Posibilidades y desafíos del Acuerdo de París en África

Delegados en la VI Conferencia sobre Cambio Climático y Desarrollo en África, realizada del 18 al 20 de 2016, en Adís Abeba, Etiopía. Crédito: Friday Phiri/IPS.
Delegados en la VI Conferencia sobre Cambio Climático y Desarrollo en África, realizada del 18 al 20 de 2016, en Adís Abeba, Etiopía. Crédito: Friday Phiri/IPS.

El Acuerdo de París sobre cambio climático entrará en vigor este viernes 4 tras contar con la ratificación de por lo menos 55 estados parte, los que concentran 55 por ciento de las emisiones contaminantes liberadas a la atmósfera.

El histórico tratado se alcanzó en la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), realizada en París en diciembre de 2015.[pullquote]3[/pullquote]

El acuerdo se propone lograr que el aumento global de temperatura se mantenga bien por debajo de los dos grados centígrados, con respecto a la era preindustiral, y realizar esfuerzos para “limitar el aumento de temperatura a 1,5 grados” en este siglo.

La base del documento son las contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional (CPDN), que mandaron los países antes de la COP21, que básicamente son sus planes de cómo pretenden reducir las emisiones de gases invernadero que liberan a la atmósfera.

Una vez que una de las partes ratifica el Acuerdo de París, su entrada en vigor implica que todas sus disposiciones, incluidas las CPDN que se vuelven contribuciones nacionales, pasan a ser obligatorias para esa parte.

Al 27 de octubre eran 86 los países africanos en ratificar el acuerdo, pero según reveló un análisis del Centro de Políticas Climáticas de África (ACPC, en inglés), de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (Uneca), la mayoría de las contribuciones nacionales africanas contienen metas imprecisas en materia de adaptación y mitigación.

“Todavía hay numerosos problemas con las contribuciones de muchos países en desarrollo, falta precisión en sus objetivos de adaptación y mitigación, faltan estimaciones de costos, no se indican fuentes de financiamiento y, en algunos casos, los compromisos de mitigación superan sus emisiones actuales, entre otros”, detalló Johnson Nkem, de ACPC, en diálogo con IPS.

Este continente es el más vulnerable al recalentamiento planetario, a pesar de que apenas si contribuye con cinco por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Nkem, quien conversó con IPS en el marco de la VI Conferencia sobre Cambio Climático y Desarrollo en África, realizada del 18 al 20 de octubre, bajo el lema “Acuerdo de París sobre cambio climático: ¿qué le espera a África?”, explicó que los países africanos deben subcontratar el desarrollo de sus CPDN porque carecen de capacidad y de recursos.

James Murombedzi, del Centro de Políticas Climáticas de África, en la VI Conferencia sobre Cambio Climático y Desarrollo en África, realizada del 18 al 20 de octubre de 2016, en Adís Abeba, Etiopía. Crédito: Friday Phiri/IPS.
James Murombedzi, del Centro de Políticas Climáticas de África, en la VI Conferencia sobre Cambio Climático y Desarrollo en África, realizada del 18 al 20 de octubre de 2016, en Adís Abeba, Etiopía. Crédito: Friday Phiri/IPS.

El ACPC está dispuesto a ayudar a los países que todavía no ratificaron el tratado a revisar sus planes de acción a fin de que sean más realistas, antes de que envíen sus instrumentos de ratificación.

El principal objetivo de la Conferencia sobre Cambio Climático y Desarrollo en África fue discutir sobre las consecuencias que tiene el Acuerdo de París para este continente teniendo en cuenta el impacto que ya experimenta, como las prolongadas y frecuentes sequías e inundaciones, la degradación ambiental que afecta a las comunidades.

Lo fundamental es comprender las consecuencias que tiene para África en materia de implementación, como transferencia de tecnología y finanzas, asuntos que siempre están presentes en la mente de los negociadores africanos y que Murombedzi remarcó en la conferencia.

“Hay matices controvertidos del acuerdo que deben abrirse en el contexto de las prioridades de desarrollo de África, en especial en lo que respecta a los medios de implementación, que eran disposiciones vinculantes del Protocolo de Kyoto y actualmente son solo decisiones no vinculantes en el Acuerdo de París”, precisó James Murombedzi, oficial a cargo de ACPC.

Murombedzi considera que “el impulso sin precedentes que adquirió la ratificación del Acuerdo de París es una oportunidad para los países africanos de revisar sus planes de acción climática para atender las discrepancias y fortalecer su ambición cuando sea apropiado”.

El impulso asegurará que la implementación del tratado respalda y acelera la agenda de desarrollo sostenible e inclusivo del continente, como figura en la Agenda 2063 de la Unión Africana y en la Agenda de Desarrollo Sostenible para 2030 de la Organización de las Naciones Unidas.

Otro asunto que surgió en la conferencia es la incorporación de servicios e información climática en los procesos de toma de decisión a fin de que los países africanos gestionen mejor los riesgos de vulnerabilidad climática y de adaptación, en especial entre las comunidades más vulnerables.

Uneca considera que la información que manejan los grupos más vulnerables difieren de los del resto de la sociedad y que por eso es necesario que los servicios de información dirigidos formen parte de todas las intervenciones climáticas para beneficiar a las mujeres, las niñas y los jóvenes.[related_articles]

Con ese fin, la Unesca organizó un encuentro de legisladores en el marco de la conferencia.

Thierry Amoussougo, de Unesca, precisó que la reunión apuntaba a estrategias que legisladores y gobiernos pudieran implementar para garantizar que se incluyeran políticas de cambio climático en las medidas y en la planificación para el desarrollo en distintos países africanos.

Los especialistas precisan que la información climática se refiere a datos obtenidos de observaciones del clima, como temperatura y precipitaciones, y también procedentes de modelos climáticos, y que permiten realizar pronósticos, análisis económicos, asesoramiento de mejores prácticas, entre otras posibilidades.

La dificultad radica en que por distintos motivos, esos servicios no suelen estar bien coordinados en la mayoría de los países de este continente, cuanto menos ser precisos.

“Es necesario no solo construir las capacidades de los recursos humanos, sino invertir en infraestructura adaptada a la información climática y crear un entorno propicio para las diferentes instituciones vinculadas a suministrar esos datos”, explicó Sylvia Chalikosa, legisladora de Mpika Central, ubicado en la norteña provincia de Muchinga, en Zambia.

En lo que respecta a las consecuencias del Acuerdo de París en términos de lograr un crecimiento económico sostenible para África, la conferencia observó la necesidad de identificar oportunidades de inversiones viables y transformativas, reformar instituciones para hacerlas más eficientes y construir capacidades para acceder y absorber los fondos para el clima.

Todo ello permitirá aprovechar las posibilidades del tratado para mejorar tecnologías y realizar la transición a una economía con pocas emisiones de carbono y resiliente al clima.

“En este punto, suscribir y ratificar el acuerdo no es una opción para África”, precisó Natasha Banda, quien forma parte del Programa de Jóvenes Abogados Africanos que respaldan al Grupo Africano de Negociadores, refiriéndose a que debido a la naturaleza de los tratados internacionales “las partes no tienen capacidad de negociación desde afuera”.

Con ese fin, Mithika Mwenda, de la Alianza Panafricana para la Justicia Climática, recordó que en la reunión de Marrakech de este mes, donde se fijarán las normas y los procedimientos para implementar el Acuerdo de París, si bien es importante la adaptación al cambio climático, no hay que olvidar explorar los medios para implementarla.

Traducido por Verónica Firme

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