Un largo camino hacia la eliminación de la pobreza en Zimbabwe

A pesar de que los supermercados de Bulawayo, en Zimbabwe, estén llenos, son muy pocas las personas que pueden hacer frente al elevado costo de los productos básicos. Este país tiene por delante el gran desafío de reducir el hambre y la pobreza. Crédito: Ignatius Banda/IPS
A pesar de que los supermercados de Bulawayo, en Zimbabwe, estén llenos, son muy pocas las personas que pueden hacer frente al elevado costo de los productos básicos. Este país tiene por delante el gran desafío de reducir el hambre y la pobreza. Crédito: Ignatius Banda/IPS

Noel Bhizori tiene un puesto permanente en una ajetreada intersección de esta ciudad del suroeste de Zimbabwe, donde vende tarjetas para recargar teléfonos celulares. El joven encarna la cruda realidad de un país rico en recursos naturales, pero incapaz de poner fin al hambre y a la pobreza generalizadas.

“Gano poco, pero es la única forma que conozco de ganarme la vida”, contó a IPS. “Como una vez al día un plato de isitshwala (gacha a base de maíz) que cuesta un dólar. Es lo que puedo pagar con mis ingresos”, acotó.

Con 29 años y estudios de educación superior, Bhizori dijo que hace tiempo que dejó de buscar otro tipo de empleo en este país, donde según los sindicatos 90 por ciento de la población económicamente activa no tiene trabajo.

Por su parte, la Confederación de Industrias de Zimbabwe reconoce que solo 15 por ciento de los trabajadores y trabajadoras tienen un empleo formal.

Bhizori contó que gana menos de 200 dólares al mes, pero debe restar los 70 dólares del alquiler de una habitación en un precario barrio obrero en expansión.

Además, debe pagar entre 15 y 25 dólares por la electricidad y el agua, acotó. “La pobreza es real, amigo”, subrayó.

Su precaria situación refleja la realidad de millones de personas en las ciudades de este país, que solía creerse que ofrecían mejores oportunidades que las áreas rurales, consideradas como más pobres.

Los datos de octubre de la Agencia de Estadísticas de Zimbabwe (ZimStat, en inglés) muestran que en promedio los zimbabuenses viven con 3,24 dólares al día, por encima de los 1,90 dólares que usa el Banco Mundial como límite de la extrema pobreza.

El continuo aumento de los precios de los productos básicos, explicó Bhizori, empujó a vendedores como él a la extrema pobreza. “Solo nos alegramos cuando hay rebajas especiales en los supermercados, pero igual es dinero que no tenemos”, precisó.

El índice de precios al consumidor de octubre, del Consejo de Consumidores de Zimbabwe (CCZ), señaló que una familia de seis integrantes necesita 561 dólares al mes para vivir o 93,3 dólares por personas, unos 3,1 dólares por día.

Según datos oficiales, los funcionarios públicos que ganan menos tienen un salario de 296 dólares al mes, mientras montones de empresas, que se tambalean en un contexto difícil, siguen echando a miles de trabajadores.

Según ZimStat, por lo menos 72 por ciento de la población es pobre, lo que significa un enorme desafío para lograr el segundo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de reducir la pobreza y erradicar el hambre para 2030.

Y con el continuo aumento de los precios de los productos básicos, la proporción de personas que necesitarán asistencia seguirá la misma tendencia al alza. El Índice de Desarrollo Humano, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), coloca a Zimbabwe en el lugar 156 entre 187.

En septiembre, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), informó que 2,2 millones de personas necesitarán ayuda alimentaria este año.

Las agencias humanitarias aumentan su presencia en las zonas rurales de este país para combatir el hambre y la pobreza, en una clara señal de que el gobierno necesitará socios para alcanzar los ODS a pesar de las acusaciones de que el trabajo de las organizaciones no gubernamentales socavaba la labor estatal.

Zimbabwe necesitará ayuda de las agencias de desarrollo internacional para alcanzar los ODS, observó en septiembre el representante residente de las Naciones Unidas en este país, Bishow Parajuli. “El motor del éxito serán el gobierno y el pueblo”, añadió.

El PMA informó en agosto que solo 11 por ciento de niños y niñas de entre seis y 11 meses recibían una dieta nutritiva mínima.

La organización World Visión International, junto con el Departamento de Desarrollo Internacional de Gran Bretaña, lanzó en agosto el programa “Respondiendo a la sequía y Protegiendo los Medios de Subsistencia en Zimbabwe”.

“Asistimos con cupones en efectivo en las provincias de Matebeleland Norte y Matebeleland Sur”, precisó Khumbulani Ndlovu, director de World Vision International.

“Los vales se canjean por alimentos en comercios identificados”, acotó Ndlovu en diálogo con IPS.

El departamento británico aporta 15 millones de libras (alrededor de 22,5 dólares) al programa.

Son las mismas poblaciones rurales que ahora necesitan asistencia alimentaria las que suministraron granos a las reservas nacionales, pero sufren la caída de la producción del maíz por las dificultades varias como la variabilidad climática y la falta de insumos agrícolas.[related_articles]

Funcionarios que trabajan en el área de educación informaron que miles de escolares en las provincias de Matebeleland Norte y Sur, quienes dependían de las reservas almacenadas, abandonaron la escuela este año lectivo a causa del hambre.

La agricultura comercial, considerada por mucho tiempo como la esperanza para el crecimiento económico, tiene por delante desafíos económicos, con los bancos que imponen condiciones estrictas para que los agricultores accedan a líneas de crédito.

Según el PMA, la temporada 2014-2015 registró una disminución de 51 por ciento en la producción de maíz respecto del período anterior, lo que exacerbó la pobreza y el hambre en este país.

Un nuevo informe del Banco Mundial emitió este mes una seria alerta sobre que el cambio climático podría dejar en la pobreza a 100 millones de personas más para 2030, cuando vence el plazo para cumplir los ODS; malas noticias para Zimbabwe que es uno de los muchos países africanos que sufren la drástica variación climática.

Entre los desafíos que tendrá que afrontar Zimbabwe, como los otros países, está el del compromiso político para luchar contra el hambre y la pobreza si quiere cumplir las metas de los 17 ODS, observó Tapiwa Gomo, investigador de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.

“Al desarrollo generalmente le asustan las malas políticas”, dijo Gomo a IPS.

“Zimbabwe tiene la bendición de tener vastos recursos naturales para salir de la pobreza y cumplir con el ODS de reducir la pobreza, pero no hay política que pueda hacer florecer el desarrollo en un contexto dominado por la política”, abundó.

Mientras, Bhizori y miles de vendedores más en Bulawayo, la segunda más grande del país, conviven a diario con el hambre y la pobreza y dependen de la capacidad del país para afrontar los desafíos que suponen los ODS.

Traducido por Verónica Firme

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe