Preocupa falta de fondos para atender efectos de El Niño

Dos barcas permanecen varadas en el cuarteado fondo de la principal de las lagunas de Moyúa, un conjunto lacustre del norte de Nicaragua que ha perdido 60 por ciento de su caudal de agua por la pertinaz sequía que aplasta al país desde 2014.
Dos barcas permanecen varadas en el cuarteado fondo de la principal de las lagunas de Moyúa, un conjunto lacustre del norte de Nicaragua que ha perdido 60 por ciento de su caudal de agua por la pertinaz sequía que aplasta al país desde 2014. Crédito: Cortesía de Rezayé Álvarez

La respuesta para hacer frente a las graves consecuencias del fenómeno climático de El Niño entre 2015 y 2016, y que perjudicó a más de 60 millones de personas desde África austral, pasando por Asia sudoriental y hasta América Latina, sigue sufriendo una grave carencia de fondos.

El grupo independiente de líderes mundiales The Elders urgió a los gobiernos de países donantes a suministrar la ayuda a las naciones afectadas y a cubrir el déficit de 2.500 millones de dólares.

The Elders observó con preocupación que el actual fenómeno de El Niño es uno de los más fuertes registrados, responsable de que más de 60 millones de personas sufran escasez de alimentos y agua y de que África austral experimente la peor sequía en 35 años.

El grupo, integrado por personalidades como el exsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, Desmond Tutu y Jimmy Carter, fue fundado en 2007 por Nelson Mandela con el fin de promover el diálogo a escala internacional sobre los problemas globales más urgentes.

“Los eventos climáticos extremos golpean más fuerte a las comunidades más pobres, y menos responsables del cambio climático. Es fundamental aumentar los fondos de forma significativa para construir resiliencia y proteger a las personas más vulnerables”, arguyeron.

Pero The Elders no es el único grupo en expresar su preocupación por la falta de conciencia respecto de El Niño, un fenómeno que produce el recalentamiento del océano Pacífico oriental, que genera variaciones climáticas extremas como ciclones, sequías y lluvias torrenciales en el hemisferio sur. Y como no se trata de un evento periódico, muchos países no estaban bien preparados.

La coordinadora de la campaña de El Niño de la organización Oxfam, Rebecca Sutton, dijo a IPS que la coordinación de los fondos no comenzó bien.

“Las alertas tempranas emitidas a mediados de 2015 no lograron acciones rápidas ni fondos suficientes. Asimismo, varios gobiernos de los países afectados atendieron los pronósticos y se prepararon bien, pero otros se demoraron en anunciar los desastres, lo que dificultó la movilización de fondos para las situaciones de emergencias que se produjeron en sus países”, explicó.

Sutton también se mostró preocupada por la falta de atención de los medios de comunicación en las naciones que no se vieron afectadas por El Niño, porque entonces no se prioriza la asistencia a las víctimas de los desastres en la agenda política, entre ellas los países europeos.[related_articles]

“Comenzar lentamente a atender los desastres climáticos es una cuestión de voluntad política y no podemos seguir haciendo poco demasiado tarde”, se lamentó Sutton.

Hay tres regiones que deben hacer frente a un peligro particular tras el severo impacto de El Niño: América Latina, África austral y las islas del Pacífico.

El informe de junio de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) señaló que en El Salvador, Guatemala y Honduras la sequía destruyó la mayor parte de la cosecha de este año y dejó a tres millones de personas en una situación de inseguridad alimentaria.

Tanto la sequía como las inundaciones agravan la situación en África austral, una “región donde no se esperan cosechas significativas hasta el próximo mes de abril y que ya lleva dos años de sequías”, indicó Sutton, de Oxfam.

En Asia Pacífico, los pequeños estados insulares, como Vanuatu, y los países de Asia sudoriental, como Vietnam, experimentan una severa escasez de agua. Además, los graves incendios forestales de 2015 destruyeron grandes porciones de selva y agotaron muchos recursos económicos, en particular en Indonesia.

Aunque el fenómeno de El Niño de 2015-2016 se terminó oficialmente, todavía se sufren sus consecuencias, pues muchos países experimentan sequías y deben atender crisis humanitarias.

Muchos especialistas y The Elders coinciden en que el cambio climático derivado de las actividades humanas amplifica los efectos de El Niño, aunque los científicos todavía estudian la naturaleza exacta de la relación entre ese fenómeno y el recalentamiento planetario.

El Niño y La Niña, la otra fase del fenómeno climático conocido como El Niño-Oscilación del Sur, se vuelven más frecuentes y más severos y sus consecuencias se exacerban por el aumento de las temperaturas globales.

Por ahora, The Elders y otras organizaciones tienen puestas las esperanzas en el Foro Político de Alto Nivel, que se realizará en la sede de la ONU en la segunda semana de este mes, y en la próxima conferencia climática del foro mundial, que este año se realizará en Marruecos en noviembre.

Traducido por Verónica Firme

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