Carretera brasileña vuelve a la vida por impulso agroexportador

Carretera brasileña vuelve a la vida por impulso agroexportador
Carretera brasileña vuelve a la vida por impulso agroexportador

La fantasía que se tiene sobre la selva tropical húmeda de la Amazonia poco tiene que ver con la carretera brasileña BR-163. Desde ella, de su exuberante flora solo se atisban algunos manchones de árboles y campos áridos, mientras cientos de camiones la transitan y convierten algunos tramos en una continua polvareda, según comprobó IPS en este video reportaje.

Sus 1.400 kilómetros unen Cuiabá, la capital del estado de Mato Grosso, con Santarém, una ciudad al oeste del estado de Pará, en el norte del país, en la confluencia de los ríos Tapajós y Amazonas.

Construida en los años 70 y con poca actividad, quedó casi intransitable hasta que se convirtió en la ruta para transportar la soja desde Mato Grosso, su mayor productor local, hasta el nuevo puerto fluvial de Santarém, por el que esa oleaginosa y el maíz salen por la cuenca amazónica rumbo al Atlántico y de ahí a sus mercados externos.

La carretera, ahora en reconstrucción, tiene aún 200 kilómetros sin asfaltar y otros tantos que cuando llueven se empozan, pero comparada con el pasado es un paraíso, asegura Mario Gomes, un camionero de Mato Grosso.

“Cuando comenzó a venir la soja para acá, tres años atrás, para Santarém a veces yo demoraba 10, hasta 15 días. Hoy uno lo hace en tres días. A velocidad normal, respetando el horario de 6:00 a 6:00, se hace en tres días si no llueve”, contó a IPS.

Otros muchos pobladores, activistas y autoridades cuentan a IPS los cambios que se han producido para la región con la instalación, en una zona antes muy preservada de la Amazonia de este centro portuario y logístico para los granos brasileños.

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