda, aislamiento térmico o mantas.

El PMA se financia en su totalidad con las contribuciones voluntarias de gobiernos, empresas y particulares. La agencia informa que su programa regional en Medio Oriente opera con un déficit de 81 por ciento y necesita 139 millones de dólares para ayudar a los refugiados sirios en Egipto, Iraq, Jordania, Líbano y Turquía hasta septiembre de este año.

«Justo cuando pensábamos que las cosas no podían empeorar, nos vemos obligados una vez más a hacer más recortes», declaró el director regional del PMA para Medio Oriente, Muhannad Hadi, en un comunicado de prensa el miércoles 1.

«Los refugiados ya se esforzaban por manejarse con lo poco que podíamos ofrecerles», añadió.

La escasez de los fondos humanitarios comenzó en 2013, cuando descendió 30 por ciento la cantidad de refugiados sirios que recibían ayuda alimentaria del PMA.

El tamaño de los paquetes de alimentos se redujo en octubre de 2014, tras el anuncio de la agencia de que en diciembre se quedaría sin fondos para sus programas en Siria.

En abril, Ertharin Cousin, directora ejecutiva del PMA, pidió más fondos al Consejo de Seguridad y a los países miembros de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

«Cuando anunciamos las reducciones en Jordania nuestras líneas telefónicas se vieron desbordadas. Todos los días nos llegan miles de pedidos. Llamadas de familias que agotaron sus recursos y se sienten abandonadas… por todos nosotros», destacó.

«Una mujer nos dijo, ‘no puedo quedarme… si no puedo alimentar a mis hijos’”, añadió.

Una campaña recaudó suficientes fondos para que el PMA pudiera continuar con su labor hasta diciembre, pero en enero la agencia redujo de 27 a 19 dólares la suma destinada a las tarjetas electrónicas de alimentos que se otorgan a los refugiados.

A partir de este mes, esa cifra se redujo a apenas 13,5 dólares.

No es la primera vez que el PMA experimenta falta de fondos. En 2009, las operaciones de ayuda en Bangladesh, Guatemala y Kenia tuvieron que reducir el suministro de raciones de alimentos por ese motivo. En 2011 se vivió una situación similar en Zimbabwe.

En estos casos, el PMA suspende programas y solo brinda ayuda a los más vulnerables, como las embarazadas, los niños y los ancianos.

Las gestiones internacionales para aliviar el sufrimiento causado por la crisis siria culminó el 25 de junio con el Plan Regional de Refugiados y Resiliencia, que requiere de 5.500 millones de dólares para cubrir las necesidades de los gobiernos anfitriones, los organismos de la ONU y las operaciones de ayuda de las organizaciones no gubernamentales en la zona.

Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, solo se aportó 25 por ciento de la cifra solicitada.

«Esta crisis enorme requiere mucha más solidaridad y responsabilidad compartida de la comunidad internacional de lo que hemos visto hasta ahora», declaró el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres, en un comunicado de prensa el 25 de junio.[related_articles]

«En cambio, tenemos una escasez tan peligrosa de fondos que corremos el riesgo de no poder cumplir ni siquiera las necesidades más básicas de supervivencia de millones de personas en los próximos seis meses”, advirtió.

Estados Unidos aportó 609 millones de dólares, lo que representa 26,4 por ciento del total prometido. Gran Bretaña le sigue con 344 millones de dólares.

Una entrevista del PMA con refugiados sirios en Líbano capta su desesperación.

«Cada vez que damos un paso adelante, retrocedemos diez pasos más. Ya renuncié a la esperanza de que vayamos a vivir con normalidad alguna vez”, expresó Fatmeh, una refugiada que huyó a Líbano en 2012.

«Sé que el mundo se olvidó de nosotros, somos una carga demasiado pesada. También nos abandonó», manifestó.

La crisis en Siria comenzó en 2011 cuando las fuerzas de seguridad mataron a varios manifestantes por reformas democráticas. Los disturbios se acompañaron de pedidos de renuncia del presidente Basher al Assad, a los que el gobierno respondió con violencia.

La situación se agravó con el surgimiento del extremista grupo armado denominado Estado Islámico (EI), en el norte y el este de Siria. El país se convirtió en un campo de batalla entre las fuerzas progubernamentales, los combatientes kurdos, el EI y los insurgentes que pretenden derrocar a Assad.

En el contexto de la violencia, la economía siria está en ruinas. El informe del PNUD reveló que 80 por ciento de la población vivía en la pobreza en 2014, y que casi dos tercios no tenían los alimentos ni los artículos no alimentarios necesarios para la supervivencia.

Hasta fines de 2014, la guerra civil había causado la muerte a 210.000 personas, mientras que más de 840.000 resultaron heridas.

Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Álvaro Queiruga

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