Kenia protege recursos fitogenéticos contra el cambio climático

Centro de Recursos Genéticos Animales, con sede en Nairobi. Crédito: Justus Wanjala/IPS.
Centro de Recursos Genéticos Animales, con sede en Nairobi. Crédito: Justus Wanjala/IPS.

Los datos meteorológicos de los últimos 50 años de Kenia confirman la creciente irregularidad de las precipitaciones. Las consecuencias de esta variabilidad climática tienen un fuerte impacto en este país africano, donde se han vuelto comunes las sequías y las inundaciones.

En ese contexto, Kenia lanzó la primera estrategia nacional de recursos genéticos para el período de 2016 a 2020. La iniciativa incluye restricciones y oportunidades y ofrece medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.

En la presentación oficial de la estrategia, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Willy Bett, dijo que Kenia tenía una rica diversidad de recursos genéticos que podían aprovecharse para combatir los efectos del recalentamiento planetario.

Bett mencionó a las plantas, insectos, organismos acuáticos y microbianos que se encuentran en entornos terrestres, acuáticos y bajo tierra, como algunos de los recursos genéticos con los que cuenta Kenia.

“Son un rico patrimonio nacional que debe conservarse y protegerse para sostener a los humanos en términos de alimentación, refugio y medicamentos”, subrayó.

De hecho, la biodiversidad es un bien valioso que, bien aprovechada, puede ofrecer la mayoría de las soluciones al cambio climático, así como a otros problemas sociales. El potencial de los recursos genéticos para la adaptación y la mitigación no se le escapó a los especialistas.

Estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en representación de la Comisión de las Naciones Unidas de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura, han demostrado que la genética es clave para hacer frente al cambio climático.

Los estudios, publicados en 2011 en el documento “Haciendo frente al cambio climático: la importancia de los recursos genéticos para la seguridad alimentaria”, también concluyen que estos serán una póliza de seguro fundamental por las respuestas que ofrecen para los futuros cambios en las condiciones de producción.

La FAO es un actor clave en la búsqueda de soluciones para los desafíos que plantea el cambio climático gracias a sus investigaciones genéticas. En este país, la organización apoya iniciativas de conservación y de uso de recursos fitogenéticos a través de su caracterización y regeneración o multiplicación.

Desterio Ondieki Nyamongo, director del Instituto de Investigaciones de Recursos Genéticos (GeRRI), dependiente de la Organización de Investigación en Agricultura y Ganadería de Kenia (Kalro), dijo que con la colaboración de la FAO desarrollaron un plan de acción y una estrategia nacional relacionada con los recursos fitogenéticos.

“El documento, presentado por el ministro de agricultura en enero, fue uno de los resultados del fondo de distribución de beneficios del Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura. El proyecto también contó con la participación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Kenia”, explicó.

La estrategia nacional también permitió elaborar documentos normativos y varios materiales de extensión destinados al público general y a las autoridades, apuntó Nyamongo,

Por su parte, Sara Quinn, especialista en comunicaciones del Centro Internacional de la Papa, ubicado en el Centro Internacional de Investigaciones sobre Ganadería, en Nairobi, recordó que el cambio climático exacerbará las sequías y las altas temperaturas que perjudicarán a la agricultura, lo que elevará la presión que ejercen las pestes y las enfermedades.

Entre los problemas que perjudican a la conservación, a la utilización y al intercambio de beneficios fitogenéticos, Bett destacó primero, la excesiva degradación de la biodiversidad y la sobreexplotación, que llevaron al agotamiento de algunas especies y redujeron la base genética, agravado por el cambio climático.

En segundo lugar, mencionó la creciente sobreexplotación, la biopiratería y la destrucción de ecosistemas, así como la pérdida de los conocimientos indígenas.

Otro problema es la multiplicidad de instituciones con mandatos legales que regulan diversos aspectos de la fitogenética, lo que perjudica la coordinación y genera conflictos en la gestión de los recursos.

Por último, la falta de instalaciones para la conservación de la biodiversidad de recursos animales, microbianos y acuáticos, lo que ponen en riesgo la seguridad del plasma germinal, plantean otro gran desafío destacado por el ministro Bett.

La FAO reconoció las dificultades en la gestión de los recursos genéticos y llamó a encontrar soluciones coordinadas a escala internacional. Eso incluye la dependencia en la diversidad, ya sea de especies actualmente en producción o de nuevas procedentes de otros países.

“La necesidad de mantener la diversidad genética no hará más que aumentar con los profundos y rápidos cambios anticipados debido al cambio climático”, destaca el informe.

Las investigaciones de la FAO recomendaron a la autoridades tomar consciencia de que el cambio climático aumentará la interdependencia de los países en lo que respecta al uso de recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura.

Bett señaló que su ministerio fortalece esa área con medidas como la creación de una política nacional de semillas en 2010, que define la dirección y las intervenciones específicas para lograr un desarrollo sostenible de la industria de semillas.

Otra medida fue la revisión de la ley sobre variedades de plantas y semillas para permitir la aplicación de mejores prácticas en los procedimientos de certificación de semillas, protocolos para emitir variedades de plantas, derechos de los cultivadores y asentamiento de las regulaciones en materia de gestión de recursos fitogenéticos para alimentación y agricultura.[related_articles]

Además, el ministerio se propone fortalecer la capacidad institucional del Servicio de Inspectores de Sanidad Vegetal de Kenia y ofrecer a los actores corporativos un entorno de participación estructurada.

Bett puntualizó que el GeRRI, vinculado al Kalro, acelerará la coordinación, la aplicación legal y el ajuste de la gestión de los recursos genéticos a las mejores prácticas internacionales.

Eso facilitará la conservación, el acceso y el intercambio de beneficios derivados del uso de recursos fitogenéticos.

La estrategia lanzada por el gobierno y el plan de acción apuntan a ciertos objetivos estratégicos; promover la conservación de recursos vegetales, animales, acuáticos y microbianos; fortalecer la capacidad institucional para implementar la normativa; mejorar el acceso y el uso sostenible de la rica diversidad genética, mejorar la gestión del conocimiento y la divulgación de información.

El director general de Kalro, Eliud Kiplimo Kireger, dijo que la fuerte dependencia de la economía de Kenia en los recursos naturales la dejaba vulnerable al cambio climático, que ya afecta la producción y dificulta el acceso de diferentes sectores sociales a los alimentos.

Con el fin de movilizar apoyo y recursos para contrarrestar los efectos del recalentamiento global, Kireger dijo que Kalro dirige sus esfuerzos a través de GeRRI, que tiene el único centro de conservación a largo plazo del país.

El banco genético cuenta con un repositorio de 50.000 adquisiciones, que representan 165 familias, 893 géneros y cerca de 2.000 especies, detalló.

Por último, dijo que la estrategia nacional del GeRRI en lo que respecta a los recursos genéticos en el marco del cambio climático permitirá movilizar apoyo para la conservación y utilización de los mismos.

Traducido por Verónica Firme

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