Falta de fondos frena la piscicultura en jaulas de África

Pescadores en la parte ugandesa del lago Victoria. Uganda prueba métodos no tradicionales de pesca, como la piscicultura con jaulas. Crédito: Wambi Michael/IPS
Pescadores en la parte ugandesa del lago Victoria. Uganda prueba métodos no tradicionales de pesca, como la piscicultura con jaulas. Crédito: Wambi Michael/IPS

Joseph Okeny, de 52 años, se hizo pescador en el lago Victoria en 1997, pero abandonó la actividad hace dos años, cuando la pesca ilegal estaba extendida y la captura era escasa.

“Podías quedarte casi todo el día en el lago y no sacar suficientes peces ni para el consumo doméstico ni para vender”, relató Okeny.

Uganda y la vecina Kenia promovieron la piscicultura en jaulas como método sostenible para garantizar el suministro sostenido de peces del lago Victoria.

El lago, el mayor de África y compartido por tres países, Uganda, Kenia y Tanzania, “experimentó un cambio drástico en su ecosistema, lo que derivó en la pérdida de más de 500 especies de peces haplochromini endémicos”, según el Plan de Gestión Pesquera del Lago Victoria.

Uganda comenzó a promover la piscicultura en jaula en 2006, una actividad que consiste en encerrar los peces en jaulas o canastas que flotan, un ancla y un marco, sumergidas a unos 10 metros de profundidad.

En ese país, las pequeñas tilapias de no menos de un gramo se almacenan en jaulas de crianza con una densidad de entre 1.000 y 2.500 peces. Se crían allí hasta los 15 gramos, en ocho semanas, y se almacenan en jaulas de producción para luego criarlas unos seis o siete meses más, hasta que llegan a los 350 o 600 gramos antes de ser cosechadas.

Pero la situación cambió desde que Okeny dejó la pesca.

El volumen de la reserva de peces en el lago aumentó 30 por ciento, en comparación con datos de 2016, según el Estatus de la Reserva de Peces del Lago Victoria, de 2017, publicado por el Instituto Nacional de Investigación de Recursos Pesqueros de Uganda (NaFIRRO), el Instituto de Investigaciones Pesqueras y Marinas de Kenia (KMFRI) y el Instituto de Investigación Pesquera de Tanzania (TAFIRI).

Eso también incluye reservas de percas del Nilo, introducidas en el lago en la década de los años 60.

Ejemplo de jaula utilizada para la piscicultura en jaula en el lago Victoria, en África. Crédito: Wambi Michael/IPS.
Ejemplo de jaula utilizada para la piscicultura en jaula en el lago Victoria, en África. Crédito: Wambi Michael/IPS.

El aumento de la reserva de peces también quedó documentado en un estudio del Centro de Investigación de Política Económica, de la Universidad de Makerere, que señala que solo en Uganda, la piscicultura aumentó de unas 10.000 toneladas al año, en 2005, a unas 100.000 toneladas, en 2013, lo que representa 20 por ciento de la producción nacional de pescado.

El estudio precisa que se produjeron 899 toneladas de pescado en jaulas cada ciclo de producción, que dura de seis a ocho meses.

Hubo 28 piscicultores en Uganda con unas 2.135 jaulas en total en el entorno del lago Victoria. Pero KMFRI informó que ese número se acerca más a 3.696.

Cuando IPS visitó el distrito de Jinja, en los alrededores del lago Victoria, descubrió que seis granjas de piscicultura estaban en manos de extranjeros. La mayor de ellas, vende a la población de la zona de Bugungu, donde se instalaron varios criaderos en estanques. El resto exporta a Kenia, República Democrática del Congo y Europa.

No hay muchos pescadores locales dedicados a esa actividad debido a los costos.

Además del costo de la jaula, que ronda los 350 dólares, se suman los huevos o los alevines, dependiendo del tamaño, cuestan unos 270 dólares, según (NaFIRRI), a lo que hay que agregar el costo de la alimentación de los peces.

“La piscicultura en jaulas es extremadamente cara y mantiene a los peces en superficies pequeñas”, coincidió el biólogo Richard Ogutu-Ohwayo, en diálogo con IPS.

“Si no los cuidas bien, no solo se perjudicará el ambiente, sino tú también”, acotó el especialista en ecología de NaFIRRI, quien trabaja en el sector desde hace 40 años.

Al ver una jaula abandonada, Okeny explicó que pertenecía a una compañía internacional. La población local trató de dedicarse a la piscicultura, pero no se asesoraron bien y los costos fueron excesivos.

La encuesta “Perspectivas de la Piscicultura en jaulas en el sudoeste de Uganda”, publicada en junio, señala que la falta de fondos es la principal limitante para la acuicultura, y no la falta de alimentos o de alevines, como sugieren otras investigaciones en África subsahariana.

Uno de los investigadores de la encuesta, Gerald Kwikirizaa, señaló que el gobierno puede impulsar esa actividad mediante subsidios a los pequeños productores, en especial si los alimentos flotantes se producen en el país.

El desarrollo de la pesca figura en la Agenda para 2030, que incluye los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, con países que buscan respaldar la recuperación de las reservas de peces para mejorar las dietas, que sean saludables y diversas.[related_articles]

Además, la forma de erradicar el hambre, garantizar el suministro de alimentos y promover la buena salud y una pesca sostenible también formarán parte de la Conferencia sobre Economía Azul Sostenible, que se realizará en Nairobi del 26 al 28 de este mes.

Más de 7.000 participantes de 150 países discutirán, entre otras cosas, cómo construir comunidades seguras y resilientes y garantizar cuerpos de aguas saludables y productivos.

África debe utilizar sus cuerpos de agua internos para producir más pescado, en vez de depender de las poblaciones silvestres en declive, opinó Ogutu-Ohwaayo.

Si se desarrolla de forma adecuada y sistemática, puede ser otro medio para producir alimentos, apuntó, y añadió que 21 por ciento de Uganda es agua dulce, es decir que las tierras para la producción de alimentos son escasas.

La población ugandesa, que aumenta tres por ciento al año, no sobrevivirá solo con peces silvestres, apuntó.

La acuicultura es la industria alimentaria que más rápido crece en el mundo y es una opción para cubrir el falta de producción de pescado, observó Ogutu-Ohwayo.

La producción pesquera, tanto la captura como la acuicultura, de Uganda se estima que asciende a 400.000 toneladas al año, que no alcanzan para cubrir la creciente demanda. Los seis kilogramos por persona que se consumen están muy por debajo de los 17,5 kilogramos recomendados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la Organización Mundial de la Salud.

“Estoy convencido de que África no debe quedar rezagada en el cultivo de peces en jaula. Tenemos la capacidad de no quedar atrás”, opinó Ogutu-Ohwayo, también integrante de la Asociación Internacional para la Investigación de los Grandes Lagos, una organización de científicos que estudian los Grandes Lagos, de Estados Unidos, entre otros de otros países, y sus cuencas.

El proyecto “Promocionando una acuicultura ambiental, económica y socialmente sostenible en los Grandes Lagos de África (PESCA)”, forma parte de los esfuerzos para atender las distintas dificultades que plantea la piscicultura en jaulas.

PESCA, que opera en Uganda, Kenya, Tanzania, Zimbabwe y generalmente en los Grandes Lagos de África, comenzó a funcionar en junio de este año.

“Existe la preocupación de que la piscicultura en jaulas perjudique la calidad del agua. Queremos desarrollar herramientas para promover esa actividad de forma sostenible y respetando el ambiente”, precisó Ogutu-Ohwayo.

Traducción: Verónica Firme

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