Una lideresa cubana bajo el sol en La Juventud

La bióloga Lesvia Calderón muestra orgullosa una de las tilapias, cada vez más gordas y grandes, que produce con el apoyo de un proyecto de mejoramiento genético de peces de la FAO. Crédito: FAO Cuba
La bióloga Lesvia Calderón muestra orgullosa una de las tilapias, cada vez más gordas y grandes, que produce con el apoyo de un proyecto de mejoramiento genético de peces de la FAO. Crédito: FAO Cuba

A Lesvia Calderón se la puede encontrar entre los caminos que dividen las piscinas de la empresa acuícola La Juventud. Alta, poderosa, muy seria, camina bajo un amplio paraguas con el que se resguarda del sol cubano, mientras supervisa al equipo que se encarga de las crías recién nacidas de tilapia, peces que cultiva en Paso Real, en la provincia de Pinar del Río.

Lesvia es la jefa del área de engorde de la granja de tilapias en La Juventud, reconocida por ser la mejor de su tipo en Cuba: solo en el 2016 produjo 298 toneladas de pescado.

Además, es una de las lideresas del proyecto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que impulsa el mejoramiento genético de peces de agua dulce, y que ha integrado la perspectiva de género en su implementación para  cerrar las brechas que existen entre hombres y mujeres en el sector acuícola de la Isla.

El proyecto ha tenido gran impacto, permitiendo a los participantes lograr altas producciones de pescado.

“En Cuba se obtienen aproximadamente unas seis toneladas de peces por hectárea. En La Juventud, gracias al empleo de técnicas de mejoramiento genético, llegamos casi a trece toneladas por hectárea y lo hacemos con más calidad, porque ese aumento tiene que ver con una mejor ganancia de peso de los ejemplares”, explicó Lesvia.

“Para los trabajadores es muy beneficioso porque a más producción mejor salario. Además, tenemos un mayor mercado ya que el cubano prefiere una tilapia grande, que pese entre 400 y 500 gramos”. 

Mujeres rurales, mujeres con derechos

En 2017, Lesvia se convirtió en el rostro cubano de la campaña regional de comunicación Mujeres rurales, mujeres con derechos, impulsada por la FAO para dar cuenta del rol fundamental que desempeñan las mujeres en el desarrollo rural sostenible.

En la imagen de la campaña, Lesvia aparece con un ejemplar de tilapia Gift, una de las especies que se crían en La Juventud y su testimonio contribuyó a mostrar que la participación de la mujer es esencial para el enfoque integral de la pesca y la acuicultura que propone el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14, relativo a los océanos, mares y recursos marinos, necesario para para cubrir la demanda de alimentos inocuos y de alto valor nutritivo de una población en aumento.

La campaña utilizó las redes sociales para visibilizar la situación actual de las mujeres rurales en América Latina y el Caribe, el estado de sus derechos, desafíos y su enorme potencial. También difundió experiencias, políticas, innovaciones, estrategias y acciones orientadas al fortalecimiento del rol de las mujeres rurales.

Rigor y respeto

En la granja “La Juventud” Lesvia dirige a un grupo compuesto mayoritariamente por hombres, pero cuando le preguntan a Lesvia si le ha sido difícil o incómodo dirigir al grupo de criadores en el área de engorde, ella responde resuelta: “Aquí lo más difícil es el sol, no dirigir”.

“Aunque solo somos unas diecisiete mujeres en toda la empresa, en algunas áreas ya somos mayoría. En los criaderos el trabajo es bastante arduo, porque es bajo un clima muy riguroso, pero damos nuestro aporte desde el conocimiento, en la implementación de estrategias, en la ordenación del trabajo. Yo misma, por ejemplo, soy la jefa de la granja de engorde, organizo todo el trabajo”.

Con viveza, Lesvia cuenta que es su responsabilidad garantizar las capturas, controlar la producción y diseñar las estrategias para alcanzar los resultados deseados.

“Lo que hay que hacer es poner rigor, pero basado en una relación de respeto a las individualidades entre compañeros, siempre abogando por la unidad del colectivo y pendiente de cualquier situación personal que tengan. Así hemos logrado alcanzar los resultados que tenemos. Pienso que me quieren y respetan mucho”, dice Lesvia.

En el caso del proyecto de la FAO que ha apoyado a La Juventud a mejorar el tamaño de los peces y el volumen de producción, ella se encarga de incentivar el aumento de la producción gracias a la introducción de las mejoras genéticas.

Y tiene experiencia de sobra para ello: se graduó como bióloga en la Universidad de La Habana, en 1991 y a lo largo de su carrera ha colaborado con la FAO en San Vicente y las Granadinas, visitó Vietnam para recibir entrenamiento, y desde el 2015 forma parte del grupo de la Universidad de las Naciones Unidas para la pesca, donde obtuvo un reconocimiento por sus resultados.

Lesvia es una mujer líder que se ha convertido en un ejemplo trabajo duro y constante para toda la región.

Durante un cuarto de siglo ha trabajado vinculada a la pesca. Hoy continúa sus labores, caminando bajo el sol en La Juventud.

Este artículo fue publicado originalmente por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. IPS lo distribuye por un acuerdo especial de difusión con esta oficina regional de la FAO

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