Langostas del desierto invaden Yemen y otros países

Langostas del desierto jóvenes, sin alas. Foto: FAO / G.Tortoli
Langostas del desierto jóvenes, sin alas. Foto: FAO / G.Tortoli

La invasión de la temida langosta del desierto se convirtió en la nueva amenaza que se yergue sobre Yemen, donde hace un año se desencadenó un conflicto civil que provocó un desastre humanitario en el país de la península arábiga.

«La presencia de infestaciones de langostas del desierto descubiertas recientemente en Yemen, donde el conflicto armado obstaculiza gravemente las operaciones de control, representa una amenaza potencial para los cultivos en la región», advirtió la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).[pullquote]3[/pullquote]

El día 12, la FAO también instó a países vecinos, como Arabia Saudita, Irán y Omán, que tomen todas las medidas necesarias para evitar que los insectos destructores lleguen a las zonas de reproducción situadas en sus respectivos territorios.

La langosta del desierto es una seria amenaza no solo para la región austral del Golfo, sino también para el norte de África, según la FAO. La organización advirtió que también Argelia y Marruecos podrían convertirse en posibles criaderos de langosta procedentes de Sahara occidental y Mauritania.

El cambio climático es una de las principales causas de la plaga destructiva, ya que al menos un enjambre se formó en la costa austral de Yemen, donde se produjeron fuertes lluvias asociadas con los ciclones tropicales Chapala y Megh en noviembre de 2015.

«La magnitud de la actual reproducción de langostas del desierto en Yemen no se conoce completamente, ya que los equipos de estudio no pueden acceder a la mayoría de las áreas. Sin embargo, a medida que la vegetación se seca a lo largo de la costa, es probable que se formen más grupos, bandas y enjambres pequeños», aseguró Keith Cressman, funcionario de la FAO.

Cressman señaló que existe un riesgo moderado de que la langosta se desplace al interior del sur de Yemen y que tal vez alcance zonas de reproducción en primavera en el interior del centro de Arabia Saudita y el norte de Omán.

El desplazamiento podría extenderse a Emiratos Árabes Unidos, donde pequeños enjambres podrían aparecer y atravesar el país antes de llegar a zonas con recientes precipitaciones en el sureste de Irán.

La oficina regional de la FAO para Medio Oriente y el norte de África, con sede en El Cairo, informó que la organización asiste a los equipos técnicos del Ministerio de Agricultura e Irrigación de Yemen en la realización de operaciones de control en las zonas costeras infestadas.

La FAO también advirtió que en la región noroccidental del norte de África es posible que pequeños grupos y quizás algunos enjambres hayan encontrado áreas de reproducción en Argelia, Marruecos y Mauritania, así como en menor escala en el suroeste de Libia.

En el norte de Malí y Níger, el suroeste de Libia, el sudeste de Egipto y el nordeste de Omán solo hay una presencia baja de langostas adultas.

¿Una fuerza de la naturaleza?

Aun sin alas las jóvenes langostas del desierto pueden formar grandes bandas ​​en tierra que, con el tiempo, se transforman en enjambres de animales adultos que, reunidos en decenas de millones, pueden volar hasta 150 kilómetros diarios con el viento.

Las langostas pueden devastar los cultivos y pastos. Foto: FAO / Giampiero Diana
Las langostas pueden devastar los cultivos y pastos. Foto: FAO / Giampiero Diana

Las hembras pueden poner hasta 300 huevos durante su vida, mientras que un insecto adulto puede consumir el equivalente a su propio peso en alimentos frescos por día, o aproximadamente dos gramos.

Un pequeño enjambre come en un día la misma cantidad de alimentos que 35.000 personas. El impacto devastador que las langostas tienen sobre los cultivos es una gran amenaza para la seguridad alimentaria, especialmente en zonas que ya son vulnerables.

Se cree que las medidas de control, de alerta temprana y prevención de la langosta fueron importantes en la disminución de la frecuencia y duración de las plagas desde 1960. Sin embargo, en la actualidad el cambio climático genera fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes e imprevisibles, lo cual plantea nuevas interrogantes sobre la forma de  abordar la actividad de las langostas.

La FAO opera un Servicio de Información sobre la Langosta del Desierto que recibe datos de los países afectados. Estos son analizados periódicamente junto con información e imágenes satelitales sobre el clima y el hábitat con el fin de evaluar la situación, brindar pronósticos hasta seis semanas por adelantado y emitir alertas.

El servicio también lleva a cabo misiones de evaluación de campo y coordina operaciones de análisis y control, así como la asistencia en situaciones de emergencia. Sus tres comisiones regionales proporcionan capacitación periódica y fortalecen las capacidades nacionales en este sentido.

Un año desastroso

2015 fue un año desastroso para Yemen, donde viven 27 millones de personas en una superficie aproximada de 528.000 kilómetros cuadrados. El recrudecimiento de la insurgencia hutí y los bombardeos de las fuerzas lideradas por Arabia Saudita destinados a erradicarla provocaron un desastre humanitario en el país más pobre de la península arábiga.

Después, en noviembre, la peor tormenta en décadas afectó las regiones costeras, lo que provocó inundaciones y el desplazamiento de miles de habitantes.

La agricultura equivale a 7,7 por ciento del producto interno bruto del país, aunque en el pasado llegó a generar entre 18 y 27 por ciento del total. Ese porcentaje se redujo debido a la emigración de la mano de obra rural, entre otras causas.

Sin embargo, la mayoría de los yemeníes trabajan en la agricultura. El sorgo es el cultivo más común, junto con el algodón y árboles frutales, de los cuales el mango es el más valioso.

Un año después de que se desatara el conflicto armado en Yemen, decenas de miles de habitantes murieron o fueron heridos, 10 por ciento quedaron desplazados y casi toda la población tiene urgente necesidad de ayuda, declaró  Jamie McGoldrick, el coordinador humanitario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)  en el país, el 22 de marzo.[related_articles]

«Ha sido un año terrible para Yemen, durante el cual una guerra salpicada de ataques aéreos, bombardeos y violencia causó estragos en el país de por sí empobrecido”, añadió.

Los bombardeos de puertos y aeropuertos, que provocan bloqueos y congestión, están entre las causas de la crisis humanitaria, declaró McGoldrick.  Los trabajadores de la salud no pueden llegar a los pacientes y un 90 por ciento de la comida debe importarse, sostuvo.

«El país tenía niveles sumamente altos de pobreza antes de la guerra, y en la actualidad, la guerra se intensificó, en un entorno de por sí frágil», destacó el funcionario.

La guerra mató a unas 6.400 personas en el último año, la mitad de ellas civiles, más de 30.000 están heridas y 2,5 millones desplazadas, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.

Y más de 20 millones de personas, u 80 por ciento de la población, requieren de algún tipo de ayuda. Cerca de 14 millones de habitantes necesitan alimentos, y aún padecen escasez de agua o saneamiento.

La ONU pidió 1.800 millones de dólares para cubrir las necesidades de alimentos, agua, servicios sanitarios, vivienda y protección, pero solo 12 por ciento fue financiado hasta el momento.

Bettina Lüscher, funcionaria de comunicaciones del Programa Mundial de Alimentos, dijo recientemente en Ginebra que la escasez obligó a la agencia a reducir el contenido de sus raciones a 75 por ciento del habitual para que suficientes personas pudieran comer.

«Yemen no debe ser olvidada, ahora que toda la atención se centró en la crisis de Siria», exhortó.

Traducido por Álvaro Queiruga

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