La solapada crisis de niñas y niños hijos del alcohol

Un hombre sentado en su cocina improvisada en la aldea de Dharmapuram en Sri Lanka, tras regresar a su casa alcoholizado. Crédito: Amantha Perera/IPS

Las niñas y los niños hijos del alcohol son las víctimas olvidadas de padres con problemas de adicción. La mayoría de las veces permanecen invisibles y solos, descuidados por sus mayores, desatendidos por sus maestros y desvalorizados e ignorados por gobiernos y autoridades.

Sin embargo, los hijos de alcohólicos constituyen un grupo numéricamente significativo, según los últimos datos disponibles.

* En Australia, un millón de menores de edad viven en hogares con por lo menos un adulto alcohólico.

* En Estados Unidos, las madres condenadas por abuso infantil tienen tres veces más probabilidades de tener adicción al alcohol, y los padres 10 veces más. Más de la mitad de todas las denuncias de abuso confirmadas y 75 por ciento de las muertes de niñas y niños están relacionadas con el alcoholismo o el abuso de otras drogas por parte de sus padres.

* En la Unión Europea, hay por lo menos nueve millones de niños y jóvenes que se crían con padres alcohólicos.

* La investigación de Nacoa Gran Bretaña estima que solo en ese país hay 2,6 millones de escolares viviendo en hogares cuyos padres tienen problemas con el alcohol.

* El número de niños y niñas que viven en hogares devastados por el alcoholismo se dispara considerando que hay países que ni siquiera estudian este asunto.

Los niños que se crían con padres que tienen que lidiar con problemas de abuso constituyen una crisis de derechos humanos de enormes proporciones.

Los hijos del alcohol quedan expuestos a los siguientes riesgos:

* Tienen cinco veces más probabilidades de desarrollar desórdenes alimenticios;

* tres veces más probabilidades de suicidarse;

* casi cuatro veces más probabilidades de padecer algún tipo de abuso de alcohol en su vida.

Cuando nos referimos a los hijos del alcohol observamos siete aspectos que representan el grado de severidad de la crisis de derechos humanos:

1. El estigma social, los estereotipos y el tabú asociado a estar vinculado al alcoholismo y a vivir con padres con problemas de abuso;

2. La incapacidad de las autoridades de identificar a los hijos de alcohólicos, por ejemplo en las escuelas;

3. Los gobiernos locales y nacionales fallan a la hora de implementar servicios efectivos y suficientes para estos menores vulnerables y marginados.

4. Los gobiernos locales y nacionales fallan a la hora de poner a disposición de los padres con problemas de alcohol algún tratamiento, como programas de ayuda familiar.

5. La incapacidad de la sociedad de prevenir y de reducir el daño del alcohol en general.

6. La falta de un ambiente habilitante y seguro para que crezcan los niños.

7. Los problemas de los gobiernos para implementar el principio del “interés superior del niño”, consagrado en el artículo 3 de la Convención de los Derechos del Niño.[related_articles]

Todos esos elementos son interdependientes. Su ausencia del debate y de los procesos de elaboración de políticas perjudica a las hijas y a los hijos de alcohólicos. De hecho, agravan la crisis e impiden a los menores gozar de sus derechos previstos en la convención como, por ejemplo:

– derecho a la protección de la familia

– a la seguridad social y a la realización de sus derechos económicos, sociales y culturales;

– a un estándar de vida conducente a la salud y el bienestar;

– a recibir asistencia y cuidado especial para la maternidad y la infancia.

Teniendo en mente la amplitud del problema, la gravedad y el impacto que tiene no solo en el presente, sino también en el futuro, creemos que es importante comprender que el desarrollo sostenible y la Agenda hacia 2030 no se alcanzarán sin esfuerzos generales para ayudar y apoyar a los hijos de alcohólicos y sin que nos aseguremos de que haya menos menores en esa situación cada año.

El hecho de que cientos de millones de niñas y niños crezcan expuestos a la negligencia y al abuso por problemas de alcoholismo de sus padres es una cuestión de derechos de la infancia, de salud pública, de desarrollo social, de erradicación de la pobreza y de desarrollo sostenible.

Este es un asunto complejo que requiere atención urgente. A veces, en especial en países de bajos y medianos ingresos, es una cuestión de vida o muerte.

Con ese espíritu pedimos al Consejo Económico y Social, a la Organización Mundial de la Salud, al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, al Departamento de Asuntos Económicos y Sociales y al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia que coloquen a los hijos de alcohólicos en su agenda.

Mediante las sinergias de colaboración que habilitaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030, urgimos al sistema de las Naciones Unidas a que ejerza su liderazgo y analice estrategias para atender y mejorar la situación de millones de niñas y niños en todo el mundo.

Traducido por Verónica Firme

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