A pesar de su contribución a la justicia social, la defensa de los derechos humanos, entre otros, y muchas otras causas, las organizaciones de la sociedad civil fueron blanco de “graves ataques” en 109 países en 2015, alerta un estudio de Civicus.
“La libertad de expresión, de asociación y de reunión pacífica de la sociedad civil fue blanco de ataques en 109 países en 2015”, remarcó Mandeep Tiwana, director de política y análisis de Civicus, en el marco de una conferencia de prensa realizada el lunes 27, cuando la red que reagrupa a varias organizaciones no gubernamentales presentó su informe “Estado de la sociedad civil”.
Las organizaciones de la sociedad civil son entidades fuera de la órbita de gobiernos y empresas que representan los intereses de los ciudadanos y las ciudadanas. A menudo su propósito es impulsar los derechos de las personas desfavorecidas, como personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI), discapacitadas o indígenas.
Esos grupos son vulnerables, incluso cuando trabajan en coordinación con organizaciones sociales.
“Una de las principales evaluaciones del grado de justicia dentro de una sociedad es cómo esta trata a sus minorías, ya sea en materia de igualdad de oportunidades para todos, y en particular, para los sectores más desfavorecidos”, observó Tiwana.
“En esa evaluación, encontramos que muchas de nuestras sociedades fallan”, puntualizó.
Según el informe de Civicus, “en todo el mundo, la gente queda rezagada por cuestiones de género, grupo étnico, situación migratoria, religión, edad, sexualidad, discapacidad, estado de salud, VIH (virus de inmunodeficiencia humana), localidad y más”, detalló.
Tiwana identificó a los indígenas como uno de los sectores dentro de la sociedad civil que fue especialmente blanco de ataques en 2015.
“Defensores de los derechos indígenas que luchan contra las actividades de las compañías mineras del gran sector agroindustrial, muchas de las cuales están relacionadas con las élites políticas, sufrieron duros ataques en su contra, y en algunos casos fueron asesinados”, denunció.
Las organizaciones de LGBTI también suelen ser un blanco común de ataques.
Qamar Nasim, de la organización Blue Veins (venas azules), de Pakistán, describió cómo aumentó el riesgo que padecen las personas transgénero en su país desde que se creó una asociación para trabajar en defensa de los derechos de más de 40.000 transgéneros.
“Cuando esas personas comenzaron a defender sus derechos, inmediatamente, sufrieron ataques porque están en una sociedad a la que no le gusta que los y las trans reclamen derechos”, explicó.
Nasim agregó que tres integrantes de la junta directiva de la asociación habían sido asesinados, incluso una persona murió porque en el hospital se negaron a asistirla por su identidad de género.
Sin embargo, el trabajo colectivo de las personas transgénero en Pakistán ha dado resultados positivos.
Gracias a su esfuerzo, el gobierno destinó por primera vez fondos para el bienestar y la protección de ese grupo vulnerable de la población.
“Justo ayer (domingo) hubo una movilización masiva”, apuntó. “La junta de la shariá (ley islámica) emitió una fatwa (edicto religioso), que permite a la comunidad transgénero contraer matrimonio, algo que antes se consideraba un delito”, explicó.
Por su parte, Kene Esom, de Hombres por Derechos y Salud Sexual, dijo que el valioso trabajo de las organizaciones de la sociedad civil también estuvo en riesgo debido a la falta de fondos.
“A pesar de la enorme inversión de fondos para poner fin al sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y hacer frente a la epidemia del VIH, es muy poco dinero que va a parar a las organizaciones de la sociedad civil”, se lamentó.[related_articles]
El papel de la ONU
Nasim también mencionó su preocupación por el hecho de que varias agencias de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), incluidas las que trabajan con refugiados en Pakistán, no atendieran las necesidades de las personas transgénero.
Esa situación motivó una campaña llamada “no más ceguera de género en la ONU”, apuntó.
Esom también expresó su preocupación por que el apoyo a las personas LGBTI en la sede de las agencias de la ONU no llegaba a la práctica en los países.
“Los representantes de los países parecen tener grandes dudas a la hora de hablar en contra de la discriminación basada en la identidad sexual y de género, en particular en África, por muy variadas razones, y creo que allí debemos concentrar la solidaridad”, subrayó.
Tiwana reconoció que la ONU y la sociedad civil lograron impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero también que “los esfuerzos realizados en los ámbitos de decisión, no se filtran hacia las bases”.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reafirmó los compromisos con los ODS. Y en la ciudad rusa de San Petersburgo, a principios de este mes, también se mostró muy preocupado por las “crecientes presiones que sufre la sociedad civil en todas partes”.
“Cuando las organizaciones sociales pueden llevar adelante su trabajo, toda la sociedad se beneficia”, observó Ban.
Farhan Haq, portavoz del secretario general, dijo a IPS: “Las autoridades de la ONU hacen todo lo posible para encaminar su compromiso de proteger los derechos y el bienestar de las personas LGBTI en todo el sistema de la ONU”.
“El secretario general escribió a todos las autoridades del foro mundial insistiendo en que el ámbito laboral de la ONU fuera totalmente inclusivo y receptor de colegas LGBTI y dejando claro que toda expresión de homofobia o transfobia era inaceptable en su interior”, añadió.
Traducido por Verónica Firme
