Los recursos naturales son la clave del desarrollo africano

Recursos naturales africanos y el Acuerdo de París se tratarán en la segunda Asamblea de la ONU sobre Medio Ambiente.
Los recursos minerales de África, utilizados con inteligencia, pueden impulsar su desarrollo sostenible. Crédito: Busani Bafana/IPS.

Terminar con la falta de fondos de África para acelerar su desarrollo económico y social requiere de un nuevo enfoque para el uso de su capital natural, coincidieron expertos esta semana en la capital de Kenia, donde se realiza la segunda Asamblea de la ONU sobre Medio Ambiente (UNEA 2).
Es hora de que este continente invierta miles de millones de dólares, parte de los 50.000 millones de dólares perdidos por el flujo ilegal de fondos, en agregar valor a sus recursos naturales y minerales.

“El capital natural de África puede significar un aporte ambiental, social y económico al desarrollo sostenible y alcanzar los ODS si se lo aprovecha de forma sostenible”, opinó Richard Munang, experto en cambio climático y políticas de desarrollo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

Munang se refería a los ambiciosos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados el año pasado en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de Nueva York.

Aprovechar el capital natural de África de forma sostenible implica, entre otras acciones clave, una sólida gestión ambiental de los recursos, reducir las pérdidas de alimentos, terminar con la fuga financiera ilegal y frenar los delitos contra la vida silvestre, explicó Munang a IPS antes de la UNEA 2, el ámbito de decisión de mayor peso en materia ambiental.

Realizada cada dos años, la UNEA reúne desde el lunes 23 hasta este viernes 27 a unos 1.700 participantes de 155 países en la sede del PNUMA en Nairobi, con el fin de adoptar medidas concretas a escala internacional para hacer frente a los principales desafíos ambientales.

En esta reunión también se discuten áreas clave para la implementación del Acuerdo de París sobre cambio climático y para la gestión del capital natural que, según Munang, será un foro de política global para África mediante el cual movilizar apoyo y fijar una agenda que le ayude a concretar sus prioridades.

La declaración de la Conferencia Ministerial de África sobre Medio Ambiente respecto del capital natural de este continente llama a crear asociaciones y a tomar medidas a escala nacional, regional y global para revertir la actual pérdida de recursos naturales.

Los datos revelan que la degradación de los ecosistemas le cuestan a África unos 68.000 millones de dólares al año y que la pérdida de alimentos cosechados le saca 4.000 millones de dólares anuales al sector agrícola.

La mayor pérdida económica fue en Flujos Financieros Ilícitos (FFI), que representa una pérdida anual de 50.000 millones de dólares. A África le cuesta unos 20.000 millones de dólares al año combatir los delitos contra la vida silvestre, la explotación maderera, la pesca y la minería.

“Redirigir los fondos recuperados a la economía significará inyectarle hasta 150.000 millones de dólares al año para reinvertir en áreas de elevado costo inicial, cruciales para el desarrollo sostenible, como la salud y la educación, que necesitan de una inversión de 32.000 millones y 26.000 millones de dólares al año para concretar los ODS 3 y 4, o como la infraestructura, donde se necesitan 93.000 millones de dólares al año para alcanzar el ODS 9”, detalló Munang.

El presidente del Grupo de Países Menos Adelantados, Tosi Mpanu-Mpanu, pronostica dos escenarios de desarrollo posibles en África: uno “verde” y otros “gris.” Crédito: Busani Bafana/IPS.
El presidente del Grupo de Países Menos Adelantados, Tosi Mpanu-Mpanu, pronostica dos escenarios de desarrollo posibles en África: uno “verde” y otros “gris.” Crédito: Busani Bafana/IPS.

Los jefes de Estado y de gobierno africanos adoptaron en mayo de 2012, junto a socios del sector público y privado, la Declaración de Gaborone para la Sostenibilidad en África, en la que se comprometen a promover el desarrollo sostenible.

La declaración, avalada por Amcen como vehículo para un desarrollo verde, se debatirá en esta asamblea de Nairobi.

Antes de esta UNEA, el ministro de Ambiente, Vida Silvestre y Turismo de Botswana, Tshekedi Khama, declaró que las vastas reservas naturales de África podían impulsar la transformación social y económica de este continente.

“Pero la sola extracción de los recursos no bastará para generar un cambio duradero”, puntualizó.

“Con las tendencias actuales de consumo y de crecimiento poblacional, la humanidad necesitará dos planetas Tierra para abastecerse en 2030”, acotó Khama, cuyo gobierno, junto con el de Zimbabwe y el de República Democrática del Congo, presentará esta semana una resolución para que la comunidad internacional elabore un plan claro sobre la mejor forma de gestionar el capital natural de forma de impulsar el desarrollo sostenible y erradicar la pobreza.

“Es crucial que el mundo se una para aprobar la resolución a fin de expandir y diversificar nuestras economías, crear empleo, lograr la seguridad alimentaria, mejorar la productividad de nuestros ecosistemas y crear una sociedad más inclusiva”, remarcó Khama.

Los incentivos económicos para que África gestione mejor sus recursos naturales son convicentes; solo este continente podría ahorrar hasta 103.000 millones de dólares al año, con los cuales podría financiar programas de desarrollo, añadió.

Munang indicó que una exitosa asociación entre los actores del desarrollo articulados en la plataforma Adaptación basada en el ecosistema para la Asamblea de la Seguridad Alimentaria, creada por la Comisión de la Unión Africana, ayudará a este continente a superar la falta de tecnología, fondos, capacidades y políticas óptimas, que son barreras para movilizar la inversión en el desarrollo sostenible.

África tiene que lidiar con la seguridad alimentaria y nutricional, además de la pobreza energética, todo lo que se puede resolver mediante una inversión adecuada y sostenida, que pueden destrabar los ingresos derivados del capital natural.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) mencionó a la energía renovable como una de las claves para hacer frente al cambio climático.

África tiene una gran oportunidad de impulsar un cambio limpio progresivo de los combustibles fósiles a las energías renovables, pues goza de gran radiación solar y de viento, que no emiten gases de efecto invernadero ni contaminan la atmósfera.[related_articles]

Más de 620 millones de personas en África no tienen electricidad, lo que el ex secretario general de la ONU y presidente del Panel para el Progreso de África, Kofi Annan, calificó de injusticia porque roba la dignidad de millones de personas.

Según el informe del Progreso de África: “Energía, Personas, Planeta: Aprovechar la energía de África y las oportunidades climáticas”, solo África subsahariana tiene una elevada pobreza energética con más de 60 por ciento de su población sin servicio eléctrico y 80 por ciento sin cocinas limpias.

Además de su importancia para hacer frente al cambio climático, hay otra razón fundamental para desarrollar los recursos renovables en África, la demanda de energía que aumenta con rapidez.

Al mencionar que el apoyo económico a los países africanos elevó el control sobre la gestión de sus recursos naturales, el presidente del Grupo de Países menos Adelantados, Tosi Mpanu-Mpanu, dijo a IPS que esos fondos no deben socavar la autonomía local.

“La clave para asegurarse de que los países africanos se beneficien de sus recursos naturales y protejan su prosperidad y el crecimiento a largo plazo es encontrar el nexo correcto entre el crecimiento de los recursos naturales y el desarrollo sostenible”, explicó.

“Imagine dos escenarios, uno ‘verde’, con un elevado grado de energía renovable y muy poca contaminación por los combustibles fósiles, y otro ‘gris’, con una elevada explotación de recursos naturales que impulsa un fuerte crecimiento económico de corto plazo”, ejemplificó Tosi Mpanu-Mpanu.

“El escenario verde puede implicar un elevado costo inicial, con grandes beneficios a largo plazo, mientras que el gris, será más barato al comienzo, pero terminará por arruinar el clima, nuestros ambientes y nuestras economías”, explicó.

Traducido por Verónica Firme

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