Salta la alarma: hay 360 millones de latinoamericanos con sobrepeso

Eve Crowley, representante regional interina de la FAO, en el centro, durante el lanzamiento del el Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe 2016, en la sede del organismo en Santiago, donde se alertó que el sobrepeso afecta a 360 millones de habitantes de la región. Crédito: FAO
Eve Crowley, representante regional interina de la FAO, en el centro, durante el lanzamiento del el Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe 2016, en la sede del organismo en Santiago, donde se alertó que el sobrepeso afecta a 360 millones de habitantes de la región. Crédito: FAO

El sobrepeso afecta ya a 360 millones de habitantes de América Latina y el Caribe, de los cuales 140 millones son obesos, alertaron este jueves 19 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). 

“El fenómeno de la obesidad es muy preocupante .Al mismo tiempo han disminuido las personas con hambre en la región.  (Por ello) necesitamos reforzar  nuestros esfuerzos y tener sistemas alimentarios sensibles a la nutrición con bases de métodos de producción sostenibles para reducir estas cifras”, dijo Eve Crowley, representante regional interina de la FAO, en la sede del organismo en Santiago.

En esa sede las dos entidades lanzaron este jueves 19 el Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe 2016, que dio la voz de alarma sobre el fenómeno en esta región con más de 625 millones de personas.

El problema, destacó el reporte, afecta fuertemente a niños y a mujeres, aumenta las enfermedades crónicas, provocando un incremento en los gastos económicos de los países y de las personas en salud, y amenaza, a futuro, la calidad de la mano de obra que requerirán los planes de desarrollo nacionales.

Simultáneamente la región redujo considerablemente el hambre  ahora solo 5,5 por ciento de la población vive subalimentada, siendo el Caribe el área con la mayor prevalencia (19,8 por ciento), en gran parte porque Haití posee la prevalencia de subalimentación más alta del planeta: 53,4 por ciento.

La desnutrición crónica infantil (baja talla para la edad) en América Latina y el Caribe también presentó  una evolución positiva: cayó de 24,5  por ciento en 1990 a 11,3 por ciento en 2015, una reducción de 7,8 millones de niños.

Pese al avance, actualmente 6,1 millones de niños aún viven con desnutrición crónica: 3,3 millones en Sudamérica, 2,6 millones en América Central y 200.000 del Caribe. Unos 700.000 niños y niñas sufren desnutrición aguda, 1,3 por ciento de ellos menores de cinco años.

Sobre si la dificultad de acceso a alimentos naturales y de calidad obedece a los altos precios o  a un deficiente sistema de producción y distribución, Crowley dijo a IPS que se trata de “una combinación de factores”.

“Hablamos de un sistema alimentario porque es un entorno conjunto de factores. Desde la oferta hasta cuáles alimentos son disponibles a nivel nacional. Por ejemplo en América Latina hay mucha disponibilidad de alimentos azucarados y de carnes, pero hay alimentos en que la disponibilidad física y el acceso físico a alimentos nutritivos, sanos y frescos en todos los barrios en forma asequible es algo que todavía cuesta”, indicó.

“Hay evidencia que demuestra que el costo para calorías malas, que vienen de fuentes ultra procesadas, es menor que el de calorías que vienen de fuentes saludables y esto presenta dilemas para asegurar una buena alimentación para toda la población, sobre todo para quienes vienen de hogares con menos recursos”, explicó.

Crowley constató que hay cambios de patrones de consumo que muestran que los habitantes migran desde sus tradicionales legumbres, cereales, frutas y verduras  hacia alimentos superprocesados ricos en grasas saturadas, azúcares y sodio, pero respaldados por amplia publicidad.

Una niña ataviada con ropa tradicional y festiva de la zona andina de Bolivia, enseña una cestilla de frutas durante una feria escolar en La Paz para promover buenos hábitos alimentarios en el alumnado. Los programas para impulsar la alimentación saludable se extienden por las escuelas de América Latina, para afrontar problemas como la malnutrición y el sobrepeso. Crédito: Franz Chávez/IPS
Una niña ataviada con ropa tradicional y festiva de la zona andina de Bolivia, enseña una cestilla de frutas durante una feria escolar en La Paz para promover buenos hábitos alimentarios en el alumnado. Los programas para impulsar la alimentación saludable se extienden por las escuelas de América Latina, para afrontar problemas como la malnutrición y el sobrepeso. Crédito: Franz Chávez/IPS

La autoridad regional de la FAO abogó por una mejor información, advertencias nutricionales, impuestos sobre alimentos que tienen nutrientes críticos o negativos para la salud y subvención y apoyo para alimentos sanos y saludables necesarios para la población.

“Salvo en Haití (38,5 por ciento), Paraguay (48,5 por ciento) y Nicaragua (49,4 ciento), el sobrepeso afecta a más de la mitad de la población de todos los países de la región, siendo Chile (63 por ciento), México (64  por ciento) y Bahamas (69 por ciento) los que presentan las tasas más elevadas”, indicó el Panorama.

Erick Espinoza, profesor de educación física de un centro privado de un barrio de clase media de Santiago, vive el problema del cambio de hábitos alimenticios y conductuales de sus alumnos, de entre seis y 10 años, que ejemplifica la realidad regional y en particular de los países con mayor sobrepeso y obesidad.

”Ellos traen de colación (merienda) verdaderos picnic y nada de fruta. Solamente papas fritas, galletas, bebidas, jugos, leches altas en azúcares. Y  no traen  solamente un paquete pequeño, sino a veces dos a tres paquetes o uno grande”, relató a IPS, subrayando que eso es solo la merienda para un recreo.

En los colegios chilenos funcionan kioscos que venden alimentos y en los que desde 2016 se prohíbe ofrecer alimentos con altos azúcares, sodio y grasas. “Tienen que vender frutas, pero el kiosco va en picada porque los niños no van a comprar ni fruta ni yogur y llevan otro  tipo de cosas desde la casa”, contó el profesor.

Otra visión dio Alexandra Carmona, profesora en un colegio municipal de un populoso barrio capitalino, donde el alumnado tiene entre cuatro y 17 años.

“Había un niño obeso que sufrió un fuerte’ bulling’ (acoso escolar). Todos le decían ‘oye guatón (barrigón)’, ‘oye gordo’¨, ‘saco de grasa’. Entonces uno llama a los papás para contarles el problema que sufre su hijo, pero estos no le dan ninguna importancia”, contó a IPS. El niño terminó en una escuela especial pese a no tener problemas de apredizaje.

En su centro, la alimentación la provee el colegio, pero  muchos niños no aceptan las legumbres y la alimentación equilibrada que se les ofrece.

El Panorama revela que en  7,2 por ciento de los niños menores de cinco años vive con sobrepeso, lo que significa un total de 3,9 millones de niños de los cuales 2,5 millones viven en Sudamérica, 1,1 millones en América Central y 200 mil en el Caribe.

Los países con altas tasas de sobrepeso en niños menores de cinco años son Barbados (12 por ciento), Paraguay (11,7 por ciento), Argentina (9,9 por ciento) y Chile (9,3 por ciento).[related_articles]

El informe destaca, asimismo, que varios países aprobaron impuestos a las bebidas azucaradas, entre ellos Barbados, Chile, Dominica y  México, mientras que otros como Bolivia, Ecuador, Perú y el mismo Chile cuentan con leyes de alimentación saludable que regulan la publicidad y el etiquetado de alimentos.

Sobre los países que destacan en la venta por persona de productos ultraprocesados, indica que Argentina, Chile, México y Uruguay superan el promedio regional de 129,6 kilógramos por habitante. México es el primero a nivel regional con 214 kilógramos por habitante y Chile el segundo con 201,9 kilógramos.

El sobrepeso afecta a 30 de los 33 países analizados,  alcanzando a más de la mitad de la población adulta mayor de 18 años y en 20 de ellos la obesidad en las mujeres es desproporcionada y superan en 10 puntos porcentuales a la de los hombres.

Según la directora de la OPS, Carissa F. Etienne,  “la región enfrenta una doble carga de la malnutrición que se combate con una alimentación balanceada que incluya alimentos frescos, sanos, nutritivos y producidos de manera sostenible, además de abordando los principales factores sociales que determinan la malnutrición”.

Etienne enumeró, además, de la falta de acceso a alimentos saludables, las dificultades de acceso a agua y saneamiento, a servicios de educación y salud, y a programas de protección social, entre otros.

Editado por Estrella Gutiérrez

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