Queda mucho por hacer tras negociaciones climáticas de Bonn

En las pantallas del plenario de la sesión de negociaciones climáticas de Bonn, la imagen del copresidente del ADP, el argelino Ahmed Djoghlaf, durante la clausura. Crédito: Cortesía de IISD
En las pantallas del plenario de la sesión de negociaciones climáticas de Bonn, la imagen del copresidente del ADP, el argelino Ahmed Djoghlaf, durante la clausura. Crédito: Cortesía de IISD

Queda mucho trabajo por hacer tras el muy lento avance que se produjo en la última semana de negociaciones celebradas en Bonn, con el fin de convenir el texto del nuevo tratado universal para reducir el calentamiento global, que debe ser aprobado en diciembre en la cumbre climática de París.

Los negociadores de las 195 países de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) acordaron dar un nuevo mandato a los copresidentes,  a fin de que presenten un borrador del texto definitivo para la próxima sesión negociadora, que volverá a acoger esta ciudad alemana entre el 19 y el 23 de  octubre.

«Espero que seremos capaces de hacer esto la próxima vez, es algo que va a representar realmente una mejor base para que las partes avancen, ver los problemas y negociar sobre la sustancia en detalle y con opciones», dijo el argelino Ahmed Djoghlaf, uno de los dos copresidentes, al reconocer la lentitud de las negociaciones.[pullquote]3[/pullquote]

Tras la reunión del Grupo de Trabajo Especial sobre la Plataforma de Durban para una Acción Reforzada (ADP, en inglés), desarrollada entre el 31 de agosto y el viernes 4 en Bonn, solo quedan otros cinco días de negociación en octubre antes de la crucial 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la CMNUCC.

El ADP, el órgano de negociación encargado de preparar el acuerdo, deberá alistar en su próxima sesión el texto que debatirá la COP21 en París desde el 30 de noviembre, para que en su clausura el 11 de diciembre quede aprobado un nuevo tratado universal obligatorio sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Pero las negociaciones todavía avanzan muy lentamente.

El miércoles 2, los países pidieron una reunión de evaluación a la presidencia de la CMNUCC, expresando su preocupación por el lento avance del proceso.

Los facilitadores de las negociaciones han mantenido una atmosfera propositiva, pero que no ha modificado significativamente el texto, simplemente han recogido las ideas y sensaciones alrededor de los diferentes temas tratados en el futuro tratado, que entrará en vigor en 2020 y sustituirá al ya vencido Protocolo de Kyoto.

Es por esto que los países han pedido a la presidencia del ADP trabajar desde ahora sobre algo más preciso, empezar a componer el borrador de un texto final de negociación.

El texto usado hasta la sesión de negociaciones cerrada el viernes 4 no tenía ninguna validez legal, era solo considerado una ‘herramienta’ de trabajo.

Ahora será sustituido  por un “non-paper”, la fórmula usada en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para preparar un borrador de acuerdo. Este nuevo documento será presentado el 1 de octubre, y será discutido en la próxima sesión del ADP.

Según la secretaria ejecutiva de la CMNUCC, la costarricense Christiana Figueres, el nuevo texto representará “un cambio de ritmo” en las negociaciones, acelerando el proceso.

Sin embargo, esta propuesta de generar un nuevo texto preocupa a la sociedad civil presente en las negociaciones.

«El reloj no se detiene, los negociadores no puede simplemente sentarse y esperar hasta octubre. Tienen que encontrar compromisos sobre las cuestiones pendientes entre ahora y el comienzo de la próxima sesión”, argumentó Jasper Inventor, de Greenpeace.

“Necesitamos un mejor entendimiento mutuo de lo que actualmente tenemos, para estar listos para construir un acuerdo conjunto en París que ofrezca las medidas necesarias para un futuro climático seguro», añadió a IPS.

El avance tan lento de las negociaciones deja los asuntos más importantes para el final, como la financiación o los mecanismos para incrementar la ambición climática.

Esto puede hacer que el acuerdo de París solo incluya “el denominador mínimo común”, cerrando un tratado que no vaya más allá de lograr que la temperatura del planeta no aumente por encima de los dos grados centígrados considerados seguros.

«Empieza a quedar muy claro que vamos a llegar a un acuerdo en París. La pregunta ahora es qué tipo de acuerdo que vamos a conseguir,  si será o no un buen acuerdo”, apuntó Mohamed Adow, de Christian Aid.

En este momento, dijo, “los compromisos de los países no van a mantenernos bajo los dos grados centígrados, y mucho menos bajo 1,5  grados”. [related_articles]

“Un buen acuerdo debería crear un marco para que los países aumenten continuamente su ambición, proteger a los más vulnerables, y evitar un cambio climático catastrófico”, subrayó Adow.

“Esto significa que el acuerdo tiene que proporcionar apoyo a los países pobres para adaptarse y desarrollar una tendencia de reducción de emisiones», afirmó.

Precisamente para crear sinergias y trabajar hacia un nuevo texto, los delegados de los países tienen una cadena de reuniones y encuentros antes de la COP en París.

Este domingo 6 y el lunes 7 de este mes, la presidencia francesa de la COP21 reúne en una sesión cerrada a  ministros de distintos países para tratar algunos de los temas más complejos de las negociaciones, con la idea de forjar nuevos compromisos.

El cambio climático también será central en la Asamblea General de la ONU, que se celebrará del 12 al 27 de este mes en Nueva York.

Editado por Estrella Gutiérrez

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